(*) Héctor G. Gómez G. – Ya hemos mencionado en otros artículos la importancia que tiene para romper viejos paradigmas, la comprensión de que, eso que llamamos realidad, no es otra cosa que una construcción de nuestra mente. Ya sabemos que las leyes que rigen, operan, en el mundo de lo más pequeño, el universo de las micropartículas o universo cuántico, son diferentes a las que conocemos en nuestra cotidianeidad habitual, por lo tanto vivimos como si no nos afectaran, pues nos olvidamos que estamos hechos precisamente de esas micropartículas. De hecho, nuestra mente y su funcionamiento, tiene una estrecha relación con esas leyes del mundo cuántico.
Una de esas leyes o características cuánticas asombrosas es la denominada entrelazamiento o enmarañamiento cuántico, que consiste en que dos o más microparticulondas* que hayan interactuado entre sí en algún momento de su existencia, quedan unidas o entrelazadas para siempre sin importar cuanto tiempo transcurra y sin que interese a que distancia se encuentren la una de la otra. Es decir, cualquier suceso que afecte a una de ellas repercutirá de manera inmediata en la otra, sin que transcurra ninguna unidad de tiempo, no importa que una de ellas esté en su cartera y la otra en la galaxia de alfa centauro. Esto se ha demostrado múltiples veces de diferentes formas desde que se postuló la necesidad matemática de que así tenía que ser. De hecho, actualmente, ya se han realizado experimentos que demuestran esta interacción NO LOCAL, que es el nombre que se le da en física, en moléculas de gran tamaño como es el caso de un isótopo del carbono, el fullereno. También, el biofísico Gregory Engel y col. han demostrado fenómenos de coherencia cuántica en las llamadas bacterias del azufre.
Pero ¿qué tiene que ver todo esto con nuestra mente? Jacobo Grinberg-Zylbernaum, psicólogo y neuroelectrofisiólogo del New York Medical College y con postgrado en Ciencias Biomédicas, profesor e investigador a tiempo completo en la Universidad de México (UNAM), realizó muchos experimentos sobre este tema. Describamos brevemente uno de ellos.
Grinberg colocaba en diferentes grupos de parejas y las ponía a interactuar y lograr intimidad y cercanía física y psicológica. Más tarde, practicaban una forma de meditación juntos durante un tiempo determinado. Luego, los separa y colocaba en cámaras insonorizadas, electromagnéticamente aisladas. A uno de los participantes, de manera aleatoria y no programada, lo sometía a destellos luminosos y sonoros intensos y también estimulaba con descargas eléctricas intensas pero no dolorosas los dedos índice y anular de la mano derecha, todo ello de manera totalmente al azar. A cada miembro de la pareja, totalmente aislado y separado de la otra, se le medían las respuestas electroencefalográficas. Para sorpresa de todos, en un porcentaje muy alto de los sujetos de estudio, los estímulos realizados en uno de ellos, provocaba cambios electroencefalográficos iguales y a la vez, en el otro. El Potencial Transferido, como lo llamó Jacobo Grinsberg, demostró que el fenómeno de no localidad cuántica también se da en la conciencia humana.
Existe «algo» que permea el universo y que va más allá del espacio y del tiempo. John Archivald Weelher, doctor en Física Teórica de la Universidad Johns Hopkins y profesor emérito de física de la universidad de Princeton, nos plantea que necesariamente tiene que existir «algo» que explique el espacio, el tiempo y las leyes que los rigen. Sea lo que sea -agrega- tiene que ser «algo» más profundo que el espacio/tiempo, «algo» que esté fuera de ellos, que carezca de localización en el tiempo y en el espacio.
Jacobo Grinberg-Zylberbaum, misteriosamente desaparecido, nos dice que muchos llaman a ese «algo» de Wheler: Campo Cuántico. David Böhm, amigo personal de Jiddu Krihsnamurti, físico experto en mecánica cuántica y teoría de la relatividad, con postgrado en la universidad de Berkley, lo denomina Orden Implicado. Físicos contemporáneos lo denominan «Campo espacial» y el propio Jacobo Grinberg lo denominó, en su extraordinaria Teoría Sintérgica: Campo Neuronal. Es un «algo» que es sustrato de todo lo que existe, que permea y le da coherencia al espacio, al tiempo y a la materia y en fin al Universo todo. En Singularidad lo denominamos Conciencia Absoluta, otros prefieren llamarlo Dios.
*Microparticulondas. Como es conocido en la física contemporánea, las llamadas micropartículas, los elementos que forman a los átomos, tienen la incomprensible capacidad cuántica de comportarse a la vez como ondas y como partículas sólidas, a pesar de que esto no es posible dentro del paradigma habitual de lo que llamamos realidad. Es por ello que preferimos denominarlas de esta manera, que abarca ambas manifestaciones, una material y otra inmaterial.
(*) Médico cirujano. Postgrado en Psiquiatrìa y Magister en Neurociencias. Convencido de que estamos en proceso de acercamiento hacia la trascendencia de un nuevo estado de conciencia. Fundador de Singularidad. www.cuartasingularidad.com
Fuente: http://www.inspirulina.com/la-coherencia-cuantica-de-la-mente.html