Este artículo tiene como propósito resaltar la importancia de la sostenibilidad en el desarrollo de la sociedad y la relevancia del desarrollo sostenible urbano.
En los últimos tiempos, el interés de los científicos sociales y de los economistas se ha centrado en dos cuestiones: la medición del desarrollo y la definición de los factores condicionantes del crecimiento.
Desde los análisis relativos a la Economía Ecológica se denuncia que las medidas agregadas tienen importantes lagunas por cubrir, concediendo excesivo énfasis a los valores monetarios y al mercado como institución para asignar recursos.
Las señales de alerta no son recogidas de forma eficiente por las medidas tradicionales de desarrollo, como el PIB, que consideran el crecimiento económico como el principal componente del desarrollo, e incluso del bienestar, sin referencia alguna a la calidad del modelo seguido en términos distributivos, ecológicos o intertemporales.
Ante esta realidad, se renueva la preocupación por el medio natural, la biodiversidad y el equilibrio ecológico a nivel planetario, buscando formas de urbanización, producción, consumo, etc. que aseguren el mantenimiento del bienestar para las generaciones futuras. Es así como la idea de sostenibilidad ha inundado los ambientes académicos y ha transcendido al ámbito político y social.
Los indicadores de sostenibilidad juegan un papel crucial en el proceso de planificación, pues permiten afrontar, con ciertas garantías de éxito, la evaluación directa de las cuestiones estratégicas referidas por ejemplo al consumo de recursos o la emisión de contaminantes y residuos.
De nuevo dentro del enfoque de los indicadores de sostenibilidad, se aprecia una gran heterogeneidad, distinguiéndose no obstante la siguiente clasificación: indicadores físicos, centrados en la representación en términos físicos de los efectos que sobre el medio tienen las actividades humanas; indicadores denominados integrales, al conjugar junto a los anteriores, aquellos aspectos referidos a las cuestiones socioeconómicas y los indicadores perceptivos.
En relación a los indicadores ecológicos y de sostenibilidad, destacan las aportaciones que desde organismos internacionales como la Unión Europea, la OCDE y sobre todo Naciones Unidas, se han realizado en este sentido. Estos indicadores no ofrecen valores guía o de referencia hacia el desarrollo sostenible, sino que ayudan simplemente a mejorar la información ambiental y el conocimiento de las interrelaciones entre ecosistemas naturales y artificiales, hecho básico para poder implementar una política coherente hacia el desarrollo sostenible urbano.
Es difícil no sentir cierta pesadumbre ante los resultados obtenidos a la hora de explicar e incorporar en los modelos económicos la aparición de señales de alerta que muestran las limitaciones físicas del planeta desde la escala global a la local.
Progresivamente se muestran con claridad la necesidad de realizar indicadores más cercanos y útiles para la toma de decisiones y la monitorización del desarrollo urbano más que para llevar a cabo análisis científicos aislados.
Al diseñar una política urbana que analice los niveles de bienestar y de crecimiento económico, junto a la calidad del entorno y la presión sobre los recursos naturales, es necesaria la implementación de un sistema de información orientado a la medida integral del desarrollo urbano.
Así, la vigilancia y el cuidado del medio ambiente urbano, en todas sus facetas, es fundamental para disfrutar de una auténtica calidad de vida. No es fácil conseguir una ciudad sostenible; sin embargo, el desarrollo sostenible de las ciudades sigue presentando grandes desafíos para la política territorial.
Se necesitan políticas integradas que conduzcan al manejo adecuado del territorio y que se vinculen a las políticas de desarrollo económico y social. Su abordaje requiere especialmente la convergencia en el espacio urbano de la necesidad de: internalizar los costos ambientales; asumir y resolver las inequidades sociales; reconocer y abordar restricciones económicas relacionadas a la eficiencia de la política.
(*) Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Autónoma de Sinaloa, México.
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Referencias:
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CCE (2001b): A sustainable Europe for a Better World: A European Union Strategy for Sustainable Development. Communication from the Commission. COM (2001) 264. Comisión de las Comunidades Europeas. Bruselas.
OCDE (2001a): OECD Environmental Outlook. OCDE Paris.
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World Bank (2001): Urban Environmental Priorities. Environmental Strategy Background Papers. Urban Development Division, Infraestructure Group. World Bank. Washington, D.C.
World Economic Forum (2001): 2001 Environmental Sustainability Index. In collaboration with Yale Center for Environmental Law and Policy and the Center for International Earth Science Information Network at Columbia University. World Economic Forum. Annual Meeting in Davos, Switzerland