La Educación constituye, la herramienta por excelencia que requieren las naciones para fortalecer sus procesos de crecimiento y desarrollo. Podríamos señalar, que la Educación es a las naciones, lo que la Salud es para el individuo. Una nación que goce de buena Educación, tiene garantizado el cumplimiento de sus metas de bienestar colectivo a corto, mediano y largo plazo. Porque en cualquiera de esos escenarios, la Educación es el más directo y efectivo de los instrumentos a utilizar, para darle cumplimiento a las expectativas públicas de un futuro mejor.
Esa realidad tiene que ver con la formación individual. Con la posibilidad que la persona desarrolle habilidades y destrezas, que pueda colocar al servicio de terceros a través de una labor bien remunerada.
Al propio tiempo, los espacios urbanos son atiborrados de personas en procura de trabajo, vivienda, salud y escolaridad. La demanda de mayores servicios y de mejor calidad, proveniente de una cada vez mayor cantidad de personas, que los solicitan en un mismo espacio, genera lo que podríamos denominar “una inflación de espacio”, que en términos físicos parece irresoluble si no generamos una expansión de nuestras ciudades abarrotadas o hacemos posible un proceso inteligente de desconcentración urbana, fundamentada en la tecnología. La punta de lanza para ese proceso, que ya tecnológicamente es posible, lo tenemos a nuestro alcance: se trata de la Educación a Distancia.
A través de la Educación a Distancia, accedemos al trabajo desde cualquier lugar y a la desconcentración de los servicios y por tanto, al mejor instrumento para disminuir la “inflación de espacio”, de la cual no escapa la Educación tradicional, que recibe la presión de mayores usuarios en una planta física que no crece, desmejorando su calidad y efectividad, utilizando métodos anacrónicos ya obsoletos con relación al mundo digitalizado de nuestra contemporaneidad. He allí que la Educación a Distancia, nos permite generar desde un espacio muy limitado, los contenidos y las metodologías, que requerimos para colocar al alcance de las grandes mayorías, el conocimiento de calidad requerido por el mundo actual.
Esta ventaja que nos brinda la tecnología de hoy, nos permite el “aprender produciendo”, en particular en nuestros países con economía deprimida, donde el desarrollo humano se ve postergado, por la interrupción de la larga escolaridad, que solo brinda frutos a su término, pero que carece de una capacitación intermedia válida, que pueda lograrse en el corto y mediano plazo, permitiendo a la población escolarizada, mantener su proceso de aprendizaje sin interrumpirlo. Por vez primera en la Historia, contamos con la herramienta que permite lo que ha sido un gran escollo para la superación del individuo: capacitarse sin dejar de trabajar, insertando en tiempo real, el conocimiento que va adquiriendo a su área de competencia, convirtiéndolo en un trabajador cada día mejor formado, con una multiplicidad de habilidades que le permiten una mejor exposición a su conocimiento, que pueda darle solución al mismo tiempo, a una gran diversidad de requerimientos del mundo laboral. Estamos en la transición de la especialidad a la polivalencia y el gran reto social, es el de incorporar a la gran mayoría a ella mediante la poderosa herramienta de la Educación a Distancia.
José Gerardo Guarisma Álvarez
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