Medallas del dolor

Afirmar que el deporte, en toda su historia, se ha vinculado de manera positiva en la evolución social, política, económica y religiosa del hombre, es hablar más de lo mismo. Sin embargo, en algunas ocasiones, se hace imperativo resaltar algunos aspectos siniestros que se pueden catalogar de sádicos y que cubren con un manto de incertidumbre o de entredichos a esta actividad lúdica.

No es un secreto para nadie que, sin importar la nacionalidad, las diferentes delegaciones, ya sean olímpicas, de fútbol, béisbol, o cualquier otra disciplina, siempre buscan la mejor forma de preparación de sus atletas, para así lograr la meta, que en este caso sería, ganar la medalla o el titulo: en fin, la gloria deportiva. Pero, cuando esta preparación física se mezcla, de manera perversa, con prácticas propias de la edad media y el oscurantismo, es necesario encender las alarmas y exigir a las autoridades del deporte organizado, poner sanciones, de inmediato, a este “deshonor deportivo”.

Desde hace algunas semanas atrás, está circulando un documento que vincula a la delegación olímpica de China con prácticas muy cuestionadas en la preparación de sus futuros atletas. En este documento, se presentan fotografías desgarradoras de la tortura, tanto física y psicológica, a las que son sometidos los niños por sus entrenadores. A ciencia cierta, es difícil saber si esto es real o no, o si se trata de un vil y burdo montaje de países interesados en desprestigiar el progreso de algunas naciones en materia deportiva; es por eso, querido lector, que reflexioné mucho sobre lo prudente que era abordar el tema.

Sin darle o quitarle la justa importancia a esas imágenes, no es menos cierto que en muchos regímenes con características particulares, como la falta de libertad de expresión, la carencia de una oposición política, el control de todos los poderes públicos, un sólo periódico, un canal de televisión que, además, es oficial y para poner la guinda en el pastel, un trasgresor constante de los derechos humanos, es difícil pensar, que no se permitan este tipo de conductas antagónicas con el espíritu deportivo.

Claro está que, si el documento es verdadero, no sería la primera vez que hechos como este ocurren, ya que mucho se ha hablado de las prácticas indebidas, realizadas en el pasado por los nazis y los fascistas, en la preparación física de sus atletas. Entonces es difícil no afirmar que, cuando la democracia o el autoritarismo prevalecen como sistema político de una sociedad, incidan y se relacionen estrechamente en cada una de sus manifestaciones y, por supuesto, la deportiva no escapa a ello. Es cuando se hace vigente, el legado y la visión que tuvieron los griegos de la antigüedad, al estructurar el concepto de democracia; es decir, que no sólo implantaron esta nueva forma de gobernar, para crear una sociedad, donde los ciudadanos participaran activamente en los asuntos de interés público y evitar que el rey o emperador, tuviera el poder total; si no que se plantearon desarrollar este concepto radical de manera activa, para que en su esencia, enmarcara a todas las manifestaciones de la vida del ser humano, hasta en el deporte.

Es por eso que, cuando la oportunidad de decidir nuestros destinos como sociedad a través del voto se presenta, hay que pensar que no se está ejerciendo tan sólo un derecho, sino que se transforma en un deber y que tenemos la obligación de cumplir, para brindar a todas la generaciones futuras la oportunidad de disfrutar de ese modo de vida, que usted y yo, hemos tenido la oportunidad conocer; sí es verdad, con sus altos y bajos, pero con la gran satisfacción de que encierra el poder decir… “YO VIVO EN DEMOCRACIA”.

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