Los países más afectados por el desplome petrolero en América Latina son Venezuela, Colombia y Ecuador, porque sus ingresos fiscales dependen directamente del valor de sus exportaciones de crudo.
En el caso de México es un golpe duro para la estatal Pemex -la petrolera más endeudada del mundo- y para los planes de inversión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque no tendría un efecto tan grave sobre las finanzas públicas, dado que el país ha diversificado sus fuentes de ingreso.
En otros países como Brasil y Argentina, que también son productores de petróleo, la caída del crudo no dañaría tanto las arcas fiscales, porque sus cuentas fiscales no dependen directamente del recurso.
Como contraparte, el resto de los países de la región que son importadores de petróleo, se verán beneficiados con los precios más bajos, una buena noticia en medio del caos financiero global por el coronavirus.
La pesadilla de Venezuela
Oficialmente más del 90% de las exportaciones venezolanas son petroleras, lo que teóricamente hace del crudo el principal ingreso del país.
«Las sanciones impuestas por Estados Unidos, la baja en la producción local, ahora la caída del precio en los mercados internacionales y los efectos del coronavirus provocan una combinación letal para Venezuela», dice Monaldi.
Venezuela enfrentará aún más problemas para pagar sus deudas.
Y como las arcas fiscales recibirán aún menos ingresos, el país tendrá más dificultades para pagar las deudas contraídas con China y Rusia.
«Ni siquiera le alcanzará para pagar los intereses», le dice a BBC Mundo Antonio de la Cruz, director ejecutivo del centro de estudios Inter-American Trends e investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, DC.
Por otro lado, es poco probable que aumenten las inversiones en los campos que producen crudo extrapesado, dado que el costo de producción es muy alto.
En este escenario, el desplome del precio del petróleo provocará una merma significativa de ingresos.