Cosas ciertas y ciertas cosas

Seguridad Social Venezolana, una entelequia

El último año de Caldera, en su segundo período fue aprobada la ley de Seguridad Social, en todas sus etapas. Discutida en primera instancia en la Cámara de Diputados y luego en la de Senadores. Una decisión tomada bajo el manto democrático, dentro del pluralismo ideológico del momento. Lo cual le daba un carácter multipolar, eficiente y ajustado al ambiente laboral moderno, muy parecida a las establecidas en países de reconocida tendencia a la protección integral del trabajador, como Austria, Dinamarca España, EE.UU., Argentina, Chile y otros.

Bancos nacionales de reconocido prestigio económicos, se dieron a la tarea de presentar al Gobierno, a empresarios y asalariados, métodos para la mejor aplicación de todas las etapas de la novedosa Seguridad Social y desaparecer el arcaico IVSS, lleno de corruptela e ineficiencia. Había finalizado, pensaban algunos, una etapa de desesperación y angustia, tanto a patronos como trabajadores. Pero no fue así. La AN, que sólo discute pendejadas, como dijera un diputado activo de esta entidad, (Ismael García), tiró al cesto de la basura la Ley.

Este sistema de seguridad, comprendía la atención integral en la salud de los asalariados, amparados con un seguro de hospitalización, cirugía y maternidad, el mismo del que disfrutan algunos empleados con reconocidos privilegios. Seguro de Vida, caso de fallecimiento, sus familiares no quedara en la indigencia. Protección en caso de pérdida del empleo, un pago de varias semanas, mientras conseguía otro trabajo, las mismas autoridades, ayudarían en la consecución de una nueva posición laboral. Una justificada y bien remunerada pensión en caso de llegar a la edad y antigüedad en el empleo, una jubilación, cónsona con su último salario, riesgo de trabajo y cotizaciones

Las entidades bancarias se encargarían, según el caso, de la guardia y custodia de las contribuciones del Estado, empleadores y sus dependientes, serían los encargados de efectuar inversiones sanas y productivas y administración de los recursos. Compañías de seguros, de reconocida solvencia y responsabilidad, lo concerniente a vida, a la prestación de servicios médicos, hospitalarios e Intervenciones quirúrgicas.

Tantos las empresas de seguros como las bancarias, dedicaron un tiempo precioso, dictando seminarios, conferencias y cursos, a los patronos, a los trabajadores y a los propios funcionarios, con la idea de fomentar un sistema coherente, donde las partes, todos los involucrados, tuvieran conocimientos y se complementaran uniformemente. Que todos conocieran el sistema en su forma amplia y aplicación uniforme.

Lamentablemente, la AN junto al presidente de la República, estuvieron en desacuerdo con esa novedosa Ley y la tiraron al degredo. Nadie se acuerda de ella. El IVSS tenía sus días contados, muchos nos alegramos. desaparecería la ineficiencia, la pésima prestación de servicio y un centro de corrupción, amparado por la lenidad del llamado Poder Moral, que nunca, pese a existir pruebas, actuó en poner entre rejas a los enriquecidos ilícitamente, bajo el amparo del Estado complaciente.

Suponemos, que esta pesadilla terminará, cuando despertemos sorpresivamente, plenos de unidad y llenos de optimismo, para sacar a Venezuela de este terrible marasmo que la acogota.

Nadie sabe, hasta los momentos, cuáles fueron los motivos que sostuvo el Gobierno, para suspender la aplicación del Régimen Macro de la Seguridad Social Venezolana, lo que hubiese marcado una pauta trascendental en protección integral del trabajador. Sólo sabemos, que fue una maldad sin precedente, una falta imperdonable, que aún ,a esta fecha, a más de haber transcurridos 10 años, todavía el trabajador no ha sido compensado, no ha sido retribuido con una seguridad social de calidad.

El resultado de esta ignominiosa actitud, son las protesta que a diario, se manifiestan en todos las regiones venezolanas, no hay una población donde sus vecinos, la mayoría de la tercera edad, no salga a protestar, porque no recibe un buen servicio médico, una cama para ser operado o una prestación en dinero cónsona, para más o menos mantenerse dignamente. Pues no recibe a tiempo una escasa prestación económica, que cada día le es mas difícil, adquirir los pocos productos de la cesta alimentaria, para el y su familia.

Así seguiremos, porque no hay actitud positiva para corregir esta situación, la AN, aparte de las pendejadas que habla, de dirimir inanes problemas internos, a justificar actitudes irracionales del primer mandatario, avalar donaciones a países extranjeros y rechazar a los reclamos de nepotismo, de su presidenta. No tiene tendencia a preocuparse por la salud del venezolano, no le importa que los trabajadores de la nación disfrute de un servicio equitativo y de calidad de seguridad social. Es imperdonable esta indiferencia, que no tiene parangón en la historia republicana. Cuando tenemos un precio petrolero altísimo, cuando las entradas al fisco nacional de dólares son providenciales, los hombres y mujeres de la AN, no tienen la más mínima intención en procurarle al asalariado, una prestación social, de acuerdo con las enormes entradas económicas.

En muchos países, la asistencia médica es gratuita, toda sin excepción es subsidiada por el estado. Dinamarca es el país más feliz del mundo, según un estudio reciente, Venezuela junto a Zimbabwe marchan en los últimos lugares. Dinamarca, tiene preciosas calles y avenidas, lujosas y aseadas clínicas y hospitales de servicios ininterrumpidos y gratuitos. El transporte, gratis par los viejos y económico para el resto de la población. El amor es libre. Las viviendas son cómodas, funcionales y fáciles de adquirir, las escuelas, liceos y universidades, libre de pagos. Los impuestos son altos para quien lo puede pagar, de acuerdo a sus entradas, a su remuneración. Su principal riqueza es la pesca, la industria cervecera, la agricultura, metalurgia, electrónica, son los descendientes de los famosos vikingos. Son muy educados y la mayoría de sus habitantes tiene educación universitaria.

Nosotros tenemos un riquísimo producto del subsuelo, llamado: “el excremento del diablo”. Que como tal, no ha proporcionado, por falta de un verdadero gerente, una tranquilidad económica soberana para bienestar de la sociedad nacional.

Suponemos que esta pesadilla terminará, cuando despertemos sorpresivamente pleno de unidad y lleno de optimismo, para sacar a Venezuela de este terrible marasmo que nos acogota.

Llegará el momento propicio, que se imponga un gobierno, con personas, que verdaderamente, crea que el mayor capital de un pueblo es su gente, y que para mantenerla feliz es ir creando una vida llena de salud, bienestar y progreso para todo el conglomerado.

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