Venezuela 2019, la refundación de la nación

Hace 200 años se dieron pasos decisivos hacia la conformación de una nación libre, siendo el Congreso de Angostura y la Batalla de Carabobo, la definitiva partida de nacimiento de aquello que inicialmente se identificó como capitanía general en 1777, en aquel entonces no llegábamos ni a doble A, ya que los virreinatos creados por la corona española apuntaron durante la Colonia siempre hacia Bogotá, Quito, Lima, Buenos Aires.  En verdad nuestros lares eran vistos como una ranchería, solo éramos centro de mitos y leyendas como el Dorado, siendo vistos nuestros héroes patrios como bandoleros que se peleaban entre ellos.

 En dos siglos  mucha agua ha trasegado el río, guerras, revoluciones, golpes de estado, caudillos a caballo y en tanques militares, hasta que llegó la peste que disecó a un país llamado Venezuela a lo largo del siglo XXI, que no puede ser llamada de otra forma al representar un régimen que condena al hambre y a la muerte a millones de habitantes.

Cuando faltaban cinco pa’ las doce el 31 de diciembre 2018, Maduro y familia, creían tener en un puño, o mejor dicho en un saco insondable de millardos de dólares, al secuestrado Estado y al país. Tamaña pretensión les duro hasta el 10 de enero, con el acto bufo y grotesco de juramentación ante el TSJ farsante, de ahí adelante la familia presidencial y los acólitos del régimen no pegan una pestaña, ya que sienten el sol en la espalda y la penumbra de la despedida del poder.

Observemos las paradojas y enseñanzas de nuestra historia, ésta no da más para caudillos, ni salvadores de la patria.  Si por mala pata que menos mal no fue así, le hubiese tocado a Guaidó ser presidente de la AN el pasado 2018, no hubiera ocurrido salvo circunstancias, nada diferente a la anodina gestión de su antecesor, y por el contrario, si cualquiera de los tres que antecedieron a Guaidó  hubieran asumido la presidencia de la AN para 2019 por el pacto de rotación anual,  se habrían convertido en un obstáculo por sus posiciones conservadoras ante la transición, como lo demostraron sus respectivas gestiones.

 Así que los entretelones de la historia se la rifaron con el actual presidente interino, y las curiosidades  del  destino determinaron que el hambre y la necesidad se fundieran para parir la incipiente historia de 2019, que significará a Venezuela entrar al siglo XXI tardíamente, esperando finalmente se concrete para bien de todos en el corto plazo. Tal como le sucediera a la Venezuela en la centuria pasada  que se adentró al siglo XX como escribiera Mariano Picón Salas en 1936 a partir de la muerte del tirano Gómez, ello no impidió a pesar del interregno perejimenista, que tuviéramos la etapa democrática con todo sus bemoles y sostenidos más extensa de nuestra historia.

No tengo duda alguna que lo sucedido en el incipiente año es único, no tiene parangón, es de un significado trascendental, en la historia  continental solo es comparable a la gesta de nuestra  independencia del siglo XIX. Supera incluso todo lo vivido el 23 de enero de 1958, como también la batahola que generó Chávez en 1999, tanto que promovió la actual constitución luego desechada en solo meses al echarla al cesto de la basura.

Las movilizaciones del 23 de enero, los cabildos abiertos y las jornadas de febrero, han visualizado la irrupción de millones de ciudadanos en las calles y pueblos de nuestra geografía, en páramos, sabanas, potreros y comarcas, como jamás se conoció en nuestra historia, con un significado especifico que multiplica su dimensión, al salir despavoridos alrededor de 5 millones de venezolanos fuera del país, quienes motivaron solidaridad en el mundo entero. Acciones que en su conjunto han abierto las puertas del derrumbe de la dictadura.

Ese tsunami humano que en su mayoría no tiene militancia partidista, no debiera ser desperdiciado, ni monopolizado, ni manipulado por sector político alguno,  en este nuevo escenario se debe ser inclusivo, y se debe dar participación a toda la sociedad civil en esta nueva oportunidad de refundar nuestra nación, oprimida y saqueada por la peor calaña política que conozca la historia latinoamericana. Como dijera el chivo negro ¡Así son las cosas¡

Froilan Barrios Nieves

Movimiento Laborista