Tiempo de Adviento

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor, valiente en la batalla.
Es Yahvé, Dios de los Ejércitos,
Él es el Rey de la Gloria.

Salmo 24

El Tiempo de Adviento es el que comienza el 2 de diciembre y termina el domingo más cercano al 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Natividad y forma una unidad con ésta y la Epifanía. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia Católica y, por estar muy vinculado al rol de la Virgen María, se celebra la solemnidad de la Inmaculada Concepción. En este tiempo no se adorna el templo con flores ni se dice ni se canta el Gloria, aunque sí el Aleluya antes de la proclamación del Evangelio.

El término «Adviento» viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color de las prendas sacerdotales usadas en la liturgia de la iglesia durante este tiempo es el morado y cuyo significado es “renovación”, ayudando así a recordar el carácter de los misterios celebrados, con lo cual se estimula la preparación necesaria para recibir la venida de Cristo.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera de la llegada de Nuestro Señor Jesús. Durante este tiempo la Iglesia empieza a celebrar con anticipación, la llegada de Cristo que motiva una gran fiesta a la cual se llama Navidad que es tan importante para los cristianos que la Iglesia, antes de conmemorarla, prepara a sus hijos durante este período, con un proceso de reflexión y conversión.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:

Primera Parte

Desde el primer domingo de Adviento hasta el día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico (teologal), mirando a la venida del Señor al final de los tiempos.

Segunda Parte

Entre el 17 al 24 de diciembre, es la llamada «Semana Santa» de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en la historia: la Navidad. En el tercer domingo, llamado “Gaudete”, que significa «Gózate» (nombre tomado de la versión latina de la antífona de entrada propia de este día, Cf. Flp. 4, 4-5, «Estad alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca», se puede suavizar el color morado de las vestiduras con toques de blanco, utilizándose vestiduras de color rosa (no obligatorio), indicando así la alegría al acercarse ya la festividad del nacimiento del Señor. También se puede adornar la iglesia con algunas flores.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesia Católica ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea, que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres, para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular: el círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe terminar.

Las ramas verdes: éste es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que se espere su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de la vida. El anhelo más importante en la existencia humana debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, Padre.

Las cuatro velas: hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando -poco a poco- una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la Corona. Así, como las tinieblas se disipan con cada vela que se enciende, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo al mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la Corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de Adviento al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas: que adornan la Corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo, pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo representa el amor a Dios y el amor de Dios que envuelve.

En los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la Corona de Adviento. Luego, se lee La Biblia y alguna meditación. La Corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.

El Adviento claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos deben vivir. Esta actividad se cumple con luz; de aquí el uso de las velas en la Corona. Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia en familia, durante los cuatro domingos que anteceden a la fiesta de Navidad, los cristianos preparan su alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia en la tierra.

Durante el Adviento los cristianos renuevan el deseo de albergar a Cristo por medio de la oración, el sacrificio, la generosidad y la caridad con su entorno familiar y social; es decir, se remozan procurando ser cada día más y mejores personas para recibir a Jesús.

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