Este celular de alta tecnología, fue diseñado especialmente para el mundo corporativo, empresarios (por ejemplo), que necesitan mantenerse informados, vía correo electrónico, a través de una red inalámbrica.
En los adolescentes, esta es la excusa: puedo enviar fotos más rápido, enviar mensajes, chatear y, además, ver los trabajos que me mandan del colegio. Su utilización se ha masificado tanto, que para muchos adolescentes venezolanos, el BlackBerry, es sinónimo de status.
“En mi salón de clases somos 35 y 25 tienen BlackBerry”. Algunos jóvenes comentan, que no tienen miedo de que se los roben y no tienen temor a sacarlo en cualquier lugar, pese a que el número de robos se ha incrementado considerablemente.
Varios adolescentes aseguran, que “a algunos profesores, no les importa si los usamos en clase”. Otro joven comenta, “no me da miedo que me lo roben, pero no lo saco en cualquier parte”, estudia quinto año de bachillerato y tiene un tiene un BlackBerry Storm 9500, que se cotiza entre 4.000 y 5.000 bolívares en Internet.
Para el director de Cecodap, (organización no gubernamental de atención a la infancia) el gusto por esos equipos se basa, en un patrón de conducta familiar, y por ello los padres tienen una enorme responsabilidad, en el uso que hagan los niños y adolescentes con el teléfono. Recomienda a los progenitores que conozcan el aparato y los orienten sobre su uso.
Vicky Durán, psiquiatra infantil, explica que: “Es necesario asumir una actitud balanceada entre lo que desean los hijos, los costos de esos deseos y la seguridad personal. Hay que mantener una comunicación para protegerlos de los excesos».
La dependencia a las redes, así como a la computadora o al BlackBerry, están convirtiendo nuestro estilo de vida en uno con menor calidad, donde no tenemos tiempo para nosotros mismos, la familia y los procesos de socialización. En la medida que no podamos establecer un equilibrio entre estos dos ámbitos, el medio nos va a robotizar.
Se recomienda establecer algunos parámetros, para el uso debido de este teléfono y las redes sociales, a las cuales los jóvenes están muy apagados.
Limitar el tiempo de conexión, no descuidar tu vida social, tener malicia con la gente desconocida que se interactúa. En el cines, en la iglesia, restaurantes, por favor, no uses el teléfono.
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