Victor Alvarez y la cripto reforma monetaria.

Víctor Álvarez R. Publicado enero 21, 2020

@victoralvarezr

En Venezuela, el billete de más alta denominación es de 50 mil bolívares y equivale a menos de un dólar. La hiperinflación se comió el poder de compra del bolívar que ya no puede cumplir con las funciones básicas de una moneda como son las de servir de unidad de cuenta para medir los precios, medio de pago en las operaciones de compra-venta y reserva de valor para los ahorros.

En vista de que el bolívar soberano no funciona, el gobierno intenta ahora abrirle camino al Petro como nueva moneda nacional. Por eso exige el pago en Petros de impuestos, tasas y contribuciones para los trámites referidos a los servicios que presta:

Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI).

Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren).

Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime.

Instituto Nacional de Canalizaciones (INC).

Bolivariana de Puertos (Bolipuertos).

Bolivariana de Aeropuertos (BAER).

Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC).

Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA).

Asimismo, el gobierno también anunció que comenzará a pagar en petros los beneficios laborales y las prestaciones sociales. De hecho, en diciembre puso en marcha un ensayo y obligó a los comercios con puntos de venta del Banco de Venezuela a aceptar pagos en petros para que jubilados y pensionados hicieran uso del petroaguinaldo que consistió en un regalo de ½ Petro, equivalente a $ 30.

Si bien la operación se registraba en el punto de venta en petros, al final el comercio recibía bolívares que de inmediato destinaba a la compra de divisas, generando así una demanda que presionó al alza el dólar paralelo.

El gobierno también ha informado que exigirá el uso del Petro en las transacciones internacionales de Pdvsa y empresas públicas. A los contratistas les obliga a recibir una parte de sus pagos en Petros que luego estos tienen que vender con considerables descuentos para convertirlos en dólares y así poder pagar a sus proveedores privados que se niegan a recibirles los Petros que previamente les ha pagado el gobierno.

A la luz de la nueva realidad, puede observarse que está en marcha una petro-reforma monetaria para sustituir a un bolívar que definitivamente ya no funciona como moneda nacional. Ahora bien, el gobierno podrá ampliar los usos del petro obligando a pagar en esta moneda digital las tarifas, tasas e impuestos porque ejerce el monopolio sobre los servicios públicos asociados a estos pagos, pero lo que no puede hacer es obligar a los compradores extranjeros de petróleo y minerales venezolanos –que tienen otras alternativas en el mercado internacional–, a cancelar sus pagos en petros.

De hecho, en la presentación anual de la Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Nicolás Maduro anunció una ampliación de usos del Petro (PTR) y firmó el Decreto N° 4096 en el que establece el pago en PTR para las siguientes operaciones:

1. Venta de 4.5 MM de barriles de petróleo.

2. Venta mínima de 50 mil barriles diarios.

3. Venta de toda la gasolina para aeronaves.

4. Venta de 1 millón de toneladas de hierro.

5. Quince por ciento (15%) de las exportaciones de empresas del Estado.

6. Deudas con el Estado en divisas.

7. Pago de tasas y tarifas de los siguientes servicios:

No obstante, la pregunta que cabe realizarse es: ¿Y no es mejor que venda directamente el petróleo en dólares? El gobierno puede ampliar los usos del petro obligando a pagar las tarifas, tasas e impuestos porque ejerce el monopolio sobre los servicios públicos asociados a estos pagos, pero lo que no puede hacer es obligar a los compradores de petróleo, hierro y minerales venezolanos -que tienen otras alternativas en el mercado internacional-, a cancelar sus pagos en petros.

Al imponer funciones de medio de pago a una moneda digital difícil de usar, el propio gobierno erosiona la credibilidad del Petro y sabotea su aceptación como nuevo signo monetario nacional y atenta contra su objetivo antiinflacionario al proceder de manera tan improvisada para impulsar el uso del PTR.

Como corolario de esta situación, se puede comentar que lejos de generar confianza en la moneda digital, se ha creado mucha confusión e incertidumbre, toda vez que al reintegrar a los comercios bolívares y no petros, el experimento se tradujo en nuevas emisiones de dinero inorgánico inflacionario que desquiciaron la tasa de cambio y desbordaron los precios; atentando todavía más, contra el poder adquisitivo de la mayoría de la gente.

Víctor Álvarez