En 2014, la economía de América Latina y el Caribe se desaceleró notablemente hasta un 0,8 % y se espera que recupere levemente el crecimiento en 2015 hasta el 1,7 % en un contexto de ralentización de sus socios comerciales y la caída de los precios de las materias primas, indicó el Banco Mundial (BM).
No obstante, en su informe bianual “Perspectivas Económicas Mundiales”, publicado la semana pasada, el BM subrayó que se perciben divergencias en la región entre la “brusca” desaceleración de Suramérica, especialmente en Argentina, Venezuela y Brasil, y el “sólido” crecimiento de México y América Central.
En su capítulo latinoamericano, el organismo advirtió especialmente sobre Argentina y Venezuela, países para los que previó dos años consecutivos de contracción: -1,5% en 2014 y -0,3% en 2015; y -3% en 2014 y -2% en 2015, respectivamente.
En dicho informe el BM reafirma lo siguiente: “También es fundamental que los países en vías de desarrollo retiren los obstáculos innecesarios a la inversión del sector privado, actor que por lejos es la principal fuente de empleos y que puede sacar a cientos de millones de personas de la pobreza”.
El BM prevé que Venezuela entrará este año en un periodo de depresión económica. El organismo ha pasado de considerar que el PIB venezolano caería en un 1,7% en 2014 a apuntar que lo hará un 3%, y continuará reduciéndose en 2015, cuando espera una contracción del 1%. La caída de la actividad económica ocurrirá al tiempo que se agudiza la hiperinflación venezolana.
De acuerdo con el acreditado rotativo británico “The Economist”, en referencia a la situación económica de Venezuela, expresa lo siguiente: “Un gran productor de petróleo, incapaz de pagar durante un auge prolongado del precio del petróleo es una bestia rara. Gracias a la colosal mala gestión económica, Venezuela, hoy en día, se ha convertido en el décimo mayor exportador de petróleo del mundo. Al final del segundo trimestre del pasado año, proyectos de ley relacionados con el comercio de Venezuela superaron el 21.000 millones de dólares estadounidenses (US$) que posee en activos extranjeros, casi todos los cuales son en oro o es difícil de convertir en dinero en efectivo. Más de US$ 7 mil millones en reembolsos de su deuda financiera vencen en octubre de este año. El Gobierno insiste en que tiene los medios y la voluntad para pagar a los tenedores de bonos extranjeros. Pocos observadores esperan a que se cumpla en el plazo. Aun así, la temida palabra “default” está muy de moda.
Los riesgos en las perspectivas siguen inclinándose hacia la baja, debido a cuatro factores. En primer lugar, está la persistente debilidad del comercio mundial. En segundo, está la posibilidad de que la volatilidad del mercado financiero en la forma de tasas de interés en las principales economías aumente en diferentes momentos. En tercer lugar, está la tensión que generan los bajos precios del petróleo en los balances de los países productores. Y el cuarto es el riesgo de un período prolongado de estancamiento o deflación en la zona del euro y/o en Japón.
China, por su parte, está experimentando una desaceleración cuidadosamente administrada con un crecimiento lento -aunque robusto- de 7,1% este año (7,4% en 2014), 7% en 2016 y 6,9% en 2017.
Y… ¡el colapso de los precios del petróleo tendrá tanto ganadores como perdedores!
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