Valorar lo que se tiene

Cuando alguien desea algo
debe saber que corre riesgos y
por eso la vida vale la pena.

Paulo Coelho

De vez en cuando hay que detenerse a evaluar todo aquello que hemos alcanzado, además de lo que ya teníamos, reconocer su valor, lo que representa, todo el esfuerzo que hemos hecho para su logro. Debemos saber apreciar nuestras cosas, nuestras relaciones, sin dejar que nos atrape la dependencia, pues si a esta no la sabemos manejar dará paso a que se genere el sufrimiento y ello puede afectarnos en nuestro comportamiento.

Debemos sorprendernos cómo nos comportamos ante aquello que poseemos, cuánto valor le damos, que tanto apreciamos sus logros, cuanto lo cuidamos, y sobre todo, cuanto lo compartimos, especialmente por saber lo de su valor lo que puede representar para aquellos que lo requieren.

Al evaluar lo que poseemos se consideran varios aspectos que debemos saber manejar, la codicia, el egoísmo, el ego, aspectos que debemos controlar a fin de que no nos afecten en nuestro crecimiento personal.

Debemos mientras poseemos las cosas, o el valor de la amistad, el matrimonio, los hijos, dependiendo del rol que estemos evaluando con valor optimizar sus resultados mientras permanecemos acá y se garantice que a quienes le hemos dado valor sepan cuánto representan para nosotros, no después que se pierden.

El valor es propio de cada quien, de acuerdo a su alcance y repercusiones que representa, cada uno determina lo que significa lo que se está evaluando

Nuestro vehículo físico por ejemplo, es valioso, nos corresponde propiciarle el valor a través de la garantía de la salud, su valor está manifestado en la garantía dentro de nuestro control, de conservarnos la vida.

A nuestra compañera la valoramos de acuerdo a nuestra identificación con lo que ella representa, en nuestro tránsito por esta dimensión en el rol que desempeña en pro de la familia, de los hijos de todo aquello que garantiza felicidad, del amo que se genera.

A las amistades que hemos forjado, también la valoramos de acuerdo a su comportamiento, identificación con nuestros valores, ética, moral compromiso, servicio; cada uno sabe lo que representa un amigo o amiga, el valor lo ponemos de acuerdo a lo que nos ha propiciado o dicha amistad.

Muchas cosas que hemos alcanzado, adquirido, nos han costado, han involucrado, tiempo, esfuerzos constancia, dedicación, hasta muchas veces sufrimiento y, por ende, su valor cada quien lo sabe .

A muchos les sucede que una vez que lo pierden es que se dan cuenta lo que ello representó y empiezan las quejas, los sufrimientos, por no haberse aprovechado mientras se tenía.

Sobre este tema muchos opinan de acuerdo a su percepción experimentación de lo que han transitado y convivido con personas, interrelacionados con este mundo en todas sus manifestaciones dando paso a los sentimientos y emociones y así alguien señalaba: sabes por ejemplo, cuando valoras la vida, cuando estas fuera de tu país, empiezas a extrañar, la familia, la comida, el lugar en que naciste, cuando te enfermas, y luego te recuperas, cuando ves en la calle, gente que se arrastra, y te pide una moneda, gente que no tiene brazos ni piernas, cuando ves gente con cáncer, cuando ves que tu tienes todo físicamente, económicamente, o cuando se te acaba también, cuando te quedas sin un peso, que a veces no tienes para sacar el mes de la despensa, y te acuerdas, los buenos tiempos en que tenias todo, y no lo sabias valorar, y luego te llegan buenas rachas, así es la vida, a veces el pato nada, y a veces ni agua tiene, pero si, yo veo gente que se queja de todo, que es muy exigente, y me digo, lo que pasa es que no ha sufrido, cuando sufres inundaciones, incendios, y luego te recuperas, y ayudas a los demás, desgraciadamente, para eso es el sufrimiento, porque solo sintiéndolo en carne propia, podrás comprender a los demás, y valorar lo que tienes, y dar gracias por lo poco o mucho que tenemos.

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