La inflación, especialmente la de los alimentos continúa haciendo mucho daño, especialmente a los que menos tienen.
A pesar de los esfuerzos del gobierno para controlar la inflación – controles de precio, programas que ofrecen alimentos a los que menos tienen y en la cuantiosa importación de productos alimenticios que se venden a precios muy bajos – los resultados no han sido del todo satisfactorios. Las estadísticas del mismo gobierno indican que en los últimos años el poder adquisitivo de los venezolanos se redujo en 14,5%, como consecuencia que las politicas implementadas no han disminuido la inflación.
El Ejecutivo ha venido atribuyendo la falta de resultados positivos de su politica fiscal expansiva a la especulación, que por lo demás, si existe, es decir, que si hay un alto componente especulativo en la oferta comercial formal e informal. Incluimos la informal porque en los sectores populares hay quienes dedican a comprar para revender, lo que en la práctica agranda la cadena de comercialización y por tanto se acrecientan los precios, especialmente los alimenticios.
Sin embargo, en el país se alude a que no solo el factor especulativo es el responsable del incremento de los precios en Venezuela, otros factores como la ineficiencia en los programas emprendidos por el Ejecutivo, la supuesta corrupción en casi todo los niveles de la administración, el poco apoyo o estimulo a la producción nacional en beneficio de la importación, la politica de expropación o confiscación de empresas productivas que pasan a ser dirigidas por personas sin preparación y experiencia con resultados negativos; todos éstos junto con la baja en la inversión privada, son alegatos que parecieran explicar porque la merma en la oferta productiva y en los precios elevados que reinan en la economía venezolana.
La cantidad de empleados públicos que ha absorbido el Estado alcanza cifras superiores a los dos millones largos de personas, lo que equivale a pasar de un millón que se ocupaba hace una década a 2,26 millones señalados por Ricardo Villasmil investigador del IESA.
El gobierno, según la Agencia Venezolana de Noticias, también mantiene 6.000 ¨Casas de Alimentación¨que atienden a unas 900.000 personas y además cuenta con una cadena de comercialización que incluye la Red Mercal, la Distribuidora Venezolana de Alimentos, los Abastos Bicentenarios y las Ferias Socialistas que cubren cerca del 35% del mercado local.
Aún así, los sectores más pobres han sido golpeados por la inflación. Hoy, estos sectores que constituyen un 25% de la población dedican más del 45% de sus ingresos en alimentos.
De manera que, si se quiere reconvertir estas cifras relativas a la elevada inflación, es necesario comprender que el esfuerzo debe ser conjunto entre el Estado y el sector privado, sin que eso signifique, que éstos últimos sean sometidos a control para evitar la especulación.
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