Desarrollar ideas innovadoras, cambiar y sorprender constantemente son factores clave para la supervivencia de las empresas.
La creatividad (entendida como generadora de ideas) no es un acto descontrolado y de inspiración loca. Todo lo contrario es un proceso deliberado que se puede aprender.
El problema está en que no siempre surgen ideas. Muchas veces, las barreras que se impone nuestro propio pensamiento (sociales, personales, físicas, económicas,…) nos impide ser creativos.
En la cultura occidental, muy influida por la civilización griega, creemos que el pensamiento está limitado a la resolución de problemas.
Nos cuesta aceptarla ideas, ya que utilizamos la lógica y el razonamiento.
Igualmente, cuando dos personas discuten, en lugar de analizar el problema, ambas están argumentando, siempre pensando en ganar. Por tanto, la discusión es un método ineficiente de proceder. Para llegar a una solución se requiere un tipo de pensamiento constructivo, creativo.
Herramientas para fomentar la creatividad
a) El reto:
* Cuestionarse por qué las cosas son como son.
* Desafiar lo que es evidente.
b) Las alternativas:
* Hay que ir más allá del análisis y diseñar alternativas.
c) La provocación:
* Las ideas importantes han surgido, no del análisis del problema
(con la lógica, la razón), sino por accidente, por error, por locura,
por chiripa,…
* Hay un proceso para avanzar desde una provocación hacia una idea útil,
diferente, planteando circunstancias especiales.
d) La simplicidad:
* Conocer en profundidad el asunto para tratar de simplificarlo.
* Diseñar alternativa y posibilidades para después seleccionar la mejor.
* Aunque es más fácil modificar una operación o estructura
para simplificarla, a veces es necesario estar capacitados para empezar
de cero.
* Dividir las cosas en unidades más pequeñas y sencillas.
* Saber para qué (incrementar la producción, ahorrar costes,…)
y para quién (clientes, usuarios) se busca la simplicidad.
Fuente: http://www.todoesmarketing.com/