Desde siempre se ha creído que la AIPAC y los halcones del Pentágono, actuaban como un gobierno fantasma en Washington, distorsionando la política en función del interés israelí en lugar del de EE.UU, pero la realidad es, que el lobby pro-israelí tiene verdadero peso en los ámbitos del poder, pero sólo porque EE.UU. e Israel compartían los mismos intereses geopolíticos, pero en estos momentos asistiríamos a un conflicto de intereses entre las dos partes, debido al nuevo concepto geopolítico imperante en la Administración Obama. (entronización de la «Geopolítica interpares» basada en la troika EEUU-Rusia-China, cuya paternidad sería atribuible a Zbigniew Brzezinski, el ingeniero geopolítico de Obama).
La nueva estrategia de la Administración Obama para Oriente Medio, buscaría profundizar las líneas de la negociación «multilateral», (incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, y la conformación de un frente aliado árabe, para aislar a los halcones «militaristas», tanto de Teherán como de Tel Aviv) y estaría además apoyada, en las nuevas sanciones impuestas por la ONU a Irán, con el objetivo de lograr el debilitamiento real de la economía iraní y con el posible renacimiento de la llamada (Marea Verde), ( movimiento que trató de socavar las estructuras de la República Islámica) y complementada con las medidas del Pentágono, para contentar a los halcones del lobby judío y según informaba el periódico con sede en Londres Al-Quds al-Arabi, más de doce buques de guerra de EE.UU. e Israel, (incluido un portaaviones), habrían pasado por el canal de Suez el viernes y se dirigirían hacia el Mar Rojo, previo permiso de las autoridades egipcias, no siendo descartable un ataque preventivo a Irán, antes de culminar el proceso de la obtención de armas nucleares, caso de no llegarse pronto a un arreglo diplomático ( para los servicios israelíes, Teherán ya estaría en el «umbral» de la bomba, para la CIA y las agencias occidentales, es un proceso que podría durar entre dos y cinco años más y para la AIEA el régimen iraní, ocultaría aspectos avanzados de su plan para construir una ojiva nuclear en menos de un año) .
Peligra la alianza EEUU-Israel-Turquía:
La crisis diplomática entre Turquía e Israel, hace tambalear la alianza estratégica militar de los últimos años y además de suspender maniobras con Israel, (Anatolian Eagle, previstos para el próximo mes de octubre), Ankara expulsó a los cazas hebreos de su territorio y podría poner fin a la presencia de instalaciones que los servicios de inteligencia del ejército israelí (conocidos como Aman), mantenían en los últimos años en la parte oriental de Turquía, (una base desde la que se podían escuchar los susurros de Teherán), por lo que Israel se habría visto obligado, a lanzar el satélite militar Ofek-9, que cuenta con cámaras de alta resolución y que podría ser utilizado para espiar el programa nuclear de Irán.
Así, desde el think-tank JINSA hasta la clase dirigente neocon, ha empezado a hostigar al gobierno de Obama para que rompa con Turquía, exigiendo incluso, la salida de Turquía de las estructuras militares de la OTAN. y el gobierno estadounidense, estaría sopesando la decisión de apoyar al principal partido de oposición laico de centro izquierda (el Partido Republicano del Pueblo (Cumhuriyet Halk Partisi), para las elecciones generales que se celebrarán en el 2010, con el objetivo confeso de descabalgar del poder al gobierno de Erdogan, pues habiéndose negado ya a ser cómplices de la guerra de Estados Unidos contra el régimen laico de Sadam, en el caso de Irán los elementos más islamistas del AKP pueden resistirse indudablemente, a emprender una guerra contra un país que se denomina a sí mismo (República Islámica).
Además, en el supuesto de posponerse (sine die), la entrada de Turquía como miembro de pleno de derecho en la UE, se correría el riesgo de que los valores democráticos que la UE ha exportado hacia los países de la extinta URSS, sean reemplazados por los ideales expansionistas de la Nueva Gran Rusia y que en el caso de Turquía, se podría traducir en la firma de un Tratado de Colaboración militar y gasístico con Rusia, con lo que se alteraría notablemente el escenario geopolítico europeo para la próxima década.
Ante esta situación y sin el paraguas protector de EEUU y de la UE y con los antecedentes del polémico caso Ergenekon, es previsible que el ejército turco (TSK) protagonice un nuevo golpe «virtual» o «posmoderno, que acabaría con el mandato del Primer Ministro Erdogan, (rememorando el ‘golpe blando’ de 1997, cuando los generales arrebataron el poder al Gobierno del presidente Necmettin Erbakanpor, quien lideraba una coalición Islamista), surgiendo posteriormente un sistema político fracturado que producirá una serie de coaliciones de gobierno inestables en el parlamento turco.
Netanyahu, el peón sacrificado:
Tzipi Livni, la líder de la oposición israelí, había presentado una moción de desconfianza contra el gobierno, por el manejo de la crisis provocada por el ataque a la (Flotilla de la Libertad), un grupo de seis barcos con ayuda humanitaria que fue atacada hace una semana por la Marina israelí, cuando intentaba alcanzar las costas de la Franja de Gaza, con el consabido saldo de 9 pasajeros muertos, 30 heridos y la peor crisis diplomática que sufre Israel en los últimos años. A pesar de recibir el apoyo de la mayoría del Parlamento israelí y conseguir rechazar dicha moción de censura, Netanyahu ha comenzado a ser objeto de críticas no solo de la oposición política, sino también por parte de la prensa y de oficiales en la reserva que lo acusan de los errores políticos que han conducido a Israel al aislamiento internacional, en especial, dirigidas contra la indecisión de Netanyahu respecto de la formación de una comisión de investigación.
Además, el fiscal general de Israel, Mija Lindenstraus, provocó ayer gran preocupación en el Gobierno, al anunciar que pretende investigar el proceso de toma de decisiones, que llevaron al abordaje de la Flotilla de la Libertad, así como el fracaso de la política de esclarecimiento por parte del primer ministro, Beniamin Netanyahu, y el responsable de Defensa, Ehud Barak y dejó claro que llegará allí donde no llegue la comisión Tirkle, (impulsada por Netanyahu para esclarecer los hechos), pero totalmente descafeinada, pues pese a contar con dos observadores internacionales, éstos no pueden votar, al tiempo que ni interrogará a los militares que asaltaron la flotilla, ni pedirá dimisiones. Lindenstraus puede ponerlos en aprietos, ya que desea averiguar por qué los servicios de inteligencia, no previeron la resistencia de un grupo de activistas a bordo del Mavi Marmara (el buque insignia de la flotilla) y Netanyahu podría ser acusado de errores políticos y de conducir a Israel al aislamiento internacional, rememorando el caso de Ehud Olmert que fue acusado de corrupción y que finalmente forzaron su dimisión.
Apertura del Proceso de Paz palestino-israelí:
Caso de ser defenestrado políticamente Netanyahu, habría llegado el momento de la ganadora moral de las pasadas elecciones israelistas: Tzipi Livni, líder del Partido Kadima y actualmente líder de la oposición, (la baza oculta de la Administración Obama, para encauzar definitivamente el proceso de paz palestino-israelí). Tzipi Livni evolucionó desde el ultranacionalismo sionista de su juventud, a un posibilismo que asume la estatalidad palestina y la renuncia a parte de Cisjordania, para preservar el carácter judío del Estado de Israel y fiel al Pensamiento de Ben -Gurión (Prefiero la unidad del pueblo judío, a la unidad territorial de Israel), estaría dispuesta a recorrer un largo trecho en forma de concesiones, a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque siempre con la condición sine-qua-non, de lograr que el Estado de Israel sea fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región.
Bajo presión del Cuarteto para Oriente Próximo, Hamás procedería a la liberación del soldado judío Gilad Shalit, (cautivo en la Franja desde el 25 de junio de 2006) y en contrapartida, Israel accedería a flexibilizar el boicot a Gaza, no siendo descartable la aplicación por parte de la ONU del Capítulo VII de su Carta Constitutiva. Dicha Carta establece, que (cuando una zona o área determinada cae bajo el control de un grupo político-militar, (como lo es la resistencia islámica de Hamas), y cuando la población civil está expuesta o bajo fuego debido a las acciones militares de ese grupo, el Consejo de Seguridad de la ONU debe intervenir para asegurar la protección de la población civil y al establecimiento de la paz allí donde se haya alterado), emulando las pasadas intervenciones de la ONU en zonas como Bosnia y Timor Oriental.
Con estas premisas y bajo presión del Cuarteto, Obama se vería así obligado a participar personalmente, en el proceso de negociación, con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino, (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte palestina) y que podría concluir con la firma de un Tratado de Paz entre el nuevo Primer Ministro israelí y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina, (que sería el representante del nuevo Gobierno de Unidad que surgiría tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatah), acuerdo que contaría con las bendiciones políticas de Egipto, Rusia, Siria e Irán y como colaboradores económicos necesarios en la reconstrucción de Gaza a Arabia Saudí, EEUU, UE, Japón, y Emiratos Árabes (con un costo aproximado de 2.000 millones de $) y debería ser global y vinculante para todos los países del área geopolítica de Oriente Próximo y lograr la instauración de un nuevo «status quo» en la zona (» Pax obamaniana»), una vez resuelto el contencioso nuclear de EEUU con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Dicha operación, contará con la inicial oposición del influyente lobby judío de EEUU (AIPAC), pero que terminará aceptando al recibir Israel como contrapartida, las bendiciones de EEUU a la culminación del Muro de Cisjordania, (que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este) y el incremento de la ayuda económica cifrada durante la Administración Bush, en unos 3.000 millones de dólares de ayuda, (monto que representa casi el 2% del PIB de Israel), hasta los 5.000 millones, pero la paz será inestable y su duración dependerá de las negociaciones de Israel con Siria, para la devolución de los Altos del Golán y de la futura actitud de Hisbolad y Hamas, pues si ambas formaciones persisten en sus ataques a territorio israelí, violando la (sacrosanta seguridad) exigida por la población judía, podría incrementarse la tensión en la zona y reeditarse en la próxima década la Guerra de los Seis Días.
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