¿UNA NUEVA GUERRA EXITOSA?

Jorge Sánchez Meleán.

Aunque las últimas décadas han sido las mas pacíficas de la historia de la humanidad, el 2020 se ha iniciado con la muerte violenta, mediante un instrumento de la Revolución Tecnológica que estamos experimentando, del Mayor General Qasem Soleimani Comandante de la Fuerza élite Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní, por decisión de los Estados Unidos de Norteamérica.

Como expertos y legos lo temían, así como en 1914 el asesinato de un archiduque austriaco provocó la Primera Guerra Mundial, en cualquier momento en el desierto sirio, en Corea o en el Oriente Próximo en general, catalogado hoy como el “ring del mundo”, podría generarse un incidente que prendiera la mecha de un nuevo conflicto global.

Aunque no faltan motivos para preocuparse por lo acontecido, dadas las tensiones crecientes en el mundo, hay diferencias de fondo entre 2020 y 1914. En 1914 las élites del mundo pensaban que las guerras exitosas -de las que tenían muchos ejemplos recientes, contribuían a la prosperidad económica y a mayor poder político. Hoy en cambio, nadie cree en la posibilidad de una guerra exitosa.

Las élites actuales tienen buenas razones para sospechar que este tipo de guerras podrían haberse extinguido, porque en el presente no beneficiarían a nadie. Después de la Segunda Guerra mundial en cambio, países como EEUU o China por ejemplo, deben su ascenso a factores estrictamente económicos, así como Japón, Alemania o Italia. En estos casos, la prosperidad y la influencia geopolítica se consiguieron sin hacer un solo disparo.

El destacado historiador Y. Noah Harari en su libro “21 lecciones para el sigloXXI” se hace esta pregunta:¿ Por qué les resulta tan difícil a las grandes potencias emprender guerras con éxito en el siglo XXI? Y la primera razón que aduce es “el cambio en la naturaleza de la economía”. Antes, los activos económicos eran materiales. Era fácil enriquecerse mediante la conquista. En el siglo XXI de este modo solo pudieran obtenerse beneficios exiguos, pues los principales activos económicos son el conocimiento técnico e institucional, mas que las minas de oro o los campos petroleros.

Una guerra con éxito en teoría, solo se justificaría, si pudiera producir beneficios enormes al vencedor al redistribuir a su favor el sistema de comercio global. Pero los cambios en la tecnología militar dificultan hoy tal hecho.

Para Y.Noah Harari, “la bomba atómica ha convertido en un suicidio colectivo la victoria en una guerra mundial”. La ciberguerra hace que una guerra global sea hoy fatal para todos. Para el citado autor, “las armas nucleares y la ciberguerra son tecnologías de daños elevados y pocos beneficios. Se pueden emplear estas herramientas para destruir países enteros, pero en absoluto para construir imperios rentables”.

De allí entonces, que la mejor garantía de paz en el mundo de hoy sea, que las principales potencias no estén familiarizadas con ejemplos recientes de guerras victoriosas o exitosas. Sin embargo, aunque las guerras hoy sean un negocio improductivo, esto no determina una garantía absoluta de paz, porque jamás debemos subestimar a la estupidez humana. Los humanos son propensos a llevar a cabo actividades autodestructivas. Por ello, solo una alta dosis de humildad es un remedio potencial para la estupidez humana.

En el mundo de hoy, las tensiones nacionales, religiosas y culturales empeoran por el sentimiento exageradamente grandioso de algunas naciones. Ninguna de ellas puede aspirar a que sus intereses estén por encima de cualquier otro o de la humanidad en su conjunto.

De allí entonces,que cuando nuevos incidentes como el sucedido en Irak, o los que pudieran acontecer en casos como el de Venezuela, Cuba o Nicaragua pudieran encender la mecha de un conflicto, a todos nos corresponde hacer grandes esfuerzos para que las naciones, las religiones y las culturas sean mas realistas y modestas respecto a su verdadero lugar en el mundo. Solo eso nos daría una garantía absoluta de paz como la que hemos vivido durante las últimas décadas, ya que hoy ninguna guerra sería exitosa para nadie. Podría ser el fin del Homo Sapiens, sin que haya aparecido en plenitud el Homo Deus que predice el historiador mencionado.