Nathalie Subero – La Organización Mundial de la Salud estimó que en 2005, 17,5 millones de personas murieron a causa de enfermedades cardiovasculares (ECV) lo cual representa un 30% de todas las muertes registradas, siendo la principal causa de fallecimientos en el mundo; 7,6 millones de esas muertes se debieron a la cardiopatía coronaria y 5,7 millones a los accidentes cerebrovasculares (ACV).
Las muertes por ECV afectan por igual a ambos sexos y más del 80% se producen en países de ingresos bajos y medios. Se calcula que en 2015 morirán cerca de 20 millones de personas por estas enfermedades, principalmente por cardiopatías y AVC. En este sentido, la prevención del riesgo cardiovascular juega un rol importante en la disminución de esta incidencia de muerte; de ahí que la determinación temprana de los pacientes que poseen factores de riesgo es vital para disminuir posibles eventos cardiovasculares, mejorando así la calidad y cantidad de vida de estos pacientes.
Las causas de las ECV están bien definidas y son conocidas como «factores de riesgo modificables», siendo encabezados por la dieta inapropiada, la inactividad física y el hábito de fumar. Estos factores desencadenan problemas de salud que desmejoran significativamente la calidad de vida, tales como: aumento de la presión arterial, del azúcar y los lípidos de la sangre, con consecuencias como el sobrepeso y la obesidad. Aunque uno de los factores de riesgo cardiovascular es el colesterol LDL, muchos de los pacientes que presentan riesgo cardiovascular no necesariamente poseen niveles elevados de esta fracción de colesterol; es necesario considerar que los pacientes que padecen de diabetes, hipertensión y síndrome metabólico también están en riesgo de sufrir ECV y requieren ser tratadas oportunamente.
Los principales factores de riesgo modificables son responsables de aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y ACV; por ello, la detección temprana y la voluntad de los pacientes para modificar sus hábitos son indispensables en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares; realizar actividades físicas de forma regular, evitar la inhalación activa o pasiva de humo de tabaco, consumir una dieta rica en frutas y verduras, evitar los alimentos con alto índice de grasas, azúcares y sal, y mantener un peso corporal saludable, puede salvar la vida de muchos pacientes.
Adicionalmente, existen medicamentos eficaces para tratar las dislipidemias; actualmente la rosuvastatina es el único fármaco que posee la indicación de prevención de riesgo cardiovascular gracias al estudio Júpiter. Este estudio incluyó 17.802 pacientes de los cuales 2.606 pertenecían a países latinoamericanos; siendo 209 de estos, venezolanos. Júpiter estaba planificado para abarcar cinco años de estudio, pero fue detenido por el Comité Independiente de Seguridad antes de lo previsto debido a los beneficios inequívocos de reducción de eventos cardiovasculares evidentes en el grupo que recibió rosuvastatina.
Entre los resultados más resaltantes del estudio se cuentan la reducción en un 44% de la aparición del primer evento cardiovascular (muerte cardiovascular, ACV no fatal, Infarto del Miocardio no fatal, angina inestable o revascularización arterial) y beneficios en mujeres sin enfermedad coronaria establecida). Descenso del 20% en los índices de mortalidad, declive de los niveles de LDLc (colesterol malo) en un 50% y en un 37% los de Proteína C reactiva.
Es fundamental que la población comprenda que debe evaluar constantemente su estilo de vida y evitar, en lo posible, los factores de riesgo que desencadenarían eventos cardiovasculares que podrían disminuir sus capacidades y su vida. Asimismo, se recomienda realizar frecuentemente chequeos con un especialista para descartar la presencia de posibles factores de riesgo y no automedicarse.
Dirección-E: [email protected]
Fuente: AstraZenenca, OMS, nota informativa, marzo 2011
Para mayor información comunicarse con la Agencia de Comunicaciones Corporativas (0212) 238-7250 / 235-8054
