Los políticos venezolanos de todas las repúblicas, han creado una matriz de opinión, entre nosotros mismos, según el cual somos genéticamente inferiores. Y a muchos han convencidos de ello. –este pueblo es ignorante y retrechero— claro, cuando hablan de ignorantes y retrecheros, hablan del resto de los venezolanos, no de ellos…
Y por lo tanto, necesitamos un liderazgo político con poderes ilimitados, que trate de sacar lo poco que se puede de nosotros. Un pueblo ignorante, con unos políticos muy sabios, con leyes muy rigurosas para que puedan tratar de controlarnos. Por eso siempre andamos en la búsqueda de un Mesías.
Si uno plantea que debemos ir rumbo al primer mundo; es decir, a convertirnos en una democracia avanzada, con gobiernos limitados y de economía capitalista, saltan diciendo: ¡por favor, tú como que no conoces a los venezolanos!
Un país petrolero como Noruega, con apenas 4,5 millones de habitantes, acumuló para la época de vacas flacas, en su Fondo de Estabilización Macro económica, 300 millardos de dólares, y nosotros con 6 veces más habitantes, 0,828 millardos; y los noruegos tienen 57 millardos de dólares de reservas internacionales y nosotros apenas 28 millardos, porque -según los expertos del Gobierno- eso era suficiente: después de esa cantidad, se le transfirió al Gobierno, para que le diera palo. Y si uno pregunta porqué esa diferencia, responden: ¡cómo vas comparar a los noruegos con los venezolanos!
Si uno habla de Chile, el país más capitalista de Iberoamérica, que solamente en el 2007 construyó 600 mil casa nuevas, con la mitad de habitantes que nosotros, y lo comparamos con Venezuela, donde en los últimos 10 años se han construido la ridícula cifra de 380 mil casas nuevas, te dicen: ¡no irás a compararnos a los chilenos, un pueblo educado con los venezolanos!
Total, que según ese cuento somos un pueblo de idiotas, con la suerte de tener un liderazgo político súper brillante, que nos va llevando. Aunque peores cosas se decían de Japón, antes de que implementaran medidas de libre mercado, por allá por 1848.
Permítanme contarles a mis amigos de otros países lo siguiente: los venezolanos somos un pueblo ´echao palante´, nos gusta ganarnos los reales trabajando, aspiramos tener una buena casa, un buen carro, comer bien, tener a nuestros hijos en buenos colegios, viajar, conocer otros países, no le rendimos culto a la pobreza, queremos cada día vivir mejor. Desgraciadamente amigos, estamos gobernados por una èlite política que da vergüenza. Cuando las cosas no salen bien, nos echan la culpa a nosotros.
Insistes, en pleno siglo XXI, con eso del Socialismo; de empresas dirigidas por ellos, por el Gobierno, y como en todas partes esas empresas quiebran, culpan de ello a las empresas que aun no controlan.
Concentran cada día más poder en sus manos y cuando las cosas no le salen bien, dicen que la culpa es nuestra, porque no les dimos suficiente poder.
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