El número de enfermos de Tuberculosis, Malaria o Mal de Chagas aumenta en los países occidentales

La globalización puede incidir de manera directa en el ámbito de la salud. Los movimientos migratorios, los viajes turísticos y las bolsas de pobreza han favorecido, con una tendencia creciente impensable hace una década, que en los países occidentales se padezcan patologías como la tuberculosis, la malaria, las infecciones tropicales o subtropicales o la enfermedad de Chagas.

Se estima que más de un 5% de las enfermedades de los países pobres afectan ya a los países occidentales, aunque entre el 90% y el 95% restante se originan sobre todo en las naciones menos desarrolladas. Los científicos coinciden en que la investigación es clave para poner coto a su expansión en los países pobres y denuncian que sólo se dedique un 10% de la inversión en prevención e investigación a enfermedades que afectan a un 90% de la población mundial. Los investigadores vinculan una docena de patologías al concepto de enfermedades de los pobres. Suponen una amenaza directa para 1.000 millones de personas y causan una docena de millones de víctimas cada año. Son algunas de las conclusiones dadas a conocer en el curso «La lucha frente a las enfermedades de los pobres. ¿Responsabilidad o necesidad?», patrocinado por la Fundación BBVA.

«La situación ha cambiado y, debido a los movimientos de personas, estas enfermedades se han extendido desde zonas endémicas hacia países más desarrollados», aseguró el responsable del curso y director del Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid, Vicente Larraga. La misma idea expresó Eduardo Gotuzzo, director del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que señaló que estas patologías aparecen en países occidentales, bien como consecuencia de los movimientos migratorios o porque surgen bolsas de pobreza en áreas desarrolladas.

Es el caso de la enfermedad de Chagas, que contraen cada año 200.000 personas en el mundo y 14.000 mueren por su causa. En España, sus dos mayores focos se han registrado en Murcia y Barcelona, indicó Larraga. «Las infecciones tropicales también son endémicas en España», lo que implica que este tipo de enfermedades «ya no están sólo en los países menos favorecidos». A su juicio, la ayuda para combatir estas patologías en los países pobres no es sólo cuestión de responsabilidad, sino también de necesidad.

Gotuzzo apuntó que la tuberculosis es una de las grandes enfermedades «desatendidas a escala mundial». Su tesis es que «la pobreza genera enfermedades y las enfermedades generan pobreza», lo que crea un círculo vicioso. Esta patología ya se ha convertido en un «problema global», porque ya no afecta sólo a los países menos desarrollados, sino que, debido a la inmigración, también se registra en Estados Unidos, Europa, Canadá y América Latina, alertó. «Las cepas más resistentes del mundo se encuentran en los países del antiguo bloque del Este europeo», dijo.

Por lo que se refiere a la malaria, se dan cada vez más «casos importados». La malaria importada «ha crecido de modo exponencial en los últimos 20 años en los países avanzados, al igual que se ha producido un incremento de la tuberculosis «, indicó Clara Menéndez, coordinadora del Programa de Salud Materno Infantil del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona. Menéndez admitió que en el último quinquenio ha habido un «cambio significativo» en la mayor dedicación y financiación de estas enfermedades en los países pobres, si bien distan todavía mucho de ser suficientes.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/salud/2009/10/19/188672.php