Recordamos en estos días el asesinato de 6 millones de judíos en Europa. Un millón quinientos mil niños: sistemática y fríamente asesinados, por el nacional socialismo alemán. Los hechos recientes de asesinato en masa en Rwanda, Kosovo y Timor Oriental, Mientras algunos pregonaban la paz interior, nada de molestarse, ni amargarse, por eso, “son asuntos mundanos”.
El Papa Benedicto XVI recordaba unas palabras; con motivo de la maldad y la miseria humana que se enseñoreo, durante la segunda guerra mundial, en buena parte del mundo. “Donde estaba Dios en aquellos días, porque callo, cómo pudo tolerar es exceso de destrucción, ese triunfo del mal”
Dios nuestro señor, no es responsable de nuestros actos, sino nosotros mismos, Él nos doto del libre albedrío, y su Hijo murió por nosotros predicando que amaramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, La palabra de Dios nos manda a hacer por nuestro prójimo, a tener una vida de acción, de compromiso con nuestro semejante.
Lo que cabe entonces, es preguntar donde estaban los hombres de bien, mientras todo eso sucedía, porque permitieron que el maldad tomara el control.
¿Por que la indiferencia que permitió que las siete iglesias de la actual Turquía desaparecieran, se repitió nuevamente, entre tantísimos cristianos?
Martín Niemoller, pastor evangélico alemán, apoyo en sus comienzos el nacional socialismo eleman y cuando descubrió su maldad intento oponerse, pero era demasiado tarde, el demonio controlaba todos los hilos del poder, y término encarcelado, y sólo liberado al final de la guerra, por las tropas del imperialismo yanqui, que invadieron la Europa nacional socialista. Luego Martín Niemoller, escribiría un poema que se hizo famoso en todo el mundo: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los judíos, guarde silencio, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no proteste, porque yo no era sindicalista…. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
Cerraron Radio Caracas Televisión y 34 emisoras de radio, expropian propiedades, detienen injustamente a la gente, nos conducen al abismo de un socialismo comunista, y algunos predican que no debemos amargarnos ni enfermarnos por ello, que son cosas mundanas.
El cristianismo, muy al contrario, es acción, es compromiso, tenemos el deber de accionar, mientras se pueda hacer algo, todavía, para detener la tiranía. En 1 Samuel 8:10.18, Jehová nos advierte, sobre las trágicas consecuencias de elegir un Rey.
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