Simplemente el amor

TRASCEDENCIA, ALCANCE

Cuando se ha detenido a leer este artículo, ya habrá sentido lo que el amor es capaz de darnos, especialmente, cuando hemos comprendido y manejado adecuadamente su razón de ser, cuando hemos crecido en el amor, cuando sabemos de su alcance, lo que genera.

Sabemos que es muy difícil concretarse en un sólo rol del amor, bajo una sola percepción; no obstante nos detendremos en la potencialidad del amor en la pareja a fin de descubrir cuanto hemos aprendido.

Muchos poetas, filósofos, escritores han expresado que el amor ha sido para ellos. Así me podría detener a expresar la posición de Osho, Kirshnamurthi, Tagore, Jabil, Neruda, Darío, Vallejos, Campoamor, entre otros; sin embargo, me parece muy indicado en detenernos en lo que Leo Buscaglia nos aporta, cuando señala: este mundo sigue siendo un misterio, inclusive para los más sabios. Generalmente buscamos las respuestas a nuestros problemas de la vida y del amor en los profesionales, líderes políticos y celebridades; pero estos no hacen más que desilusionarnos por su incapacidad. Si somos inteligentes descubriremos que las respuestas surgen sólo cuando buscamos dentro de nosotros mismos. Otros pueden contribuir a que las entendamos, pero sólo podemos alcanzar la sabiduría a partir de nosotros mismos. Nadie puede remplazarnos en esta tarea.

Además, la sabiduría generalmente nos llega a partir de la ignorancia, de modo que deberíamos sentirnos alentados y estimulados por lo que no sabemos. Descubrir con nuestra atención todo aquello que se manifiesta, en donde nos interrelacionamos y, más aún, por pertenecer transitoriamente a un plano de formas perecederas.

Ya mucho saben lo que el amor es capaz de generar, ya habrán sentido su potencial, su fuerza, esa que manifiesta el espíritu. Ya se habrá experimentado el amor, se habrá aprendido a no dejarse condicionar por él, a no dejarse atrapar por el apego; por el contrario, a mantener la libertad, a saber compartir, a darle paso a que se manifieste la ternura, a dar sin esperar, a ser auténticos en los sentimientos que de él se genera, en pro de acciones que favorezcan nuestro crecimiento.

Leo Verdechia al respecto nos dice: Si me amas intimemos. Aquí estoy delante de ti, vine a buscarte y a encontrarme. Quiero que me oigas… si me amas. Que me regales parte de tu tiempo. Escúchame algún instante. Haz que cese ese ronco rumor de la máquina de tu quehacer para encontrarme en el silencio con tu ser. Quiero mirarte muy de cerca entrar en tu aposento: y desde ahí sintonizar al unísono con tu vibrar. Entre tú y yo no existe distancia. Levanta tus ojos y encuéntrate con mi mirada. Si de ella brota tristeza, me encontrarás con tu nostalgia; si de tus ojos destella una luz abrazará mi verdad con su intuición.

Recuerde, el amor cuando realmente se identifica, incrementa el campo energético de los dos seres que comparten su potencial, ayudan a los espíritus a alimentarse en pro de avivar esa llama, capaz de iluminar la senda por donde se debe transitar con la compañía que nos corresponde estar. Es por eso, que no nos debe extrañar que Verdechia nos diga: Aquí estoy contigo y me siento bien porque tu cobijas la vulnerabilidad de mi existir. Yo te abro un boquete para mi intimidad y tú entras en él con ilusiones. Hay cabida para ti en mi existir porque todo lo que respiras es amor. Yo he nacido para amar y ser amado y esto sólo lo vivo en la intimidad. No me escondo ante ti, me transformo. Soy lo que soy y soy perfecto en lo que soy y tú lo eres para mi. Abre tus ojos y mírame adentro y verás mi mundo de hermosos horizontes que te habla de ti y de mí. Ojala los pueda tocar, para que se disuelvan en el momento con los tuyos. Si me amas, intimemos, porque también tu has nacido para amar y ser amada

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