La consolidación del arbitraje comercial como método predilecto para la resolución de disputas empresariales ha dependido históricamente de la integridad, la experiencia y el juicio de sus árbitros. Sin embargo, la creciente influencia de la inteligencia artificial (IA) está introduciendo una nueva dimensión a la profesión, obligando a una reconsideración del perfil tradicional. Ya no es suficiente poseer un profundo conocimiento jurídico y experiencia en un sector específico; la era de la IA exige un árbitro que pueda interactuar eficazmente con la tecnología, comprender sus implicaciones y mitigar sus riesgos.

El perfil tradicional del árbitro, según autores como Gary Born (2021), se centraba en la experticia legal, la imparcialidad y la experiencia sectorial. No obstante, la realidad actual, como señala Richard Susskind (2023), demanda un árbitro con una sólida alfabetización digital. Esto implica no solo comprender el funcionamiento de las herramientas de IA aplicadas al arbitraje, como el análisis de grandes datos o las plataformas de gestión procesal, sino también la capacidad de evaluar críticamente los algoritmos para discernir posibles sesgos y garantizar la transparencia en las decisiones apoyadas por tecnología. La UNCTAD (2023) ha evidenciado la creciente adopción de la IA por parte de las instituciones arbitrales, lo que subraya la necesidad de que los árbitros se familiaricen con estas herramientas para mantener su relevancia y eficacia.
El árbitro del futuro debe ser un integrador de derecho y tecnología. No se espera que sea un experto en programación o ciencia de datos, pero sí que posea la capacidad de comprender los principios básicos de la IA, su potencial y sus limitaciones. Dicha comprensión le permitirá interactuar de manera informada con las pruebas generadas o analizadas por sistemas de IA y tomar decisiones fundamentadas sobre su admisibilidad y peso probatorio.
Desafíos Éticos y la Imparcialidad
La introducción de la IA en el arbitraje plantea serios desafíos éticos que impactan directamente en el perfil del árbitro. Catherine Rogers (2022) advierte sobre los riesgos de los sesgos algorítmicos y la falta de explicabilidad en las decisiones basadas en IA. En este contexto, el árbitro asume un rol aún más crítico como garante de la justicia y equidad. Su perfil debe incluir una aguda conciencia ética y la capacidad de cuestionar y analizar los resultados proporcionados por la IA. La transparencia, como lo enfatiza la IBA (2023) en sus directrices, se convierte en una exigencia fundamental para el árbitro, quien debe asegurar que el uso de la IA sea comunicado y comprendido por las partes.
El debate sobre la posible sustitución del árbitro humano por la IA, como lo plantea Richard Susskind, resalta la importancia de las humanas que un árbitro aporta: la empatía, el juicio contextual y la capacidad de interpretar las sutilezas de las relaciones comerciales y los contextos fácticos. Jan Paulsson (2021) defiende la esencialidad del juicio humano, especialmente en la interpretación de normas y la aplicación de principios de equidad. Por lo tanto, el perfil del árbitro en la era de la IA no implica una obsolescencia de las habilidades tradicionales, sino una ampliación de sus responsabilidades, incorporando la supervisión crítica de la tecnología.
El Futuro del Arbitraje y la Adaptabilidad del Árbitro
Las tendencias delineadas por McKinsey Legal (2024) hacia árbitros híbridos y el arbitraje algorítmico pintan un futuro donde la adaptabilidad será una característica definitoria del perfil del árbitro comercial. La capacidad de formarse continuamente, de comprender las nuevas tecnologías y de integrar estos avances en su práctica será esencial para mantener su competitividad y relevancia. La iniciativa de la UNCITRAL de desarrollar un marco legal para la IA en el arbitraje subraya la necesidad de que los árbitros estén al tanto de las evoluciones normativas y regulatorias en este campo.
En este nuevo panorama, la experticia del árbitro se expande más allá del conocimiento jurídico y sectorial para incluir una comprensión básica de la tecnología y sus implicaciones. La capacidad de colaborar con expertos técnicos cuando sea necesario y de gestionar procesos arbitrales que involucren herramientas de IA se convierte en un componente clave de su perfil.
El perfil del árbitro comercial en la era de la inteligencia artificial está experimentando una transformación profunda. Las competencias digitales, la conciencia ética reforzada y la capacidad de adaptación continua se están convirtiendo en elementos esenciales de este nuevo perfil. Si bien la IA ofrece oportunidades significativas para mejorar la eficiencia y la precisión del arbitraje, la supervisión humana informada y ética sigue siendo indispensable para garantizar la justicia y la legitimidad del proceso. La evolución del árbitro comercial hacia un profesional híbrido, capaz de integrar el derecho con la tecnología, es fundamental para asegurar que el arbitraje siga siendo un mecanismo de resolución de disputas relevante y confiable en el siglo XXI.
Referencias
- Born, G. (2021). International Commercial Arbitration. Kluwer Law International.
- IBA. (2023). Guidelines on the Use of AI in Arbitration.
- McKinsey Legal. (2024). The Future of Legal Services: AI’s Impact.
- Paulsson, J. (2021). The Idea of Arbitration. Oxford University Press.
- Rogers, C. (2022). Ethics in International Arbitration. Oxford University Press.
- Susskind, R. (2023). Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future. Oxford University Press.
- UNCTAD. (2023). World Investment Report: AI and International Dispute Resolution.
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