Hoy día, Venezuela es el lugar de América Latina, y quizás del mundo, donde los profesores universitarios estamos peor remunerados.
Amalio Belmonte, secretario, UCV
Los docentes universitarios en esta Venezuela Socialista viven en pobreza extrema y -además- deben enfrentar la pandemia del Ecovi-19, así como las erráticas políticas gubernamentales en esta materia. También han sumado gastos en comunicaciones para el trabajo a distancia o en línea.
El salario de un profesor universitario de máxima categoría (Titular, Dedicación Exclusiva, con Doctorado y Postdoctorado es de Bs. 45.320.481,66 mensuales, lo que equivale a 11 dólares USA (US$), o sea 36 centavos de US$ diarios, monto muy inferior al que permite -según los estándares internacionales- ubicar a las personas en situación de pobreza extrema (1,90 US$/día). ¡Es el salario más bajo de un profesor universitario en este planeta!
Ingresos de salario promedio mensual de profesores universitarios: USA US$ 4.232,59; Inglaterra US$ 6.448,12; Alemania US$ 7.641,23; Francia US$ 4.332,35; España US$ 5.031,85 y Japón US$ 3.990,67. Mientras que el ingreso salarial promedio en Latinoamérica por países es: Chile US$ 7.127; Panamá US$ 6.000; Ecuador US$ 4.700; Brasil US$ 4.082: Colombia US$ 4.000; El Salvador US$ 2.500; República Dominicana US$ 2.400 y Argentina US$ 2.092.
En Nicaragua, Haití y Cuba, los docentes (antes peor pagados de Latinoamérica) ganan 10 y 20 veces más que en Venezuela.
La realidad del profesor universitario en Venezuela se encuentra envuelta en un complejo manto compuesto por múltiples factores. Ellos no escapan del contexto social que aqueja a la sociedad venezolana, donde órganos de protección internacional en materia de Derechos Humanos han manifestado su profunda preocupación por la violación generalizada de ésos por parte del Estado socialista venezolano.
Éste ha venido realizando una serie de acciones a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (MPPEUCT) dirigida a afectar la situación de los académicos en Venezuela.
Esta triste realidad de la Venezuela Socialista ha traído como consecuencia que la diáspora venezolana en la actualidad sobrepasa en siete millones de compatriotas que han emigrado del país en los últimos veintidós años de este régimen del socialismo del siglo XXI. Incluyendo en esta cantidad más de 90.000 científicos, médicos, ingenieros, arquitectos, educadores, investigadores etc; que también han salido a buscar nuevos horizontes.
Este contexto tiende a desmejorar por cuanto el régimen -a través de algunos de sus ministerios comprometidos con los escenarios universitarios- firmó un acuerdo que legaliza la IV Convención Colectiva Única del Sector Universitario (IVCSU).
La Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV), emitió un comunicado en rechazo a la instalación de mesas de negociación de la IVCSU con los Ministerios del Trabajo, de Planificación y Educación Universitaria y la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela (FTUV), sin las Federaciones representativas del sector universitario.
La Federación de Trabajadores de la Educación Superior en Venezuela (FETRAESUV), la Federación Nacional de Sindicatos de Profesionales en Funciones Administrativas de las Universidades de Venezuela (FENASIPRUV), la Federación Nacional de Sindicatos de Obreros de la Educación Superior en Venezuela (FENASOESV), y los Sindicatos de Trabajadores Universitarios no Federados, organizaciones éstas que agrupan todas las categorías de trabajadores del sector universitario, se unieron al rechazo de la FAPUV.
La FAPUV aprovechó la oportunidad de hacer mención a la violación de la autonomía financiera de las universidades, debido al establecimiento del pago de nóminas a través del Sistema Patria.
Por otra parte, es bueno recalcar que la carrera de docente no es cualquier función, es la actividad profesional a la que la sociedad y el Estado confían “la elevada misión” educativa de formación del talento humano nacional; pero -contrario a este anunciado constitucional- este régimen en la práctica, la desvaloriza totalmente, remunerándola con salarios que llevan al docente directamente a una situación de pobreza extrema. Esto acontece mientras los salarios de los socialistas y enchufados cada vez más están representados por elevadas cifras millonarias de bolívares sin agregar valor alguno a la cadena educativa.
Todos los docentes en Venezuela viven en pobreza extrema, asumiendo, además, como consecuencia de la pandemia de Ecovi-19 y las erráticas políticas del régimen, el peso económico del hecho educativo, pues a su único cargo han quedado los gastos en comunicación y alojamiento que supone la educación a distancia, telemática, en línea, o como se le quiera llamar.
Un somero análisis técnico de las tablas salariales -aprobadas recientemente por los socialistas- aplicables al sector público universitario revela que el régimen no cuenta con el personal profesional competente para establecer criterios de remuneración al trabajo y para considerar los referentes necesarios establecido en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) vigente y la Ley correspondiente para ello, tal es el caso de lo preceptuado en el artículo 91 de la CRBV: “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales(…) El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica (…)”.
Hoy día, Venezuela es el lugar de América Latina, y quizás del mundo, donde los profesores universitarios están peor remunerados y… eso… a pesar que se ufanaron en proclamar que el sueldo mínimo sería en del valor de un Petro: son tan ineptos e incongruentes que ni siquiera cumplen lo que expresan
Imagen de Nicholas Jackson en Pixabay