La agencia de calificación Moody’s, ha rebajado la calificación de 15 bancos con operaciones internacionales, entre los que destacan las cinco grandes entidades bancarias de Estados Unidos: Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, JPMorgan y Morgan Stanley debido a “una significativa exposición a la volatilidad y el riesgo por grandes pérdidas vinculadas a sus actividades en los mercados de capitales».
Así, más de 700 bancos podrían quebrar debido a su exposición a los bienes raíces comerciales, por lo que las entidades bancarias intentarán mediante subastas, la creación de sociedades de gestión de activos inmobiliarios y la aplicación de medidas agresivas, dar salida a los pisos embargados que acumularán en sus carteras (considerados bienes ilíquidos), lo que originará drásticas caídas de los precios de los inmuebles (desde el 2006 los precios de la vivienda han caído más de un 30%, y el número de impagos de préstamos ascendió en el 2011 a 150.000 millones de US$).
Acantilado fiscal: Según explica Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch, ”el conocido como «acantilado fiscal» al que se enfrenta la mayor economía del mundo a finales de este año, cuando expiren de forma automática una remesa de recortes de impuestos y otros incentivos fiscales, aumentarán las posibilidades de una posible recesión en el 2013″.
Por su parte, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) proyecta, que si el Capitolio no pone remedio a esta situación, la política fiscal de EEUU experimentaría un ajuste por valor del 5,4% del PIB del país; y los expertos del FMI estimaron que una consolidación fiscal de alrededor del 4% del PIB en 2013 «podría reducir el crecimiento anual muy por debajo del 1%, algo que resultaría en una contracción de la mayor economía del mundo el próximo año”, no siendo descartable una nueva rebaja de la calificación de su Deuda en el 2013.
Posible subida de tipos de interés por parte de la FED en el 2013: El incesante aumento de la Deuda externa contribuirá, a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales; lo que aunado con el hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo, han aumentado en los últimos meses (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior).
Ello aunado con la adopción de medidas extraordinarias, como implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing 3 y Operación Twist) para incrementar la base monetaria, la constricción de las exportaciones debido a la revalorización del Dólar frente al Euro, (debido a los problemas de Deuda Soberana de los países periféricos de la Eurozona) y la severa contracción del consumo interno (uno de los tradicionales motores de la economía de EEUU, ya que representa más de la mitad del PIB del país), podría agudizar el riesgo evidente de estancamiento de la crisis económica en EEUU.
Así, la Reserva Federal (FED), ha rebajado sus previsiones económicas hasta la horquilla del 1,9-2,4% para el 2012 y ha elevado levemente su previsión sobre la tasa de paro para este año (entre el 8% y el 8,2%); y caso de producirse, dicha subida tendría un inmediato impacto en hipotecas y préstamos bancarios, consiguiente asfixia económica de amplias capas sociales y un dramático aumento de la morosidad y los embargos de viviendas y locales comerciales; y aunada con el repunte de los precios del crudo, podría dar lugar a episodios de estanflación en el Bienio 2013-2014.
Génesis del próximo Crash Bursátill :La euforia de Wall Strett en el 2011(y por extrapolación, del resto de bolsas mundiales) tras los resultados de los llamados «test de estrés» de las entidades financieras, llevadas a cabo por la Administración EEUU y el goteo de datos económicos superiores a previsiones artificialmente rebajadas por las agencias de calificación, habrían ayudado a la sobreponderación de los brotes verdes de la economía (aumento del 3% del PIB en el 2011 y notable mejora de resultados de la Banca y Wall Street).
Así, la desconexión con la realidad por parte de los inversores, les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados (creándose un mundo virtual de especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real) y a extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio, lo que unido a la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody’s (al no haber predicho la actual crisis), coadyuva a que el mercado permanezca insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa.
Además, la incertidumbre sobre el nivel suelo de los valores bursátiles, estaría haciendo mella entre los inversores, pues un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados. El nivel suelo (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría a fecha de hoy, en la horquilla de los 10.000-11.000 puntos en el Dow Jones, debido a la mayor virulencia y profundidad que presenta la crisis económica y muy lejos de los estratosféricos techos actuales (rondando los 13.000 puntos y rememorando valores de octubre del 2008).
Sin embargo, el proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual, con lo que el precio del activo llega así a alcanzar niveles estratosféricos, hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios, (hasta límites inferiores a su nivel natural) dejando tras de sí un reguero de deudas (Crash Bursátil).
Dicho estallido tendría como efectos benéficos, el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002); y como daños colaterales, la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratósfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras, frecuentes estallidos de conflictividad laboral e incrementos de la tasa de paro, hasta niveles desconocidos desde la época de la II Guerra Mundial, aunado con incrementos espectaculares del déficit Público y de la Deuda Externa y la Continuación de la Crisis económica hasta el 2015.
Todo ello provocará la agudización de la fractura social del país, que obligaría a amplias capas de la población a depender de los subsidios sociales. Así, según el Departamento de Agricultura de EEUU, el programa de Cupones para Desempleados, habría alcanzado la cifra récord de 46 millones (aumento del 45% respecto al 2009) y la tasa nacional de pobreza se situaría en el 8,2 %, no siendo descartable la aparición de agujeros financieros en varios Estados (en diciembre el estado de Nueva York habría entrado en déficit por primera vez en la historia reciente, al sufrir un déficit de 600 millones de dólares), suspensión de pagos (San Bernardino y Stockton en California) y bancarrota de varios organismos federales.
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