*Inflación: ¿se estabilizarán los precios?*

La Asamblea Nacional informole al Pais que el mes de junio próximo pasado, la inflación fué de 6.4 %, significativamente inferior a la registrada en los cinco meses precedentes, lo que ha llevado a sostener a algunos voceros afectos al gobierno que hemos comenzado a transitar un camino, que prontamente desembocará en una situación de estabilidad de precios. ¿Procede tal afirmación? ¿La baja tasa de crecimiento en los precios  observada el mes que acaba de concluir significa el inicio del fin del proceso hiperinflacionario que padecemos desde noviembre del 2017?

La respuesta a la última interrogante es un no rotundo.

De acuerdo al Banco Central en lo que va de año los precios se han comportado del modo siguiente:

Mes        INPC

Enero       55.2

Febrero.   28.5

Marzo      16.1

Abril         24.6

Mayo.      28.5

Junio          6.4*

*estimación de la AN; el BC no ha emitido su medición.

Ciertamente, en el mes de junio hubo un descenso importante del Indice Nacional de Precios al Consumidor respecto al observado en los cinco meses anteriores. Pero, ¿una tasa de inflación de 6.4% es una tasa baja de aumento? En lo absoluto.

Si queremos tener una economía  competitiva y  saludable,  la inflación anual no debe superar el 3,5 %, que es la tasa de inflación promedio de los paises de la región, puesto que si tuvieramos una tasa de aumento en los precios superior a la referida tasa, determinaria que  nuestros productos serían relativamente mas caros que los otros paises y, en consecuencia, se nos difilcutaria exportar bienes y servicios, afectando el saldo de la balanza de pagos e impactando negativamente la producción y el empleo.

De otro lado, 3,5 % de inflación anual representa una inflación mensual de 0,003 %. Es decir, que en junio que tuvimos un INPC  de 6.4%, equivale a 2.133  veces más que la inflación objetivo a plantearse. Más aún: con cifras del Banco Central, citadas arriba, el promedio mensual de incremento en los precios en el primer semestre del presente año es de 26,55 %, y esa tasa de aumento si se anualiza, es decir, si se supone que durante agosto-diciembre los precios se comportarán como lo hicieron entre enero-junio, la inflación cerrará en diciembre en 1.587 %; por octavo año consecutivo obstentariamos el no envidiable primer lugar en el mundo como el País con el índice de precios más alto del planeta.

*¿Por qué el gobierno no ha podido estabilizar los precios?*

No la tiene fácil. El cuadro macroeconómico por la irresponsabilidad fiscal y monetaria de hace muchos años atrás, sumado al deterioro alarmante en la capacidad del sector público para capturar ingresos via impuestos, prácticamente, se lo impiden. Lo anterior cobra vida propia en el exagerado desorden monetario que vive la República, que tiene su partida de nacimiento en las equivocadas reformas del 2005, 2009 y 2015 que se le hicieron a la Ley del Banco Central. En condiciones de normalidad económica y suponiendo que la economía crezca a una tasa de 4-5 % anual, la cantidad de dinero que circula en la economía debería crecer  entre 10-12 % cada año para que tengamos estabilidad de precios; bueno en 2018 creció 68.000%, en el 2019, unos 5.400%, el año pasado 1.280%; si anualizamos el crecimiento observado en el primer semestre de éste año el circulante monetario cerrará en diciembre en 1.324 %, ligeramente mayor que el año pasado. Significaría 130 veces más que el nivel objetivo de crecimiento (1324%/10%), y, con un agravante, el circulante actual es esencialmente dinero inorgánico, basura, sin respaldo, lo que eleva exponencialmente su capacidad para inflar los precios.

Hoy la liquidez monetaria – el dinero que circula, efectivo mas depositos bancarios- monta a 2.000 *_billones_* de bolívares, 2.000 mas 9 ceros; en diciembre del 2019 era de 42 billones, es decir, en apenas 18 meses se ha multiplicado 48 veces y además, la economía, en ese lapso, su producción acumula un decrecimiento de casi 25 %; más dinero, menos bienes, pues suben los precios.

*¿ Por qué la hiperinflacion que padecemos?*

El gobierno gastó siempre más que lo que le ingresaba. Técnicamente se llama operar con déficit fiscal. Al principio esa diferencia entre ingresos y gastos la subsanó mediante contratación de deudas y ahorros que el País tenía. Ambas fuentes de financiamiento se agotaron. Apeló a que el BCV financiara exorbitantes gastos con dinero sin respaldo, simple asientos contables a los bancos y éstos a la gente para pagos de salarios, infinidad de bonos y subsidios generalizados.

La ecuación básica para explicar la inflación es:

INP = OND/DRD

El indice nacional de precios o tasa de inflación es igual a la oferta nominal de dinero -circulante monetario- partido por la demanda real de dinero.

La ecuación nos dice que si la cantidad de circulante monetario en una economia crece a una tasa mayor que la tasa a la que aumenta la demanda real de dinero, suben los precios. Es matematico.

Exactamente lo que pasó en el pais los últimos 12 años. El gobierno desaforadamente aumentaba el gasto publico y como la economia, su producción, desde el 2013  caia abruptamente -su PIB-, pues se demandaba menos dinero, en consecuencia, aumentaban los precios.

En la medida que la inflación se incrementaba, simultaneamente, se aumentaba la necesidad de imprimir más dinero inorgánico,  pues, de un lado, la inflación pulverizaba la capacidad de compra de lo que se capturaba via impuestos y, además, todo era más caro, luego se requeria de más dinero para comprar lo mismo, en ese contexto, el desequilibrio monetario se potencia y con el la inflación,  hasta que en noviembre de 2017, trepamos a un nivel de inflación mensual de 50%, cifra que, ciertamente, es una arbitrariedad estadística, pero  que los economistas aceptan como umbral para definir un proceso hiperinflacionario. Proceso del cuál no hemos salido. Y es  muy complicado salir sino media un cambio radical a como se maneja la economía actualmente. Llegado aquí, la pregunta es, ¿qué explica la baja  tasa observada de inflación de junio? Simple: el mes próximo pasado el gobierno inyectó importantes sumas de divisas al mercado lo que mantuvo a la tasa de cambio  relativamente estable en torno a los 3.100.000- 3.250.000, por lo que las importaciones, que es el mayor componente en el consumo agregado nacional, mantuvieron estables sus cotizaciones. Solo que tal estabilidad en la tasa de cambio, lamentablemente, no es posible sostenerla en el tiempo; el bolivar continuará su inexorable ritmo de depreciación, y así, el aumento de precios regresará a niveles consonos con la intensidad de los desequilibrios macroeconómicos que padecemos.

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