Simple competencia o rivalidad deportiva

La rivalidad deportiva entre equipos o atletas se ha mantenido en constante ascenso al transcurrir del tiempo, a medida que el deporte, paso a paso, se fue transformando en profesional; lo que no quiere decir, que en sus inicios, las diferentes disciplinas deportivas, que no eran regidas por federaciones ni contratos millonarios, no hayan cultivado las más grandes y conocidas competencias o disputas en el ámbito deportivo.

Si bien cada persona puede tener su propia definición, de lo que es una rivalidad deportiva, el término en cuestión, nos traduce que es una competencia intensa entre atletas o clubes de cualquier disciplina, que en determinado momento se genera, por la sumatoria de diversos factores como políticos, religiosos, económicos, geográficos, entre otros aspectos no menos significativos, que en la mayoría de los casos, revisten al deporte de un morbo que muchos fanáticos disfrutan.

Claro que, desde un punto de vista más profundo, la rivalidad se puede considerar como el agente motivador que ayuda a un determinado equipo a enfrentar al rival, o para que un fanático acelere sus pulsaciones y mantenga las expectativas de presenciar un encuentro. En el mundo deportivo actual, no sólo los factores, que anteriormente mencioné, pueden ser causales de rivalidad deportiva; también las transmisiones de televisión, en tiempo real de los diferentes deportes, contribuyen a incentivar de manera contundente cualquier rivalidad, por muy pequeña que ésta sea.

Por su puesto, que toda rivalidad en el deporte, además de reflejar una mera competencia lúdica, genera por el mismo impacto social que tiene, hechos de violencia, disturbios, racismo, en fin, manifestaciones tan negativas, que en momentos pareciera que son incontrolables para los organismos encargados de regir las diferentes disciplinas. Sin embargo, toda rivalidad, además de incentivar la pugna deportiva y porque no, propiciar en ciertos casos el odio mismo, también hace aflorar sentimientos de amor, que aunque suene antagónico, refleja de algún modo la necesidad que siente un equipo o un atleta, que exista un rival determinado, algo así como, “por un rato te odio y por otro te quiero”.

Existen numerosas rivalidades en el mundo deportivo, unas que se originaron hace muchos años atrás y otras, de más reciente data; claro, no importa desde cuándo se inició la pugna, ya que la intensidad y el fin de vencer al rival de turno, siempre es el mismo. Si destacáramos rivalidades importantes, tendríamos que mencionar, por ejemplo en el fútbol español, la del Barcelona y el Real Madrid, la cual se pudo generar, además del sentimiento nacionalista de los catalanes, por la motivación de luchar para hacerse de la supremacía deportiva en el fútbol español, ya que entre ambos clubes, se reparten el setenta por ciento de los campeonatos de liga disputados hasta la fecha; por supuesto, en el fondo hay mucho más.

Si miramos al Fútbol Mundial de Selecciones, encontramos la disputa entre brasileños y argentinos, uruguayos y argentinos, mexicanos y estadounidenses. En cuanto al béisbol de Grandes Ligas, podemos mencionar la famosa rivalidad entre los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York, los Medias Blancas de Chicago y los Cachorros de Chicago; en el baloncesto de la NBA, la de los Lakers y los Boston Celtics. En nuestro país, no podemos dejar de mencionar la disputa entre los Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes; en el fútbol nacional la del Caracas F.C. y el Deportivo Táchira; en fin, si seguimos escudriñando, se pueden encontrar diferentes rivalidades, que sean del país que sean, que encierran características muy particulares de cada sociedad.

Entonces, a fin de cuentas podemos concluir, que las rivalidades deportivas, son la pimienta que adereza todo juego o competencia, y que los fanáticos, en los cuales mi incluyo, sufrimos y vivimos con mucha intensidad, y es que no importan los análisis profundos y complejos a la hora de enfrentar al rival, porque toda estrategia cuenta para ganar.

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