En Venezuela se han identificado más de 24 mil organizaciones sin fines de lucro, con un alto porcentaje de éstas participando en actividades relacionadas a la política. Escasamente un 11% de las organizaciones, están involucradas en actividades relacionadas a la educación, salud y servicios sociales. No existe mayor información sobre la actividad de este sector, pero las oportunidades de desarrollo del mismo son muy grandes, por lo que amerita conocimiento de mayor profundidad en el sector para hacerlo crecer.
En los temas sociopolíticos y socioeconómicos siempre se manejan dos actores principales, el sector privado, representado por la empresa privada, y el sector público, que es, sencillamente, los entes gubernamentales regionales y nacionales. En Venezuela, estos dos sectores han sido los principales jugadores en la arena política y económica durante la mayor parte del siglo veinte, pero en la última década, inclusive en estos primeros años del siglo XXI, un tercer sector, relativamente desconocido en el país, más no así en países desarrollados, entró a tomar un rol tan importante, como el de los sectores representados por la empresa privada y los organismos gubernamentales, motivado principalmente por la situación política del país. ¿Quiénes son los representantes de este tercer sector?
El tercer sector esta formado por organizaciones sin fines de lucro, no gubernamentales, que cumplen una labor social en una gran variedad de áreas de acción. En si, son los ejecutores de la inversión social en el país. A nivel mundial, el tercer sector es considerado como un importante colaborador de la economía de las naciones. Salamon, Anheir y Asoc. (1999), concluyen como resultado de sus estudios, que el sector sin fines de lucro es una fuerza impulsora importante de la economía mundial, por ser una industria que en 1995 reportó $1.1 billones en movimientos comerciales, equivalente al 4,6% de PIB de las 22 naciones incluidas en el estudio, empleando a casi 19 millones de personas. En los países desarrollados considerados en el estudio, el aporte al PIB de las organizaciones sin fines de lucro se incrementa a 7%.
Muchas de estas organizaciones realizan operaciones exitosas con gran sentido empresarial, en el aspecto de la gerencia de estas instituciones, manteniendo su dirección de ayuda social. Inclusive, Drucker (1989), sugiere que la empresa privada debe estudiar las gestiones de la gerencia de las OSFL y su forma de administrar organizaciones para mejorar sus propias compañías.
En 1998, el estudio Johns Hopkins sobre el tercer sector en Venezuela, identificó 24.628 organizaciones sin fines de lucro divididas en diez clasificaciones internacionales, que presentamos a continuación, en orden de mayor a menor cantidad de organizaciones participantes: 1) leyes, defensa y promoción política, 2) desarrollo y vivienda, 3) cultura y recreación, 4) empresariales, profesionales y sindicatos, 5) religión, 6) educación e investigación, 7) servicios sociales, 8) salud, 9) intermediarias filantrópicas y 10) ambiente. Entre las tres primeras áreas, se encuentran el 71% de las organizaciones sin fines de lucro, con una participación cercana al 40% en leyes, defensa y promoción política. Una razón de esto es, la gran cantidad de partidos políticos que existen en Venezuela y organizaciones relacionadas. La participación de organizaciones sin fines de lucro en las áreas de un aparente beneficio más directo a la comunidad, como los son educación, servicios sociales y salud, apenas tienen el 11% de las organizaciones existentes. Pareciera que en el caso venezolano, la labor social está concentrada en intereses políticos y puede que no tenga el efecto deseado en el bienestar social de la comunidad.
El tercer sector a nivel mundial continúa con su crecimiento, basándose en una administración exitosa con conceptos similares a los de la empresa privada. Las técnicas de mercadeo, planificación, finanzas, proyectos y gerencia en general, cada vez son aplicadas con mayor convicción, debido a las dimensiones que han obtenido las organizaciones que participan dentro de este sector. Además, la competencia por el financiamiento de las diferentes propuestas y programas de cada una de estas instituciones, ha creado la necesidad de tener el mejor personal y los mejores sistemas de análisis del ambiente. El surgimiento de instituciones sin fines de lucro y profesionales especializados en el segmento de consultoría organizacional y gerencial, para atender las necesidades particulares del tercer sector, enfatizan la importancia que se le da a las organizaciones sin fines de lucro.
El caso particular de Venezuela presenta un problema muy importante, para permitir ese desarrollo tan necesario para implantar que la labor social sea eficiente. Existe una carencia de información sobre el sector. No existen bases de datos que permitan hacer un análisis de la situación actual de las organizaciones sin fines de lucro y, por lo tanto, no hay una idea sobre las necesidades del sector, ni de su actual desempeño, A parte de datos presentados por el estudio Johns Hopkins sobre el sector sin fines de lucro en Venezuela, no hay otra información importante que pueda ayudar a desarrollar esta iniciativa. De este estudio sabemos cuántas organizaciones existen en Venezuela y que el aporte de éstas al producto interno bruto, apenas supera el 1%. No sabemos cuántas personas han sido beneficiadas por estas organizaciones, ni cuantos empleos generan. Esta falta de información y la potencialidad que tiene el sector de crear nuevos empleos y ayudar a la economía nacional, junto con el factor más importante, ayudar a la comunidad en sus necesidades inmediatas y a largo plazo, indican que es imperativo profundizar el conocimiento del sector en Venezuela.
Bibliografía
DRUCKER, P. (1989, julio-agosto. What business can learn from nonprofits. Harvard Business Review. 67(4). 88-93.
SALAMON, L. ANHEIER, H. LIST, R. SOKOLOWSKI, S. TOEPLER, S. y Asoc (1999) La sociedad civil global: Las dimensiones del sector no lucrativo. (Trad. M. Azcárate). Baltimore: Johns Hopkins Center for Civil Society Studies.