LAS REVELACIONES DEL PORTAL WIKILEAKS COMPROMENTEN A LA DIPLOMACIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

La diplomacia de los Estados Unidos afronta en estos momentos serios problemas, por las divulgaciones que ha dado conocer el portal Wikileaks y en donde la secretaria norteamericana de Estado Hillary Clinton condenó las filtraciones como un «delito grave», pero no cuestionó su autenticidad.

Con la divulgación de estos documentos, Wikileaks ha puesto a Estados Unidos en medio de una gran controversia al dar a conocer notas diplomáticas, la gran mayoría confidenciales y de contenido sensible, que desvelaron en muchos casos opiniones poco favorables de otros mandatarios internacionales, como lo comenta hoy.com.do/el-mundo/2010.

Los diarios que tuvieron acceso a los documentos diplomáticos estadounidenses suministrados por Wikileaks publicaron ayer más información sobre sucesos como el golpe de Estado en Honduras, mientras la web aseguró que el goteo de información continuará, pese a las críticas del Gobierno de Estados Unidos.

Lo cierto, que Wikileaks han dado a conocer algunos telegramas el domingo a través de cinco diarios de referencia mundial cerca de 250.000 documentos relacionados con varias crisis diplomáticas. que comprometen a un gobierno que debía de estar más atento en la manera como maneja sus informaciones a fin de evitar conflictos y en donde los que no comparten la hemogenía americana, lo aprovecharán para hacerle ver al mundo como es que actúa ese país en sus relaciones con los otros países que integran este planeta Tierra. Es muy difícil poder aceptar como una potencia descuida sus actuaciones que deberían saber controlar puesto esto es desde luego, aprovechada para ser criticados abiertamente, como ya lo ha hecho el presidente Hugo Chávez que nos concierne, pronunciándose al respecto.

Hugo Chávez como todo militar estratega, jamás iba a dejar de aprovechar esta oportunidad y ha declarado públicamente que las filtraciones de Wikileaks han dejado al «imperio al desnudo», señalando además que la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, debería «por lo menos renunciar» al cargo dada la magnitud de las revelaciones.

El imperio al desnudo (…) La señora Clinton debería renunciar. Es lo menos que puedes hacer: renunciar. Y esos delincuentes que hay en el departamento de Estado.

El mandatario venezolano resaltó algunas de las impactantes revelaciones filtradas por WikiLeaks este domingo, especialmente la solicitud de Washington a su embajada en Argentina de información sobre el «estado de salud mental» de la presidenta de ese país, Cristina Fernández.

«Alguien tendría que estudiar el equilibrio mental de la señora Clinton», opinó Chávez.

«Creo que debería renunciar alguien, no digo que sea el presidente (estadounidense Barack) Obama, pero debería caer toda esa estructura que está ahí, por lo menos por vergüenza», agregó, al tiempo que felicitó a WikiLeaks por «su coraje».

Estados Unidos «arremete» contra gobiernos, «irrespeta» incluso a sus aliados y hace seguimiento a presidentes, consideró el mandatario.

Washington «no tiene amigos, sólo intereses y ahora quedó demostrado (…) Se le cayó, si es que le quedaba algo de máscara».

Por otra parte, el ministro de Economía argentino, Amado Bouduo, ha considerado que el contenido de los cables diplomáticos de Estados Unidos divulgados por Wikileaks es una «vergüenza» para este país, convirtiéndose así en el primer miembro del Gobierno en reaccionar tras conocerse que la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, solicitó información sobre la salud mental de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

«Seguramente no está en el corazón de lo que investiga Estados Unidos en el resto de los países este nivel de pavadas. Yo creo que, en todo caso, es una vergüenza para los Estados Unidos, y no para la Argentina», dijo Boudou en declaraciones al Canal 7, recogidas por el diario ‘Clarín’.

Como lo señala europapress.es/latam el ministro criticó la actitud «infantil» de los medios de comunicación al destacar la parte más frívola del contenido de estos documentos, especialmente en lo que se refiere a la descripción de la personalidad de varios líderes internacionales.

Boudou ha sido el primer miembro del Gobierno argentino en valorar las filtraciones de Wikileaks, después de conocerse que Clinton, solicitó en diciembre de 2009 un informe sobre la salud mental de Fernández de Kirchner a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y las «dinámicas interpersonales» entre la mandataria y su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, quien falleció en octubre.

También se sabe, que La plataforma Wikileaks ha realizado otra revelación de documentos, esta vez sobre los telegramas confidenciales que se envían los embajadores estadounidenses y que contienen tanto comentarios en los que se valoran los líderes mundiales como información sensible sobre terrorismo y proliferación nuclear.

Comenta elmundo.es/america/2010/ que los documentos, que han sido difundidos en primer lugar a través de varios medios de comunicación, revelan por ejemplo que EEUU utilizaba a sus embajadores para espiar en la ONU y en Naciones Unidas.

Así, el Departamento de Estado habría pedido a su personal que recopilara información como las tarjetas de crédito u horarios de trabajo de otros mandatarios o políticos, según explican los diarios que han tenido acceso a los papeles de Wikileaks.

Las filtraciones de 250.000 revelan que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y los representantes de China, Rusia, Reino Unido y Francia, todos ellos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, se encuentran en el punto de mira de los servicios de inteligencia de EEUU.

Según los cables filtrados que se intercambiaban los servicios de inteligencia y diplomáticos estadounidenses, también se han llegado a requerir detalles de funcionarios y representantes vinculados con Sudán, Afganistán, Somalia, Irán y Corea del Norte.

Cabe destacar, que durante junio de 2009 y bajo el nombre de Hillary Clinton, el Departamento de Estado exigió detalles técnicos sobre los sistemas de comunicación utilizados por altos funcionarios de Naciones Unidas, entre los que se encontraban contraseñas y claves personales que utilizaban en las comunicaciones oficiales.

Subsecretarios, jefes de organismos especializados y sus principales asesores, ayudantes del secretario general o algunos jefes de operaciones de paz y misiones políticas se encontraban en la órbita de los servicios secretos. La información requerida a los diplomáticos incluía tarjetas de crédito, direcciones de correo electrónico, teléfonos, fax e incluso «datos biográficos y biométricos (ADN y escáneres de iris) de los representantes permanentes del Consejo», y fue cursada a los funcionarios de 33 embajadas y consulados. Londres, París y Moscú entre ellos. La filtración ha salpicado a todas las agencias de servicios de inteligencia de EEUU, entre las que se incluyen la CIA, el FBI y los servicios secretos.

También se ha revelado que Washington exigía tener datos sobre las tarjetas de crédito, los buscas, los teléfonos y las cuentas de diversos diplomáticos de la ONU.

El espionaje de los diplomáticos supone una violación de la Convención de 1946 de la Naciones Unidas. Según se estableció, «Los locales de la ONU serán inviolables […] Los bienes y activos de la organización gozarán de inmunidad contra el allanamiento, requisición, confiscación, expropiación o cualquier otra forma de interferencia ya sea administrativa, judicial o legislativa». Por otra parte, la Convención de Viena de 1961 recoge que «la correspondencia oficial de la misión es inviolable», tal y como recoge ‘The Guardian’.

Los cables filtrados revelan que diplomáticos de Uganda, Ruanda y otros países africanos tuvieron que recopilar información biométrica sobre empresarios, políticos, líderes religiosos o militares.

Washington también anhelaba conocer datos sobre las relaciones de varios países centro africanos con China, Libia, Corea del Norte, Irán o Rusia. Buscaban ahondar en el tráfico de materiales como el uranio o compra venta de armas.

Definitivamente se hizo público que WikiLeaks adquirió 92.201 documentos oficiales secretos de la guerra de Afganistán entre 2004 y 2009, y les dio acceso al New York Times, al británico The Guardian y al alemán Der Spiegel, para que verificaran su autenticidad y constataran su significación. Al mismo tiempo que los documentos se hicieron públicos en WikiLeaks, los tres periódicos han publicado ayer respectivas secciones analizando y difundiendo la información más importante resultante de esta filtración, la más grande en la historia de las filtraciones militares, que muestra un panorama de la guerra en Afganistán bastante más devastador del que se pensaba.

En cuanto a la decisión de su fundador, Julian Assange, sobre por qué publicar en su sitio tal cantidad de documentos reveladores él se mantiene fiel al espíritu de su organización desde sus comienzos, el de buscar transparencia y revelar «comportamiento poco ético de los gobiernos y organizaciones», o como simplemente lo ponen en la bio de su cuenta de Twitter: «abrimos gobiernos». esta colección de documentos «muestran la verdadera naturaleza de esta guerra». También habla de la importancia de «escarbar a tiempo», y de casos como los de los Papeles del Pentágono, donde datos de una guerra se han hecho públicos años más tarde, marcando la diferencia en que ahora se está entregando información directamente a una audiencia mucho más masiva, y que eso sólo es posible como resultado de la existencia de Internet.