Bellos momentos

Amistad, palabra clave. Difícil de escuchar, pero existente. ¿Cuándo expresamos amistad? Desde que empezamos la vida. Ahí aprendemos a jugar, a participar con personas que no son de nuestro entorno familiar y los llamamos amigos. Pero, ¿y cuándo crecemos? Bueno, ahí si vamos distinguiendo, quién es amigo de quien. Pero, luego de 20 años me pregunto: ¿sabemos o no, lo que es Amistad? Yo diría que, por mi parte, lo entendí. La Promoción del Instituto María Montessori del año 1986, realizó el cuarto reencuentro de ex-alumnos el sábado 31 de mayo, en la Casa Portuguesa. Fue maravilloso; compartieron con familiares. Y los cuentos y preguntas no dejaban de fluir. Encontré, muchos de los viejos recuerdos guardados dentro de mí, como en el baúl que colocamos en el desván. Y ¿cómo llegue ahí? Bien, la historia es larga y el motivo muy hermoso.

Un gran amigo, quien es de esa misma promoción, me pasó la invitación y les diré: fuimos acogidos, mi hijo y yo, de una manera excepcional, de lo mejor. Pude mostrarle a él, lo que significa compartir, mantener los valores de una sociedad que, hoy en día, tiene demasiadas limitaciones. Que pudiera descubrir, por experiencia propia, el respeto, el amor y el camino que conlleva el estudio, cuando de la mano de un profesor como el profesor Pedro J. Mujica, recibimos la gracia de explorar ese maravilloso mundo, que nos hace crecer como personas y como seres humanos y apreciar lo maravilloso que es compartir, buenos y malos momentos, con los compañeros. Es una de muchas de las cosas que, hoy en día, se han perdido por una u otra razón.

Fue tanta la alegría que invadía el espacio que compartíamos, que muchas personas que se encontraban en otros espacios de la Casa Portuguesa, bailaban al son de la música de los 70 y 80. Ahí no existían distinciones, sólo una amistad que los llevaba a compartir de nuevo, gratos momentos de juventud. La niñez volvió y con ella la madurez; esa mezcla que todo ser humano mantiene dentro de sí; creó un ambiente inimaginable. Era hermoso ver y sentir esa energía. Y ahí, reunidos otra vez, los hijos de Mujica, le dieron el valor que se merece a tan distinguido e insigne profesor, amante de la educación y mentor de sus niños. Me lo imaginé parado junto a todos, viendo con orgullo, los grandes hombres y mujeres en que se habían convertido cada uno de ellos. Entonces, aquí respondo: ¿Sabemos lo que es amistad? y ¿existe?

Bueno, queridos amigos, vengan a estos bellos reencuentros y verán que no se ha perdido todo, sólo los mantenemos ocultos… por los momentos.

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