Significado de la horrorosa proyección del FMI

35 % de caída de la producción nacional para este año acaba de proyectar el Fondo Monetario Internacional. Es decir, que produciremos 35 % menos en bienes y servicios en 2019 en relación al nivel observado el año pasado. Una caída de esa magnitud solo sucede en situaciones  de guerra o en tiempos de catástrofes naturales.

Pero el 2018 se produjo menos de 18 % respecto al 2017.
Y el 2017 menos de 15.8 % en relación al 2016.
Y el 2016 menos de 17 % respecto al 2015.
Y el 2015 menos de 6.2 % en relación al 2014.
Y el 2014 menos de 3.9 % respecto al 2013.

Entre 2013- 2019 acumularíamos un descenso de la producción o PIB, igual a – 66.5 %. Peor aún: en ese lapso la población venezolana ha crecido 8.8 %, pues  nuestra tasa de crecimiento poblacional es de 1.4 % anual. Claro, hago abstracción de la criminal diáspora, pues parto del criterio  que una vez cesada la usurpación los venezolanos regresarán al país en su casi totalidad. De modo que en términos por habitante, que es como debe medirse el indicador que consideramos la caída es de – 75,3 %. ¡ Na guara!
Nunca en América se había visto un decrecimiento de  ese tamaño. 

La depresión de los EEUU representó una caída de 29 % entre 1929-1933.  La vivida por Nicaragua entre 1978-1981 equivalió a una pérdida de 30 % del producto. Y el llamado «periodo especial» cubano entre 1991-1993 implicó un descenso de 35 %. De modo que  la caída en nuestra producción  duplica los registros que en ese orden se tenían por records en el continente. ¡ Vaya magro records ostentamos ahora!

¿Es posible revertir esta roja rojita tendencia? Si. Además una obligación social, moral y política. 
Recuperar el nivel económico pre-caída, es decir, el que teníamos en 2013, por ejemplo, implica que en los próximos 8 años debemos crecer ininterrumpidamente 7 % cada año. Es posible; e incluso un poquito más. Claro, para lograrlo hay que hacer las cosas diametralmente  distinto a como actualmente, y también, hay que decirlo, diferente a como se hicieron la mayor parte del tiempo en la llamada cuarta República.