Investigadores del Hospital Universitario de Basilea, (Suiza), explican en un estudio publicado en la revista «Nature Cell Biology» que el Alzheimer se comporta como una enfermedad infecciosa. Ello sugiere la posibilidad de que este mal se transmita de persona a persona, por un contacto más o menos estrecho. Pero nada más lejos de la realidad.
Los experimentos realizados en ratones por los científicos suizos demuestran cómo la proteína TAU, uno de los «actores» causantes del Alzheimer, se comporta en el interior del cerebro como si fuera un prión, el agente infeccioso implicado en el mal de las «vacas locas». Va propagándose y forma unas lesiones en forma de ovillo que causan la pérdida de memoria y la muerte de neuronas.
El equipo del profesor Markus Tolnay inyectó en un cerebro sano una sección de tejido cerebral de un ratón diseñado para tener Alzheimer y expresar la forma anómala de la proteína TAU. Al final del experimento, los ovillos neurofibrilares se habían extendido más allá de la zona donde se habían colocado.
La investigación sólo muestra cómo las lesiones se extienden por el cerebro como si fueran una infección, «eso no significa que puedan contagiarse de persona a persona. No hay ninguna evidencia que sugiera que el Alzheimer es una enfermedad infecciosa», advierte Michel Goedert, del Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge.
El trabajo del Hospital Universitario de Basilea abre nuevas vías de investigación en las taupatías que podrían dirigirse a comprender cómo una proteína TAU anormal puede expandirse y hasta qué punto son similares las taupatías y las enfermedades priónicas.
Prión
Proteína de carácter infeccioso capaz de autorreproducirse, procedente de una proteína natural e inocua que se transforma en una forma nociva, resistente a las proteasas y a las radiaciones ionizante y ultravioleta, responsable de enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina, la de Creutzfeldt-Jacob o el kuru. (Fuente: http://ciencia.glosario.net/biotecnologia/pri%F3n-10166.html)
Fuente: http://www.consumer.es/web/es/salud/2009/06/08/185843.php