La Universidad de Carabobo tiene, gracias a su comunidad universitaria, la oportunidad de revindicarse de su compromiso con la región, el país, de escoger a candidatos realmente proactivos, generadores de cambios, transformadores que la rescaten de las sombra donde ha permanecido en los últimos años, deteriorándose su rol académico e investigativo, utilizando inadecuadamente el talento humano que posee, consecuencia de los grupos de poder que durante años la han eclipsado en su desarrollo, evitando su adaptación a las exigencias que el actual escenario reclama, autoridades que se identifiquen plenamente con los requerimientos que la Sociedad del Conocimiento demanda, retroalimentándola con los cambios necesarios que los nuevos perfiles profesionales de las carreras que ofrece exigen de acuerdo a las características del actual escenario nacional e internacional, todo ello a fin de garantizar calidad de sus egresados, capaces de aportar sus conocimientos en pro del desarrollo del país.
Se necesita de un nuevo liderazgo, plenamente identificado éste con los cambios, transformaciones que garanticen una gestión educativa y de investigación con programas renovadores, que den paso a las aportaciones de soluciones a los serios problemas que actualmente en lo educativo, social, científico, tecnológico, económico, afronta la universidad.
Un liderazgo abierto a la participación, que sepa usar las aportaciones que el coaching aporta en pro de productividad, excelencia, dando paso a resultados que favorezcan el desempeño esperado que hoy más que nunca el presente requiere.
Unas autoridades abiertas al diálogo, proactivas , que manejen adecuadamente el talento humano que las universidades encierran, dándoles oportunidades a muchos docentes, profesionales capacitados, que por no pertenecer a los grupos de poder son discriminados, desperdiciándose su enorme potencial creativo, innovador.
Autoridades que generen las transformaciones necesarias, a fin de retroalimentar los antiguos sistemas administrativos que descansan en una burocracia ineficiente, involucrando pérdida de tiempo, costos, operatividad.
Deben rescatar las autoridades la experiencia, conocimientos de su profesores jubilados, dándole oportunidad a incorporarse en cátedras que se requieren de docentes calificados, capaces de aportar sus conocimientos y motivar a los futuros profesionales, a generar otros nuevos que favorezcan su formación y conlleven al cambio requerido, en pro de una educación favorable para el país.
Autoridades, que estén atentas a los cambios, a los compromisos del desarrollo de la universidad en resguardar y reafirmar su autonomía que, como lo señala un candidato al rectorado, la autonomía universitaria se materializa con el cuerpo de doctrina que consagra su visión, su misión; sus principios, su naturaleza y sus fines, con el correspondiente marco normativo y regulatorio que da vigencia a la estructura organizativa universitaria.
Deben las nuevas autoridades compenetrarse más en pro del manejo adecuado de las finanzas, con su raquítico presupuesto, y buscar la manera de cómo incrementar sus ingresos con programas de asesoramiento, aportaciones a instituciones públicas y privadas que requieran de sus servicios, aprovechando con ello más su vinculación, de tal forma de rescatar su pobre participación ante los problemas que la región afronta. Deben buscar nuevas formas de activar las vinculaciones con respecto a las instituciones gubernamentales como la Alcaldía, Gobernación, con el mismo Estado, ante las nuevas aperturas económicas que éste está emprendiendo, en donde algunas Facultades se pueden favorecer, como las de economía, ciencias administrativas, ingeniería, salud, que pueden aportar sus conocimientos y generar resultados que beneficien a todos.
Se debe dar paso a una Fundación Universitaria que ofrezca el servicio de incubación de empresas, a fin de capacitar a los nuevos emprendedores que han desarrollado sus productos y crear Pymes que favorezcan a la región, al país.
Fundar su propio Hospital universitario, dado a que cuenta con los recursos humanos y terreno para desarrollarlo, garantizando un servicio que favorecería a la región.
Así, como un Estadio Universitario, que también contribuirían con actividades deportivas, estadios que como los de la UCV, garantizan ingresos económicos sabiéndosele administrar.
Las nuevas autoridades deben reestructurar las funciones del departamento encargado de Relaciones Públicas y tornarlo más participativo, operativo, en función de saber aprovechar las oportunidades que se generan con respecto a las Alianzas, acuerdos, de tal forma que beneficien a la comunidad universitaria y al mismo país.
Las nuevas autoridades deben activar los cursos ‘online’ en aquellas Facultades que se prestan para cursos de postgrados, conferencias audiovisuales a fin de proyectarse nacional e internacionalmente, utilizar la potencialidad académica de sus docentes, ofreciendo maestrías, doctorados, que además, les genere ingresos, los cuales podrían incrementar la mejora de sus servicios audiovisuales y cualquier otro problema que se afronte, como la actualización de sus bibliotecas, salas de computación.
Concretamente, la Universidad de Carabobo ante los nuevos retos que el actual Gobierno ha generado, debe estar atenta ante los programas que éste está iniciando, a fin de determinar cuál debe ser su participación, saber aprovechar las oportunidades que se le presentan, reafirmar sus fortalezas, cuidarse de las amenazas y, sobre todo, no ser pasiva ante una realidad turbulenta en donde el riesgo, incertidumbre de su supervivencia, está constantemente en peligro.
Las nuevas autoridades tienen ser más proactivas, menos figurativas, más integradoras, saber usar adecuadamente sus recursos, especialmente el humano, en donde se manifiestan grandes debilidades a un costo muy representativo, que la ha perjudicado por mucho tiempo.
Las nuevas autoridades deben garantizar democracia, libertad de opiniones, participación, que conlleve a los cambios que hoy la universidad requiere para garantizar un rol que favorezca a todos y no solamente a los grupos de poder que se han enquistado por años.
Esperamos, que la comunidad universitaria de Carabobo despierte del letargo en que permanece por un significativo tiempo y dé paso a una nueva generación de líderes universitarios, que garanticen ese cambio que se necesita para alcanzar la excelencia académica, y que su rol sea dinámico en pro del crecimiento de la región, del país. ¡Por que así sea…!
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