Latinoamérica, 11 de septiembre de 2024.- Hace una década, Daiana Guastella, una abogada argentina especializada en Comercio Internacional, decidió dar un giro a su carrera y se aventuró en el mundo del asesoramiento para exportaciones, un rubro históricamente muy masculino.
Con una inversión de US$ 20.000 y la asociación con su esposo, Carlos Bisio, también abogado, fundó FastForward, una empresa dedicada a guiar a compañías que buscan introducir sus productos en el exigente mercado estadounidense. Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento, se transformó en una firma que hoy en día asiste a empresas de todo el mundo, especialmente en sectores como alimentos, bebidas, cosméticos, medicamentos y dispositivos médicos.
Sus comienzos en Estados Unidos
Daiana comenta que lo más desafiante en sus inicios en Estados Unidos fue integrarse en un entorno empresarial con reglas de juego completamente nuevas. “Si bien Estados Unidos es conocido por su espíritu emprendedor, navegar por su marco regulatorio y cultural requiere una adaptación rápida y constante. A menudo, lo que funciona en otros países no se traduce de la misma manera aquí, lo que significa que tuve que replantear muchas estrategias sobre la marcha”, explica la empresaria.
Además, la fundadora de FastForward hace hincapié en que las mujeres latinas aportan una resiliencia y una capacidad de adaptación extraordinaria, fruto de las experiencias y de las realidades diversas que han enfrentado. Su consejo para otras emprendedoras es que confíen en su valor único y que no tengan miedo de reclamar su espacio. Asegura que no hay que dejarse intimidar por los desafíos, porque la diversidad de perspectivas es precisamente lo que enriquece cualquier industria.
“La experiencia de emprender me enseñó que, aunque Estados Unidos es un país con enormes ventajas, también presenta desafíos inesperados. La percepción de un sistema totalmente eficiente fue sustituida por la realidad de un mercado competitivo y a veces complicado, donde la persistencia y la capacidad de adaptación son clave para el éxito. Esta nueva visión me permitió ajustar mis expectativas y estrategias, volviéndome más resiliente en el camino”, comenta Daiana, cuya empresa ahora opera en Argentina, México, Brasil, Canadá y España.
Para los emprendedores que desean exportar a Estados Unidos, Guastella destaca la importancia de cumplir con las rigurosas regulaciones del país, que incluyen el registro en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), la revisión de etiquetas y la gestión de un agente local (US Agent), pasos cruciales para que los productos puedan ser comercializados sin problemas.
La inversión inicial para exportar un producto, por ejemplo alimenticio, tiene un costo aproximado de US$ 2000. Esto incluye crear una sociedad de responsabilidad limitada (LLC) y el registro y etiquetado de un producto. Este tipo de asesoramiento ha sido vital para que emprendedores latinos con productos de alta calidad superen las barreras normativas y logren expandirse en el mercado estadounidense. “En los últimos cuatro años, hemos ayudado a más de 3500 emprendedores latinos a insertar sus productos en el mercado norteamericano. Las categorías que lideran son alimentos y bebidas (45%), cosméticos (35%) y medicamentos o dispositivos médicos (20%)”, agrega la emprendedora.
Sin embargo, si bien hay categorías estándar o más tradicionales que quieren desembarcar en Estados Unidos, Daiana comenta que incluso recibieron la solicitud de exportar un lote de insectos comestibles. El cliente quería introducir este alimento en el mercado gourmet de Estados Unidos, lo cual fue un desafío interesante desde el punto de vista regulatorio.
Dentro de las marcas latinas que ya han ingresado en el mercado norteamericano con éxito se incluyen la firma Gaucho Store, Hacienda Dorada (Bean of Fire) empresa de Café de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, RPB (Jugos Baggio), Olegario, Casa Petrini, Zuccardi, Walgreens, Farmacias Similares, entre otros.
Finalmente, Daiana comenta que los principales temores que tienen los emprendedores latinos a la hora de querer entrar en Estados Unidos son la incertidumbre sobre el cumplimiento de las normativas legales y regulatorias, temor a la inversión inicial y la sostenibilidad financiera en un mercado competitivo, la barrera del idioma y las diferencias culturales que pueden dificultar la adaptación y la comunicación efectiva.
“Es importante que en el proceso de querer desembarcar en Estados Unidos con un emprendimiento, negocio o producto, se cuente con asesoramiento profesional, para evitar sanciones y cuestiones que pueden generar traspié, pérdida de tiempo y dinero, y complicaciones a futuro”, finaliza.
Para más info, visite https://fastfwdus.com
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