Una empresa dentro del Socialismo (A las empresas del grupo POLAR)

“El político se convierte en estadista,
cuando comienza a pensar en las próximas
generaciones y no en las próximas elecciones.”

Winston Churchill

Hay un canal por cable que está abordando totalmente, y con bastante calidad por cierto, el tema de la gerencia. En esta alternativa televisiva pude disfrutar en días pasados, de un excelente documental sobre una empresa brasileña llamada EMBRAER, la cual se dedica a una ramo altamente sofisticado en cuanto a niveles tecnológicos se refiere: la fabricación de aeronaves y opera al sur de Brasil, empleando algo más de 16.000 personas. La Compañía como tal en su distribución de mercados atendidos dedica un 50% de su producción a fabricar aviones comerciales, mientras que el 50% restante los divide entre aviones de uso militar y jets privados. La empresa cuenta con un servicio post venta de extraordinarias calificaciones que le da rango mundial y que avala la fabricación de un promedio de 40 aeronaves anuales.

Cuando uno, desde fuera, observa la compleja y delicada operación que realizan y las elaboradas normas protocolares que ejecutan para asegurar oportunidad, calidad y cantidad en sus despachos, no deja de asombrarse. Todos estos cuidados y detalles le han convertido en ¡la tercera compañía de aviación del mundo, después de gigantes como Boeing y Douglas! Resalta todavía más, que bajo el sistema socialista que impera en el país amazónico, esta empresa líder se haya fortalecido, al punto de obtener para el 2008 un ingreso neto de 6.335 millones de US$, su máximo histórico. Observar cómo se implementan políticas dirigidas a entrenar y mantener a su personal especializado, permiten explicar el por qué de su rotundo éxito comercial e institucional. Un éxito que ha auspiciado el Ejecutivo de esa nación, en el entendido del potencial generador de riqueza y recursos para la nación, que entraña toda galvanización del proceso productivo; sobre todo en este tipo de empresas de altísimo valor agregado, el cual termina por repercutir en la calidad de vida de las personas que, directa e indirectamente, se vinculan a ella por relaciones comerciales y de tipo social.

Es una empresa bajo el socialismo en su moderna concepción, una empresa que genera dividendos y bienestar para la sociedad en la que le ha tocado desarrollarse.

Un buen ejemplo.

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