(Eluniversal.com. Caracas, Venezuela) Se intenta poner presión sobre gobiernos y empresas para que reduzcan la emisión de gases con efecto invernadero. El cambio climático no sólo es un problema ambiental sino también tiene consecuencias sociales y económicas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en reunión efectuada en Panamá el pasado 3 de junio, llamó hoy a intensificar los esfuerzos para revertir los efectos del cambio climático, problema que definió como uno de los más graves que enfrenta la humanidad. Al intervenir en la inauguración de la XXXVII asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el funcionario manifestó que el calentamiento del planeta es un hecho inequívoco, y que la actividad del hombre contribuye a ello. Este es un problema que no respeta fronteras.
Una de las consecuencias más peligrosas del cambio climático es el aumento del nivel de las aguas y en Venezuela hay zonas que podrían quedar gravemente afectadas por el fenómeno: «La costa oriental de Falcón, cabo Codera y la laguna de Tacarigua, el eje Barcelona-Puerto La Cruz- Guanta y el norte de Nueva Esparta, son algunas de ellas. Se han realizado estudios que han puesto en evidencia la vulnerabilidad de estas zonas porque tienen muy poca elevación, y la subida de las aguas podría inundarlas fácilmente y quedaría muy afectada su infraestructura. Porque por efecto del calentamiento el agua a nivel de las costas sube y eso es capaz de producir daños a la infraestructura costera; queda desprotegida». Así lo afirma Juan Carlos Sánchez, profesor del postgrado de Ingeniería Sanitaria en la UCV, de Desarrollo y Ambiente en la Universidad Simón Bolívar (USB) y asesor de Cambio Climático de Vitalis. De acuerdo con el especialista, ese aumento del nivel de las aguas «podría también trastocar toda la ecología del delta del Orinoco.
Los efectos del calentamiento global para el país podrían ser aún más riesgosos que la simple elevación de la temperatura y de la exposición de las zonas costeras a una eventual inundación: «Podría afectar hasta el suministro del servicio eléctrico, porque perjudica al caudal de los ríos, como el Caroní, que es utilizado para generar gran parte de la energía del país», subraya Sánchez.
El calentamiento también empuja a especies animales a visitar sitios inusuales, es así como, en las costas británicas llegaron un número considerable de tortugas bobas, que sólo por accidente alcanzan esas aguas. De acuerdo con Sánchez, un estudio de la Universidad de Austin, Texas, con más de 1.200 especies animales y vegetales desde el siglo XIX hasta el presente, «estableció que las comunidades vivas se desplazan hacia el Norte, de las planicies a las montañas, a un ritmo de seis kilómetros por década. Estas migraciones pueden entenderse como respuesta al calentamiento, que se da más que todo al norte de Europa y de América, que en los trópicos por la dinámica de la atmósfera. La explicación es muy difícil porque el clima tiene muchas variables.
Destacados científicos coinciden, en que el incremento de la concentración de gases efecto invernadero, en la atmósfera terrestre, está provocando alteraciones en el clima. Coinciden también en que las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) han sido muy intensas a partir de la Revolución Industrial, momento a partir del cual la acción del hombre sobre la naturaleza se hizo intensa.
Así, durante muchos millones de años, el efecto invernadero natural mantuvo el clima de la Tierra a una temperatura media relativamente estable y permitía que se desarrollase la vida. Los gases invernadero retenían el calor del sol cerca de la superficie de la tierra, ayudando a la evaporación del agua superficial para formar las nubes, las cuales devuelven el agua a la Tierra, en un ciclo vital que se había mantenido en equilibrio.
Ante ello, la comunidad científica internacional ha alertado, de que si el desarrollo mundial, el crecimiento demográfico y el consumo energético, basado en los combustibles fósiles, siguen aumentando al ritmo actual, antes del año 2050, las concentraciones de dióxido de carbono, se habrán duplicado, con respecto a las que había antes de la Revolución Industrial. Esto podría acarrear consecuencias funestas para la viva planetaria.
En los últimos 50 años, los registros demuestran que la temperatura mundial promedio, ha aumentado al ritmo más rápido de la historia. Además, los expertos piensan, que esta tendencia se está acelerando: los tres años más calurosos que se han registrado, ocurrieron a partir de 1998. Los científicos dicen, que si no se revierten las emisiones que causan el calentamiento global, a finales del siglo las temperaturas promedio en EE.UU. podrían aumentar de 3 a 9 grados.