Las “exit polls” o encuestas a boca de urna, así como “encuestas en los centros de votación el día de la elección”, como a mi me gusta llamarlas, es un trabajo de campo basado en la técnica del muestreo. ¿Qué significa eso? Simplemente, el concepto fundamental establece, que no es necesario encuestar a todas las personas que votaron, para conocer cuál es el candidato que va ganando a medida que va transcurriendo la elección.
En síntesis, se toma una porción o muestra de los electores y se les pregunta, ¿Por cuál de los candidatos votó usted? Por ejemplo, en las elecciones presidenciales del pasado 3 de diciembre, se preguntaba: ¿Usted votó por Hugo Chávez Frías o por Manuel Rosales? Después de formulada la pregunta, la persona que ya ha sufragado, decide si va o no a responder esa pregunta, y dependiendo de los objetivos del estudio, el encuestador decide si asienta las respuestas de aquellos que no quisieron responder. En el estudio de este tipo, que conduje ese domingo, se tenía la presunción de que el resto de los candidatos sólo obtendría un número de respuestas tan pequeño, que decidí colocar una tercera opción que incluía al resto de los mismos. En lo que se refiere a la selección de las zonas geográficas y número de centros de votación a elegir, el presupuesto destinado para hacer el estudio es el factor determinante. En el caso que nos atañe, el presupuesto fue suficiente para cubrir 21 centros electorales, esparcidos en las parroquias San José, Miguel Peña, San Blas, Catedral, Rafael Urdaneta, Naguanagua, San Diego, Guacara, Libertador, Morón y Puerto Cabello.
En cuanto a la recolección de los datos, existen múltiples criterios que pueden adoptarse. Nosotros giramos instrucciones a los encuestadores de que recogieran la mayor cantidad de información posible, entre las 7:30 a.m. y las 3:30 p.m., con el único criterio de colocarse todos a la misma distancia del centro de votación, por donde fluyeran los votantes, a su salida del centro. Después, en el centro de cómputo, se ponderaron los resultados por el peso electoral de cada centro o por la estratificación socio económica de los electores.
En lo que a resultados de estas pasadas elecciones se refiere, se decidió utilizar y publicar un promedio ponderado, en vez de un promedio simple o aritmético. Para este promedio, el factor de ponderación fue la población por estratos socio-económicos. Aproximadamente, en el caso de los centros de votación incluidos en el estudio, el 80% de la población lo conforman los estratos D y E, mientras que los estratos A, B y C constituyen el restante 20%. Esta decisión de utilizar un promedio ponderado, obedeció al hecho de que el promedio aritmético supone que el peso electoral de cada centro de votación es el mismo. Es decir, que si Chávez obtenía el 60% de los votos en un centro determinado, ese porcentaje representaba la misma cantidad de votos en las parroquias Miguel Peña y en San José. Obviamente, sabemos que eso no es cierto, debido a que Miguel Peña es casi dos veces mayor que San José en términos electorales. Así pues, decidimos suministrar los resultados obtenidos por medio del uso de un promedio ponderado. Esta técnica de ponderación cobra especial relevancia, cuando consideramos los resultados en las parroquias anteriormente señaladas. En Miguel Peña, Chávez obtuvo el 68% de los votos mientras que Rosales obtuvo el 32%. En San José los resultados fueron diametralmente opuestos. Allí Chávez tuvo el 17% y Rosales el 83%.
La siguiente tabla muestra un resumen de los resultados de nuestro estudio.
En esta tabla se puede percibir, que si hubiésemos informado utilizando el promedio aritmético, los resultados podrían haber sido interpretados como si Rosales estaba ganando en Carabobo. Pero, tal como lo podemos ver desde el punto de vista del promedio ponderado, quien siempre estuvo ganando fue Chávez. No es que distintas compañías que hicieron este mismo trabajo estuvieron mintiéndole al electorado, sino que posiblemente no tomaron la previsión de ponderar los datos obtenidos.
De seguidas, se muestra la Tabla 2, que contiene información oficial del C. N. E. En esta tabla se puede percibir que los votos no tienen el mismo peso en cada municipio.
Finalmente, y por la reivindicación del muestreo, olvidar la ponderación de los resultados, cuando se usa esta técnica estadística, conduce a emitir conclusiones que pueden ser totalmente erróneas. En la política, ello puede ser muy costoso.
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