La educación es la condición
de posibilidadde una nueva conciencia,
desde donde se permita una percepción
más enriquecida de la realidad
y que mueva a la decisión
y a la acción transformadora y creativa.
Desde hace muchos años, se sabe que las universidades públicas -caso que nos concierne-, afrontan crisis no solamente en lo moral, ético, sino en lo legal, en su responsabilidad social, excelencia y calidad académica.
¿A qué se debe todo ello? A muchos factores, que desde hace tiempo han contaminado a las universidades, deteriorando su comportamiento, dando paso a un clima nefasto, en donde la ética, la moral, los valores, dejan mucho que decir, producto de intereses individuales, de grupo mas que de la comunidad, sobre todo, cuando se sabe que las universidades están segmentadas en parcelas políticas, de amistades, cofradías que han deteriorado significativamente su misión, hasta el extremo de afrontar en el presente una calidad académica sumamente cuestionada.
Ello ha originado, que para mantenerse las cofradías, los grupos de poder, se haga uso de estrategias que le favorezcan en su objetivo de perpetuación y dominio, en donde justamente, los concursos de oposición desempeñan un rol significativo para tal objetivo.
Concursos que están viciados, amañados, dejando mucho que decir de su integridad, de los miembros que lo componen, de la estructuración del jurado, de la manera cómo se evalúan a los postulantes, de las exigencias y contenidos académicos.
Todo ello a la larga, afecta seriamente a la universidad, especialmente a los alumnos, porque se seleccionan docentes sin avales académicos, que garanticen un profesor con sólidos conocimientos, competencias básicas para afrontar los requerimientos que los escenarios del presente exigen.
Constantemente se lee en los diarios nacionales y regionales sobre denuncias, irregularidades en los concursos de oposición; por ejemplo, actualmente está a la palestra la Universidad de Carabobo que nos afecta, por que somos docentes de ella por años y que siempre tratamos de proyectarla con nuestra labores académica e investigativa, pero desafortunadamente la Escuela de Educación, como se ha publicitado en recientes denuncias al respecto, está cuestionada por sus concursos que se dice afrontan no solamente problemas administrativos, sino académicos de fondo, como se diera a conocer en el diario regional El Carabobeño y en Encuentro Académico, en donde se exponen y se explican las irregularidades.
El Dr. Miguel Pineda, docente de esa Escuela comenta, que las autoridades universitarias deben dar muestras de transparencia académica, desmontando la red que se hace incuestionable, cuando se analiza el origen de los concursantes y su grado de consanguinidad y afinidad, que determina la acción de cada jurado en la red académica interdepartamental. Hoy es vital, desmontar la lógica de los concursos de oposición. Se trata de fijar un mínimo de reglas claras para todos los concursantes sin agenda oculta.
En definitiva, es muy triste la realidad de las universidades venezolanas, especialmente las públicas, que son las tradicionales, como se ha desquebrajado la moral, la ética, como predomina en la universidad intereses propios de las cofradías que la forman, de esos grupos de poder que se han eternizado y hacen lo que quieren dentro de las universidades, a favor de sus intereses.
Debe haber un saneamiento al respecto, hacer denuncias que realmente sean efectivas y que se de paso a los cambios radicales, que las universidades requieren para rescatar el academicismo, la excelencia educativa, que está marginada a la sombra y ausente de la realidad que los escenarios del presente reclaman, para contar con profesionales aptos, capaces, no solo de enfrentar los retos, sino generar los cambios que tanto se necesitan.
Las universidades no pueden ni deben seguir actuando de esta manera, porque si no, la educación venezolana definitivamente perderá sus luces; estaremos en la sombra y más, cuando el Gobierno también se ha involucrado en este tipo de contaminaciones a favor de votos políticos, aseguramiento de ideologías, que deben ser avaladas por un verdadero compromiso de excelencia académica.
(*) Docente de Postgrado UC, EXATEC, EVADE
Web: www,carmorvane.com