Ajuste macroeconómico a la bolivariana

MAXIM ROSS |  EL UNIVERSAL – jueves 8 de mayo de 2014  12:00 AM – Si el gobierno hubiera pedido el apoyo y la asistencia técnica del Fondo Monetario Internacional, el "odiado FMI", cuestión que mucha gente cree que sucedió, aun cuando no lo digan, esa institución le habría recomendado que, primero que nada, sincerara la tasa de cambio del  bolívar, lo devaluara y ajustara los precios  de los bienes y servicios al precio de mercado, incluyendo el de la gasolina y luego, seguramente, les recomendaría  poner orden en materia fiscal, esto es reducir a un dígito el déficit y controlar la liquidez para aliviar la presión inflacionaria. Sin duda alguna los convencería del absurdo de mantener la política de precios congelados o regulados, lo cual permitiría llevar la escasez a índices razonables. Finalmente, a la pregunta de cuánto aumentar el salario mínimo habría sugerido que este fuese ajustado en un número menor que la inflación esperada para este año.

Claro, pensar que los bolivarianos le habrían hecho caso al FMI sería absurdo, sin embargo, son muchas las cosas parecidas que se hicieron, sin decirlo, como veremos.

Devaluar el bolívar

De una manera bastante heterodoxa lo hicieron, por una parte con la creación de los dos Sicad, especialmente pasando las operaciones del fenecido Cadivi a estas dos herramientas. En el caso del Sicad I la devaluación no se notó tanto porque el salto fue de 6.30 a unos 11 bolívares por dólar, pero en el Sicad II la sinceración o el ajuste fue brutal al multiplicar casi por 10 veces la tasa oficial. Tomando como referencia el paralelo o el "guarimbero", como lo llamaron en el lenguaje bolivariano. No cumplieron sus propias palabras de que sería un mercado libre y transparente, donde el tipo de cambio lo fijarían la oferta y la demanda y han estado estableciendo un precio que no tiene explicación alguna y menos relación con el mercado. Todos sabemos que la demanda excede con creces la oferta. No han podido ajustar el 6.30 para resolverle el déficit a Pdvsa, pero ahí está el BCV para subsidiarla.

Descongelando los precios

La otra decisión que tomaron, siguiendo al pie de la letra las recomendaciones del FMI, fue llevar los precios de los productos regulados a su precio de mercado, pero con el agravante que, dado el exagerado tiempo en que estuvieron congelados, el salto, otra vez tuvo que ser brutal. En promedio los precios se multiplicaron cerca de un 200%, aun cuando todavía no aparece una decisión oficial en la Gaceta que valide la decisión. Siendo absolutamente fieles a su tesis de los precios justos aumentaron los de los productos básicos, incluyendo los que se habían fijado en Mercal. Descongelaron también las tarifas de transporte y el servicio eléctrico. Les falta la gasolina y muy posiblemente la aumenten antes de fin año, buscando un momento político oportuno.

Los salarios: un ajuste ortodoxo

Si todo el mundo creía que la demagogia iba a dominar el pensamiento bolivariano se equivocaron porque el ajuste salarial siguió la línea del FMI, evitando que este fuese equivalente a la inflación o mayor que ella para compensarla, pero, sin embargo, el gobierno bolivariano en una clara política de defensa de su proletariado lo fijó en un 30%, muy por debajo de la inflación del 2013 y de la que se espera para el 2014. Puede comprobarse que tomaron como referencia el impacto de los aumentos de precios en la canasta alimentaria que utiliza el INE y de allí ese 30%.

Hay que decir que, en alguna parte del gobierno estuvo presente un momento de sensatez y no quiero decir que se parezca a una recomendación neo-liberal, que tanto critican, pero lo cierto es que el aumento salarial cumplió todas las condiciones de un ajuste ortodoxo.

¿Tregua o convicción?

A partir de estos juicios y decisiones gubernamentales cualquiera puede hacerse la pregunta de si esta política responde a una convicción de que el camino anterior era equivocado o si se trata de una tregua para ganar tiempo. Obviamente los ajustes fueron hechos en un año que no tiene presiones electorales, cuestión que cualquier gobierno aprovecharía, sobre todo teniendo en la mira las elecciones de la Asamblea Nacional en el 2015, cuando se juega el "todo por el todo" y el gobierno no puede darse el lujo de perderlas. Eso inclina la balanza a la tesis de una tregua en la "transición al socialismo", pero podría aventurarse que Maduro se convenció de que aquel camino lo conducía y lo conduciría al desastre por lo que, bien asesorado, fue capaz de darse cuenta que el socialismo puede sobrevivir con el mercado y no liquidarlo.

Probablemente la experiencia China, la lenta evolución cubana, la apertura boliviana o ecuatoriana estén indicando que esa anacrónica tesis del Socialismo del Siglo XXI que, desgraciadamente intentó Chávez, no tiene ninguna viabilidad y sentido alguno. ¡Qué habría que enterrarla junto con su fundador! Ya veremos.

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