Lorena Requena – Los infantes de la casa cada vez se vuelven más independientes; acostumbrarlos desde muy temprana edad a mantener una buena alimentación y una excelente actividad física, ayudará a que crezcan sanos y fuertes.
Para lograr un buen desarrollo mental y físico la alimentación es el punto de partida. Durante los primeros seis meses el niño o niña deberá ser alimentado exclusivamente con leche materna; ésta contiene todos los nutrientes necesarios para la formación completa de sus órganos por tal, no hará falta ningún otro suplemento nutricional, lo que representa beneficios para el binomio madre-niño.
A partir del sexto mes y conjuntamente con la recomendación del pediatra, será oportuno que el infante empiece a recibir comidas complementarias a la leche; éstas deberán ser preparadas sin azúcar o sal, y cada alimento deberá dársele al bebé por un período de tres días cada uno antes de ofrecerle el otro, lo cual ayudará a identificar la existencia de una posible intolerancia hacia el mismo. Se recomienda la alimentación complementaria (incluyendo la lactancia materna) hasta los dos años de vida.
Usualmente el inicio de la alimentación complementaria se realiza mediante la introducción de vegetales y verduras tales como la zanahoria, la auyama y el apio. En el caso de alimentos dulces, como lo son las frutas, entre las más favorables se encuentran: el cambur, la lechosa, la manzana y la pera, es importante recordar que cada uno de los alimentos deberán estar frescos y maduros para su consumo. Se deberá evitar en lo posible darles alimentos industrializados y jugos pasteurizados ya que contienen un alto nivel de azúcar.
Para el sano crecimiento de los bebés es fundamental tomar en cuenta que la ingesta de frutas cítricas está muy relacionada con el desarrollo de alergias al crecer, por lo que deben evitarse durante el primer año de vida. Así mismo, el consumo de alimentos sólidos antes del tiempo promedio, puede acarrear problemas como la obesidad y sobrealimentación; al igual elaborar o darles comida enlatada con un alto nivel de azúcar o sal puede provocar diversas enfermedades a largo plazo, como lo son: la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Al momento en que el pequeñín de la casa empiece a consumir alimentos sólidos, es aconsejable crearles un menú variado, algunos cereales pueden ser muy fáciles de elaborar, como la arepa y el arroz (ambos incluidos en la categoría de cereal). Se deberá evitar el uso exclusivo de cereales instantáneos precocidos; los cuales tendrán que prepararse en forma de papilla semi-sólida, y dárselas al niño con una cucharilla acorde a su edad.
En la actualidad existen hallazgos basados en evidencias, los cuales vinculan el peso de un niño al nacer con la aparición de Enfermedades Crónicas Relacionadas con la Nutrición (ECRN) durante la adolescencia y la adultez, tales como: obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular a edades tempranas y síndrome metabólico; de modo tal que aquellos recién nacidos con un peso menor a 2.500 grs., o por el contrario, mayor a 4.000 grs., requieren una mayor vigilancia ya que estos constituyen un factor de riesgo para la aparición futura de enfermedades cardio-metabólicas.
Para el desarrollo físico de cada uno de los bebés, es necesario crearles una rutina diaria donde puedan ejercitarse; se recomienda la gimnasia pasiva, que servirá para tonificar los músculos del niño, al igual podrá emplearse la realización de masajes antes, durante y después del baño, éstos harán relajar al bebé y los ayudará a cumplir con las horas de sueño necesarias.
Tanto la alimentación como la actividad física del niño influirán en la prevención de enfermedades por ello, se deberá cuidar todo lo que consuma, incluso desde el embarazo, haciendo necesario que la madre durante el período de gestación se alimente de forma balanceada y reciba información y orientación por parte del obstetra y del personal de salud en general, acerca de los beneficios de la lactancia materna exclusiva para alimentar a su bebé.
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Fuente: Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría