Trascender el Sufrimiento

En la medida que se trabaja  en pro de la cultivación del espíritu, se viene liberando de los apegos, condicionamientos y todo aquello que origine sufrimiento,

pues ello origina mucho dolor y algunas veces resentimientos, ira odio.

En que consiste el sufrimiento?  Al respecto señala Wikipedia: El sufrimiento es la sensación motivada por cualquier condición que someta a un sistema nervioso al desgaste. El sufrimiento puede ser por causas físicas o emocionales (psicológicas) y siempre es consciente, no se puede hablar de sufrimiento inconsciente según el psicoanálisis como tampoco se puede hablar de sentimiento o sensaciones inconscientes.

Existen cuatro causas del sufrimiento consciente emocional-espiritual: El temor, la frustración, la sumisión y la cuarta tiene que ver con el "no querer"-"no poder"-"hacer". Cabe aclarar que estas 4 causas del sufrimiento consciente pueden generar gran placer inconsciente.

Es un hecho cierto comenta la fuente citada, que el ser humano ha buscado las causas del sufrimiento desde hace milenios. En el budismo, la razón del sufrimiento es una mera cuestión mental, según palabras del propio Buda, escritas en el texto budista Dhammapada, dice: "El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional", de igual forma, "Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey."

Otra razón proveniente de la psicología moderna, la cual dice que el sufrimiento es la tendencia de la mente, sea por naturaleza o condicionamiento, a identificarse con aspectos negativos: Esta es la conocida costumbre de ver "el vaso medio vacío", y no "el vaso medio lleno" en cada situación.

Según Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva Comportamental, existe una tendencia humana al sabotaje, al dolor, a la crisis, a lo que denominó: la conducta neurótica. La conducta neurótica incluye formas de comportamiento autosaboteadoras que nos alejan, bloquean o impiden la vigencia de nuestros valores o el logro de nuestros objetivos.

Para Renny Yagosesky, Orientador de la Conducta y Escritor, el sufrimiento, visto en el contexto actual, tiene su base en la persistencia de la idea materialista egoísta, y en la incapacidad de las personas para contrarrestar el bombardeo de estímulos nocivos o triviales del medio circundante. La idea de que lo material nos dará bienestar duradero y nos protegerá contra los cambios internos y externos es probadamente caduca, aunque paradójicamente sobrevalorada, pese a que lo material es transitorio y en contra de nuestros apegos, los objetos del mundo se van, se degradan, se vencen, se dañan o mueren.

Por su parte, al respecto de sufrimiento comenta ‘grupo-punarbhava.com.mx’, una de las características básicas de la existencia como seres vivos es el experimentar el sufrimiento. Este sentimiento se va acentuando mientras más apegos desarrollamos bajo la idea que algo ‘nos pertenece.’ Dentro del sinfín de apegos que desarrollamos a lo largo de nuestras vidas,  el sufrimiento lo experimentamos por el mero hecho de ser seres humanos debido a cuatro sucesos: nacimiento, vejez, enfermedad y muerte.

El nacimiento crea sufrimiento ya que pasamos de estar en la seguridad del seno materno y enfrentarnos a una existencia en donde las necesidades de protección, alimento, cobijo y satisfacción de las ‘necesidades básicas’ nos llevan a sufrir si no las tenemos. Y no estamos hablando de ‘caprichos’ sino del sentimiento de hambre, frío, sueño y miedo. Asimismo, la vejez hace sufrir al perder las capacidades motrices y hasta de memoria cuando entramos a una edad avanzada. Con la enfermedad pasa lo mismo, vemos mermadas nuestras capacidades físicas y mentales y por lo tanto sufrimos por no estar al cien por ciento. Finalmente, la muerte nos lleva al sufrimiento ya que el pensar que nuestra existencia llegará a un fin y el misterio de lo que vendrá después nos intranquiliza y más aún cuando pensamos en la posibilidad de la muerte de un ser querido.

Por lo tanto, cabe la pregunta señala la fuente mencionada: ¿qué podemos hacer? ¿existe la posibilidad de trascender estos sufrimientos ‘naturales’? La respuesta es positiva e implica identificarlo, entenderlo y después transformarlo en una oportunidad para ser felices.

La trascendencia del sufrimiento implica reconocer los errores que llevaron a cometerlo y sustentarlo no para crear culpas sino aprendizajes. Si logramos hacer del error en nosotros, la vía de la toma de conciencia, entonces le damos un sentido positivo y transformador que  nos ayuda a dejar de culparnos y culpar. Por ende, empezaremos a vivir con mayor atención en cada paso que damos y la manera en que respondemos a la vida será con la intención, atención y acción.

 ¿Cuáles serían algunas características del sufrimiento?

Al respecto recuerda ‘crecimiento-y-bienestar-emocional.com’: Cuando una persona sufre, presenta alguna de las siguientes características:

Cree que se va a enfrentar a un daño físico, psicológico o social importante, es decir, se siente amenazada.
No acepta el dolor o la situación relacionada con el sufrimiento y se rebela: "¿Por qué a mí?, no es justo, no debería ser así", etc.
Se siente incapaz de hacerle frente, ya que está convencida de no tener los recursos necesarios para vencer la amenaza (solucionar el problema o acabar con el dolor) de manera exitosa, por lo que se siente indefensa.
Vive un grado importante de incertidumbre.

No sabe cuándo o cómo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones piensa que         esa situación va a durar por siempre.

Cree que no lo va a poder soportar.
Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control sobre lo que sucede e incluso sobre sí mismo, que se manifiesta en la intensificación de diferentes emociones: depresión, enojo, autocompasión, etc.

Podemos sufrir ante:

Un hecho real, en el sentido de que está sucediendo en el presente,
un recuerdo de algo que sucedió,
un hecho imaginario, como cuando "vemos" con tal claridad una situación que creemos que se va a dar en el futuro, que despierta nuestras emociones,
el sufrimiento de los demás.

Definitivamente, no debemos dejarnos atrapar por el sufrimiento, debemos estar atentos cuando este se manifiesta y saber afrontarlos para evitarnos dolor.

El sufrimiento, si nos proponemos, puede llegar a su final en la medida que cultivamos nuestro espíritu. Considere al respecto el trascender el  sufrimiento, lo que señala ‘masconciencia.com’, que según la sabiduría oriental, el final del sufrimiento tiene que ver con la trascendencia del ego y con la naturaleza de la conciencia. Esto es algo inaccesible para las conciencias sensorial, conceptual y emocional, que son con las que habitualmente trabaja la psicoterapia. Para ello, es preciso acceder a estados más sutiles y lúcidos de conciencia.

Las psicoterapias que se adentran en los aspectos transpersonales del ser humano, utilizan técnicas de acceso a estados no ordinarios de conciencia desde los cuales el yo y el sufrimiento adquieren una dimensión diferente. Una de esas técnicas es la meditación.

La meditación permite trascender las conciencias sensoriales, la conciencia conceptual y emocional, y acceder a la conciencia primordial, dotada de la lucidez necesaria para percibir la naturaleza del ser y la naturaleza de la mente. En estados de meditación profunda es posible la indagación en cómo la visión ilusoria que tenemos de nosotros mismos está relacionada con el origen del sufrimiento.

Un trabajo continuo y profundo con la conciencia lúcida, llevaría a la percepción de la naturaleza ilusoria de aquello que creemos ser y a la percepción directa de la naturaleza del ser, aquello que trascenderá a la muerte: nuestro sufrimiento vital por antonomasia.

(*) Fuentes debidamente especificadas

Web: www.carmorvane.com