La economía española se mantuvo en recesión en el último trimestre de 2009, aunque moderó su caída hasta el 0,1% (-0,3% en el trimestre precedente), lo que supone un descenso en su tasa interanual del 3,1%, nueve décimas menos que en el trimestre previo. En el acumulado del año, el PIB descendió a una tasa del 3,6%, según se desprende de las estimaciones recogidas en el último Boletín Económico del Banco de España correspondiente al mes de enero.
La cifra del 3,6% supone «la mayor caída de la actividad de las últimas décadas, en consonancia con la severidad de las tendencias contractivas a las que se ha enfrentado la economía mundial durante los dos últimos ejercicios, si bien, en España, los desequilibrios acumulados durante la fase expansiva previa también habrían contribuido a la disminución de la actividad», señala el Banco de España.
Por el lado del gasto, la demanda nacional moderó su ritmo de retroceso, hasta una tasa interanual del -4,8%, mientras que la aportación de la demanda exterior neta al PIB, positiva por séptimo trimestre consecutivo, se redujo en cinco décimas, hasta situarse en 2 puntos porcentuales.
La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez indica que el retroceso de la producción fue consecuencia del pronunciado descenso de la demanda nacional -de un 6% en el promedio de 2009-, que afectó a todos sus componentes, excepto a los vinculados a la actuación de las administraciones públicas. Además, en la segunda mitad del año se produjo una cierta suavización del perfil de disminución intertrimestral del gasto, con incrementos incluso en el caso del consumo y de la inversión en equipo, sobre los que incidieron las ayudas directas a la adquisición de vehículos de automoción, al tiempo que la inversión pública reflejaba la ejecución de los proyectos del Fondo de Inversión Local.
Por su parte, la demanda exterior neta amortiguó el impacto de la contracción del gasto interno sobre la actividad, con una contribución positiva al crecimiento del PIB de 2,7 puntos porcentuales, también la mayor de las últimas décadas, apoyada en la caída de las importaciones, que fue muy superior a la de las exportaciones, destaca el Banco de España.
Destrucción de empleo
En el mismo periodo, se registró un descenso en el gasto que repercutió en todas las ramas productivas, pero tuvo particular impacto en la industria y en la construcción, lo que «determinó una intensificación del proceso de destrucción de puestos de trabajo», que cayó un 6,7% en 2009, cifra más pronunciada que la registrada en ciclos recesivos previos.
El deterioro de las expectativas de empleo terminó por incidir sobre la oferta laboral, que experimentó crecimientos cada vez más moderados, hasta registrar un retroceso en el cuarto trimestre, en contraste con el dinamismo de años anteriores, pese a lo cual la tasa de paro se elevó hasta el 18% de la población activa (18,8% en el último trimestre), según la EPA.
Las tendencias contractivas del gasto también influyeron sobre la trayectoria de la inflación, que aminoró su ritmo de avance, señala el Banco de España. En el promedio de 2009, el IPC descendió un 0,3%, frente a un aumento del 4,1% en 2008. La inflación media anual no había sido negativa desde 1952.
Fuente: www.consumer.es