La idea es que se puede empezar a mezclar resultados de referencias de libros, junto con los resultados que los usuarios encuentran en Google. Los usuarios buscamos frases y cosas, la idea es indexar todas las páginas de todos los libros para saber, por ejemplo, que en la página 190 de tal libro, sale la frase o el concepto que buscamos.
De visita en Venezuela por unos días, Marinucci, fue el invitado especial de unas jornadas organizadas por la Cámara Venezolana del Libro. Es ex-Director General de Giunti, una antigua editorial italiana que funciona desde 1497. Una de las cosas que quería como editor, era poder promocionar no sólo los últimos libros, sino también darle cabida a todos los demás, a los más antiguos, pero nunca tuvo el presupuesto necesario.
A partir de esta inquietud, se inició el contacto con el servidor que terminaría reclutándolo para sus filas.
En este momento, más de 12.000 editoriales en todo el mundo, mantienen nexos directos con el servicio. La misma editorial decide, el porcentaje de lo que el usuario puede leer. Lo increíble es que las editoriales están vendiendo más en los canales regulares, según estadísticas que se manejan. El fenómeno está dado en la necesidad de mezclar, en los resultados de las búsquedas, de los libros que tengan citas exactas del tema. Además, el buscador reconoce la dirección de donde se conecta el usuario y le sugiere las librerías más cercanas. Google, no parará hasta cuando nos diga, dónde dejamos las llaves olvidadas.
Hasta ahora, el lector prefiere el formato clásico, de papel y lomo. Este da una intimidad y una celebración de la lectura, que aún no logra permear Internet. La gente tiene claro, cuándo utilizar la Web y cuándo se abre un libro con la ceremonia que el acto implica.
El uso de Internet, incide en el lector sobre el interés por adquirir el libro, sin distinguir a la final como desea el libro, si digital o físico. En resumen, despierta un interés que, a través de los canales regulares de información, no se produce.
En cinco años, se supone que online se pueda tener la totalidad de los textos que albergan venerables recintos, como la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, o la Universidad de Oxford.
Estados Unidos, Francia, España y Alemania, son algunos de los países han manifestado interés en participar en esta iniciativa. La parte fundamental, es no sólo digitalizar los bestsellers, sino los libros que no se consiguen.
Fuente: Diario El Nacional
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