Las acciones del Grupo Santander Central Hispano en la Bolsa de Madrid cerraron ayer a la baja, con tres puntos menos que la víspera, mientras que los papeles de la deuda de Venezuela registraron también una caida ante el anuncio de la nacionalización del banco español.
Mientras los expertos temen que se produzca una estampida de ahorristas en Venezuela, cientos de cuentas privadas y de tipo premium que clientes venezolanos ricos del Banco de Venezuela mantienen en instituciones norteamericanas podrían ser objeto de escrutinio por parte del gobierno chavista, cuando se haga cargo de la institución bancaria.
Las cuentas de venezolanos pudientes pasaron a control de Santander Central Hispano cuando hace dos años el grupo español adquirió de Bank of America una cartera de 6,000 clientes estimada en $3,500 millones en países como México, Argentina, Uruguay, Chile, Brasil y Venezuela, en una operación que se cerró en Miami en noviembre del 2006.
Según una fuente cercana a la operación, la cartera de depósitos de banca privada que los venezolanos mantenían en Bank of America ascendía a unos $600 millones.
La información sobre las cuentas de banca privada de los clientes venezolanos del grupo Santander depositadas en Estados Unidos, podría quedar a disposición del gobierno una vez que se concrete la venta del banco español.
«El gobierno va a saber ahora cuánto tienen depositados en el exterior los clientes venezolanos del Santander», dijo a El Nuevo Herald José Guerra, ex economista jefe del Banco Central de Venezuela (BCV) y académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Además, «también va a saber quiénes le deben al banco y será el nuevo acreedor de importantes empresas a las que el banco les prestó dinero», detalló el experto economista.
El Nuevo Herald trató infructuosamente de obtener una versión del Grupo Santander en España. En la página electrónica del Banco de Venezuela, sin embargo, se especifican los servicios de banca privada a clientes selectos, como servicios transnacionales con un alto nivel de confidencialidad.
La ola de rumores que recorrió ayer el país obligó al presidente Hugo Chávez y a las autoridades financieras a salir públicamente para mostrar señales de confianza.
En una declaración oficial para calmar la incertidumbre y los mercados, el presidente Chávez declaró a los ahorristas del Banco de Venezuela que «no se preocupen, que ahora los tendrán más que garantizados [los ahorros] porque ahora estarán en manos del gobierno, en manos de la República. Más que garantizados, triple garantizados».
Momentos antes, el Banco Central de Venezuela (BCV) aseguró en un comunicado que como garante del sistema de financiero venezolano «posee reservas para mantener el flujo de circulante a través de los bancos, satisfaciendo los requerimientos de medios de pago indispensables para las actividades de producción, distribución y consumo del país».
El BCV garantizó que el sistema financiero «opera de manera satisfactoria y con solidez».
Sin embargo, las señales oficiales de calma no fueron compartidas por expertos ni por los mercados globales.
Los papeles de la deuda venezolana registraron una baja de más de un punto en dos días como consecuencia del anuncio.
«Venezuela ha abierto un nuevo frente en su búsqueda del socialismo y las nacionalizaciones al elegir como blanco al Banco de Venezuela», indicó un reporte ayer de la firma de análisis IDEAglobal, de Nueva York. «Opinamos que el crédito [para Venezuela] perderá apoyo una vez más», apuntó el informe.
Según cálculos extraoficiales, el monto más bajo que tendrá que pagar el gobierno de Venezuela por el banco español es de $1,600 millones, lo cual unido al reciente anuncio de compra de armas a Rusia por un máximo de $2,000 millones, crea incertidumbre sobre si el gobierno tiene los recursos para un rescate de los bonos de la deuda y mantener el valor de sus papeles, indicó un reporte de JP Morgan.
La percepción de riesgo-país también registró un aumento ayer cuando los bonos venezolanos subieron 8 puntos, a 646 el índice de rendimiento vs. riesgo, «reflejando una creciente percepción de riesgo de los inversionistas» sobre Venezuela, señaló Reuters.
Domingo Maza Zavala, una de eminencias económicas del país y ex director del BCV, advirtió sobre el temor generado por el anuncio de la nacionalización, porque «los ciudadanos no tienen una buena opinión sobre la gestión económica oficial en su conjunto».
Maza Zavala dijo que debido a las recientes nacionalizaciones en la industria petrolera, la siderúgica, el sector de telefonía y de electricidad «ya empezaron a presenter fallas en los servicios».
«Los clientes comenzarán a preguntarse si con el sistema financiero pasará o no lo mismo», puntualizó ayer Maza Zavala en una declaración a los medios venezolanos.
«Hay una incertidumbre total en el país», dijo el economista José Guerra. «Mucha gente está viendo esto como el principio de un proceso de mayor estatización de la banca», indicó el experto académico de la UCV.
Guerra dijo que la falta de confianza en la gestión oficial provocará una migración masiva de cuentahorristas hacia otros bancos privados «menos susceptibles de ser nacionalizados y con una estructura más sólida».
Si se cierra la compra del Banco de Venezuela, el gobierno chavista controlará 25 por ciento del mercado financiero, que tiene $90,000 millones en depósitos.