Sociedad actual venezolana exhibe rasgos de primitivismo

“La entrega de bolsas de comida no es una solución al problema de la crisis.

Es una de demostración palpable del primitivismo en el que vivimos”.

L. V. León

 

Del latín primitīvus, primitivo es aquel o aquello que no tiene ni toma origen de otra cosa. Se trata, por lo tanto, de alguien o algo que está vinculado a los orígenes   o a los primeros tiempos. Los hombres primitivos son quienes vivieron en momentos históricos en los cuales la civilización se encontraba poco desarrollada. La cultura primitiva, por lo tanto, pertenece a la prehistoria. Por extensión, el término se utiliza como sinónimo de elemental o rudimentario.

Esta expresión se usa comúnmente, sin duda, como una etiqueta convencional, para designar a ciertos pueblos del mundo civilizado, situado en los niveles más bajos de desarrollo cultural. No es del todo correcto llamar a estos pueblos primitivos, con un mayor o menor grado de civilización, sin duda, que se puede observar en todos ellos. Ya han surgido de la fase prehistórica de la existencia humana. Algunos de ellos tienen tradiciones muy antiguas. Han sido influenciados por las culturas remotas y de gran arraigo, mientras que el desarrollo cultural de los demás se ha degradado. Primitivismo, en este sentido, es un nivel inferior y el punto de partida para el desarrollo histórico de la conducta humana. 

Con preocupación  analiza el criminólogo Fermín Mármol García las nuevas formas de recrudecimiento de la violencia en Venezuela, y afirma que se involuciona  como sociedad con rasgos de primitivismo.

“La  sociedad venezolana está involucionando, tiene símbolos de una sociedad primitiva. El venezolano está involucionando en buenas costumbres, en cumplimiento de leyes. Un signo  del primitivismo social es el linchamiento. Hemos visto con preocupación el crecimiento del homicidio por encargo, el descuartizamiento del cuerpo humano”, afirma el criminólogo y estudioso del tema de violencia en Venezuela, mencionado en el párrafo anterior.

En  opinión del experto esas actitudes reflejadas en hechos violentos que se han registrado en  los últimos años en el país, son signos de primitivismo e indican que el venezolano modifica parte de su gentilicio  de una manera radical.

Destaca que este primitivismo y la violencia en ascenso, muestran que  se está  fallando  como nación,  y de este modo la violencia no parará, hasta que no existan políticas públicas correctivas.

En consideración de Mármol las políticas públicas fallan en materia de seguridad, y cita la segmentación de la información o la negación a informar que se mantiene desde el gobierno.

Por otra parte el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, afirmó que no existe posibilidad de resolver la crisis económica de Venezuela, sin ningún cambio profundo en el modelo actual. Asimismo, advirtió que la escasez seguirá en aumento, sino se incrementa la producción nacional y la importación de rubros prioritarios. Las bolsas de comida del régimen no es más que un “racionamiento encubierto”.

Con relación a los recientes discursos del Presidente, manifestó que “el populismo de micrófono no va a cubrir ni maquillar la crisis y difícilmente servirá para rescatar la popularidad perdida”.

Llama la atención la contradicción de lo que está ocurriendo en el país, como el saqueo de supermercados en diferentes ciudades del país, con la situación que describe el Gobierno, completamente optimista. Recientemente la canciller venezolana, Delcy Rodríguez declaró en la Organización de Estados Americanos (OEA), que en Venezuela había “pleno abastecimiento de alimentos” y que se había importado comida para alimentar a tres países de su tamaño.

Algunos venezolanos  tomaron estas declaraciones como una falta de respeto al pueblo venezolano. Por ejemplo, Leonardo Padrón respondió, indignado, que la canciller debería dar sus declaraciones en una cola de Abastos Bicentenario, para constatar con la gente que sus afirmaciones son plenamente ciertas. Esta señora “ha ofendido de manera inaceptable a un país entero” y sobre lo sucedido en el automercado irónicamente preguntó: ¿Delcy Rodríguez hará mercado en algunos de esos mercados saqueados?

El pueblo que eligió a los presidentes de los últimos 17 años no razonó, menos ahora, lleno de odio y resentimiento. Primitivismo y Barbarie.

Estas realidades nacionales  recuerdan al famoso libro “Rebelión en la Granja” (Animal Farm), la novela satírica de George Orwell, publicada en 1945, en la que un grupo de animales de una granja expulsa a los humanos tiranos y crea un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en otra tiranía brutal. La obra constituye un análisis de la corrupción que puede surgir tras toda adquisición de poder, en cualquier nivel y está considerada una de las más demoledoras fábulas acerca de la condición humana. Vale la pena releerla para entender que esta rebelión que ocurrió en los mercados que han sido motivo de saqueos, es exactamente igual a lo que ha fracasado históricamente en países que vivieron bajo el mismo sistema económico que hoy tenemos en Venezuela.