La Organización No Gubernamental ‘Save the Children’ ha elaborado un mapa mundial de la pobreza infantil, en el cual cuantifica la situación que enfrentan los niños en 171 países analizados. Se llega a la conclusión de que el mejor país para nacer –si los niños pudieran elegir- es Islandia, en la medida en que la posibilidad de superar allí la edad de cinco años es elevada –la mortalidad infantil es baja- y son mejores las oportunidades de contar con educación y cuidados de salud.
Le siguen en orden decreciente Suecia, Japón, Austria, Italia, Francia, Alemania e Irlanda. No hay ningún país latinoamericano entre los 10 primeros- o mejores- países en este ranking.
Afortunadamente, tampoco hay ningún país latinoamericano entre los diez peores, entre los cuales se encuentran Madagascar, Sierra Leona, Eritrea, Mali, Yemen y Afganistán. Cierran la lista -como los países con peores condiciones como para que un niño pueda allí nacer, sobrevivir y educarse- Níger y Somalia.
El mejor país latinoamericano en este ranking es Costa Rica, que se encuentra en el lugar 47. Le siguen Chile, en el lugar 49, Brasil, en el lugar 51, Argentina en el lugar 52 y Uruguay en el lugar 53. Son los países de la región que presentan los mejores índices en materia de mortalidad infantil, salud, y educación.
En lugares un poco menos destacados se encuentran Cuba (56), México(62), Colombia (72), Panamá(76) y Ecuador (77).
Venezuela se encuentra en el lugar 85. Según estas estadísticas, nuestro país presenta un 18 por mil de mortalidad en niños menores de 5 años, tiene una tasa de escolaridad primaria de 103 por ciento, y una tasa de escolaridad secundaria de 83%. El porcentaje de la población que tiene acceso al agua potable es también de 83%. Dicho en otras palabras: hay en Venezuela un 17 % de la población que no tiene acceso al agua potable y un 17 % de los niños que deberían estar insertos en la educación secundaria, pero están ausentes de la misma.
Estos antecedentes deberían contribuir a darle realismo a los diagnósticos existentes sobre la situación que enfrenta Venezuela en materia de desarrollo social y a deberían ayudar en forma sustantiva a construir sobre un terreno más sólido las políticas y propuestas encaminadas a superar esta situación. ¿Cómo se explica que países que tienen un menor ingreso global y un menor ingreso per cápita que Venezuela -como Colombia, Panamá, Ecuador o Perú- se ubiquen en lugares más destacados que Venezuela en este mapa de pobreza infantil? ¿Cómo se explica que Venezuela sea un país que puede ofrecerle a los niños que aquí nacen condiciones casi iguales que las que enfrentarían en Paraguay, en materia de salud y educación? Un problema tan grave como la pobreza infantil no debería ser utilizado como una mera herramienta publicitaria en este período electoral. Pero es evidente que Venezuela -como país y como Gobierno- no ha hecho todo lo que se debería haber hecho para darle a los niños que aquí nacen mayores y mejores oportunidades de sobrevivencia, de salud y de educación.
Hay, por lo tanto, que tener una cuota mayor de modestia cuanto se pretende dar lecciones internacionales en materia de desarrollo social. Venezuela ha tenido los recursos como para avanzar mucho más rápido en estas importantes materias. Muchísimos más recursos que la mayoría de los países de la región. Y el resultado, no es bueno. Seguir haciendo lo mismo que se viene haciendo hasta ahora, es altamente probable que conduzca a los mismos resultados. Es necesario analizar estos problemas sin demagogia –tal como lo hace el estudio mencionado– y tomar las iniciativas de cambio que correspondan.
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