El iPhone X es extraordinario… quizá demasiado

El iPhone X es el mejor iPhone de todos los tiempos. Muchos de ustedes probablemente no estén listos para el dispositivo.

El iPhone X no posee un botón de inicio e incluye un escáner facial

Aquí está el porqué: el nuevo teléfono de Apple es un gran avance en comparación con modelos anteriores. No posee un botón de inicio, característica que lo vuelve menos intuitivo para usar que los modelos previos. El dispositivo es también el primero en contar con un escáner facial para desbloquearlo. Y estos cambios pueden parecerles abruptos a muchas personas que se han acostumbrado a usar los iphones de cierta manera durante los últimos diez años.

No obstante, a cambio de todas esas advertencias, prepárate para quedar atrapado en la emoción causada por el iPhone X (pronunciado “diez”, no “equis”). Apple presentó el dispositivo —el teléfono inteligente más caro de su historia, con un precio base de 999 dólares— en septiembre, junto al iPhone 8 y al iPhone 8 Plus, que son modelos más baratos con características que resultan más familiares. El iPhone X llegará a las tiendas el 3 de noviembre y Apple ha invitado a los usuarios a formarse desde temprano.

¿El iPhone X es adecuado para ti? Yo examiné el dispositivo durante dos días esta semana después de que Apple permitiera probarlo a The New York Times. No fue el periodo idóneo para descubrir todas las ventajas y desventajas del teléfono inteligente; en años pasados hemos probado los nuevos iphones durante una semana o más.

Apple ha eliminado el botón de inicio.

Las evaluaciones revelaron que el teléfono es increíblemente rápido y toma fotos excepcionales, lo que me ayudó a llegar a este veredicto: derrocha dinero en el iPhone X si es importante para ti tener un teléfono con la más increíble cámara en un cuerpo compacto. La cámara del iPhone X es superior a la del iPhone 8 Plus, mientras que el iPhone X es más pequeño y, por ello, más fácil de transportar.

Si eso no te interesa, existen muchos teléfonos inteligentes más baratos con excelentes características. Y el iPhone X no es perfecto. La eliminación del botón de inicio hará incómodo su uso durante algún tiempo.

Aunque el escáner facial para desbloquear el dispositivo es impresionante y espeluznantemente preciso, en muchas situaciones no funcionó tan rápidamente como el escáner de huella dactilar. También fracasó en la prueba de desbloquear el teléfono cuando tenía puestas gafas de sol.

El iPhone X se siente adelantado a su tiempo, perfecto para un nicho de mercado de entusiastas de la tecnología y fotógrafos obsesivos. El resto de las personas tal vez quieran esperar un poco para comprarlo.

Un análisis del iPhone X

Primero, lo básico: el iPhone X tiene una pantalla de 5,8 pulgadas que es más grande que la de 5,5 en el iPhone 8 Plus y la de 4,7 en el iPhone 8. A pesar de eso, el cuerpo del iPhone X es más pequeño que el del iPhone 8 Plus (aunque un poco más grande que el del iPhone 8).

Apple logró colocar una pantalla más grande en un cuerpo más pequeño al eliminar el bisel —es decir, el borde que rodea la pantalla—. La pantalla ocupa la carátula completa del dispositivo, con la excepción de una muesca en la parte superior que contiene el escáner facial infrarrojo.

Al eliminar el bisel, Apple también eliminó el botón de inicio. Como resultado, controlar el teléfono se hace principalmente a través de gestos táctiles. Cuando uno está dentro de una app o quiere desbloquear el teléfono, deslizar el dedo hacia arriba nos lleva al inicio. Eso es simple, pero otras funciones requieren mayor práctica. Para usar la función de cambiar entre las aplicaciones abiertas, deslizas hacia arriba desde la parte inferior y debes sostener el dedo durante un segundo. Muchas veces, levanté mi dedo demasiado pronto antes de abrir ese atajo. (En los iphones pasados, solo apretarías el botón de inicio dos veces para la función de cambiar entre aplicaciones).

Apple ha incluido un atajo en el teléfono llamado Reachability (fácil alcance), que baja la parte superior de la pantalla para facilitar que los usuarios que sostienen el teléfono con una mano alcancen los botones o las aplicaciones en la fila superior con su dedo pulgar. Para activarlo, desliza el dedo hacia abajo desde la parte inferior de la pantalla. Me tomó varios intentos para encontrar el punto idóneo antes de lograr activarlo. Es mucho más sencillo usar la función de fácil alcance con otros iphones: solo das dos toques suaves al botón de inicio.

Padecí los nuevos controles del iPhone cuando me topé con un error en el software. Una mañana abrí la aplicación de Amazon y se quedó congelada. Eso volvió inútiles los gestos táctiles. Intenté deslizar el dedo hacia arriba para abandonar la aplicación y después sostener dos botones en el lado del teléfono para apagarlo, pero no respondió.

Intenté sin éxito durante por lo menos diez minutos antes de encontrar una guía que revela que apretar tres botones en una secuencia fuerza un reinicio.

Esos son indicadores preocupantes sobre cómo responderán al iPhone X las personas menos dispuestas a conocer sobre la tecnología. Durante la década pasada, el iPhone ha sido una computadora que cualquier persona puede usar sin leer un manual de instrucciones. Con el iPhone X, eso ha cambiado.

Probando Face ID

Face ID, el nombre oficial de la tecnología de escaneo facial de Apple, funciona al llenar un objeto con puntos infrarrojos y tejer los patrones en una imagen detallada de tu cara en tercera dimensión para determinar si eres el propietario del teléfono inteligente antes de desbloquearlo.

Face ID continúa actualizando el mapa de tu cara con más información cada vez que desbloqueas tu teléfono inteligente —sin importar si tienes puesta una bufanda o un sombrero o te estás dejando la barba—. Además, Face ID puede autorizar pagos con tu teléfono, iniciar sesión en las aplicaciones y crear emoticonos animados que imitan los movimientos de tu rostro.

Sometí Face ID a decenas de pruebas y reconoció mi cara en casi todas las situaciones, incluida cuando me puse un gorro, gafas de sol, gafas para natación para mi disfraz de Halloween o un juguete para perros alrededor de mi cabeza. Funcionó en oscuridad total en la noche y en el exterior en un día soleado.

Face ID llena un objeto con puntos infrarrojos y teje los patrones en una imagen detallada en tercera dimensión de tu cara para determinar si eres el propietario del teléfono inteligente antes de desbloquearlo.

No obstante, Face ID funcionó de manera inconsistente —o no funcionó— cuando coloqué el iPhone X acostado sobre una mesa, cuando usé una máscara antigás para mi disfraz de Halloween, mientras paseaba en un parque bajo un sol brillante o usé gafas de sol muy oscuras. (Según Apple, las gafas de sol de esa marca probablemente bloquean la parte del espectro infrarrojo usado por Face ID). Tampoco funcionó cuando intenté usar el escáner facial mientras sorbía un tazón de fideos.

En resumen, la mayoría de las veces era más rápido desbloquear el iPhone 8 con Touch ID, el sensor de huella dactilar, que desbloquear el iPhone X con Face ID. Desbloquear con un sensor de huella digital es un gesto rápido: sostienes tu dedo sobre el sensor y el teléfono se desbloquea en menos de un segundo. Con Face ID, tienes que esperar a que la cámara escanee tu rostro, lo que a veces toma más de un segundo; puedes deslizar el dedo hacia arriba antes o después de que el escaneo termine.

Para ser justos, Touch ID a veces falló en escanear mi huella digital en iphones previos, como cuando mis manos estaban sudorosas, empapadas o sucias. En el futuro, Face ID probablemente ahorrará más tiempo que al usar Touch ID, porque Face ID solo falló en raras circunstancias.

Lo maravilloso

Antes de reseñar el iPhone X, usé un iPhone 8 Plus durante dos semanas para comparar. Ambos dispositivos tienen un sistema de cámara posterior similar, con dos lentes. Las dos cámaras funcionan juntas tal que el principal sujeto de la foto queda enfocado al mismo tiempo que el fondo queda un poco borroso. Apple llama esto el modo retrato, también denominado efecto Bokeh.

La cámara de doble lente es irresistible. Con el modo retrato, las fotos de incluso los objetos más mundanos —como un tazón de fideos— lucen artísticas y asombrosas. Pero la desventaja fue que el iPhone 8 Plus era tan estorboso que era muy incómodo cargarlo todo el día y usar el dispositivo con una mano parecía imposible.

La cámara posterior tiene dos lentes que trabajan en conjunto para mostrar al sujeto principal en foco mientras suavemente muestra borroso el fondo.

Eso significa que los lentes dobles y el tamaño del iPhone podrían ser un gran atractivo para la gente. La cámara del iPhone X es un poco mejor que la cámara en el iPhone 8 Plus porque un lente tiene una apertura mayor para dejar pasar mayor luz. Como resultado, las fotos en modo retrato lucían mejor (los sujetos eran más claros incluso en el fondo), y también lo fueron las fotos tomadas con poca luz.

Otra parte digna de mencionar: la pantalla. Usa tecnología OLED, un tipo de pantalla con mejor precisión de color y contraste que su predecesor, LCD. Eso hace que la pantalla en el iPhone X luzca más vibrante que las del iPhone 8 Plus y iPhone 8, que todavía usan LCD. También prefiero los colores en las pantallas de esos a la del Samsung Galaxy Note 8, el híbrido entre tableta y teléfono inteligente de 950 dólares que logró las mejores calificaciones debido a su pantalla. Los colores de la pantalla del dispositivo de Samsung lucen más azules y menos naturales que aquellos en el iPhone X.

Conclusiones

En cuanto a sus características, el iPhone X es el teléfono inteligente más impresionante jamás construido. Vale los 999 dólares que cuesta —pero eso no significa que deberías comprarlo—. No dudaría en recomendarle el iPhone X a mis amigos apasionados de la tecnología en Silicon Valley, pero el iPhone 8 es igual de rápido al mismo tiempo que es más sencillo y la mayoría de la gente está más acostumbrada a su uso.

De nuevo, si estás dispuesto a levantarte temprano para formarte por un teléfono inteligente de 999 dólares, probablemente ya eres parte del nicho de mercado del iPhone X.

Fuente: The New York Times – por: Brian X. Chen