En la América del Sur hay más oferta que demanda de petróleo. Colombia, Ecuador y Argentina son países productores y exportadores de petróleo, además desde luego, de Venezuela. Sólo países pequeños como Chile, Paraguay, Uruguay y Perú son importadores netos y carecen de capacidad de exportar aceite crudo de petróleo. Brasil, la mayor economía de la región, tiene la curiosa e interesante situación de ser un importador y exportador, al mismo tiempo. Bolivia, la economía más pobre de la América del Sur, no tiene petróleo, pero tiene gas en abundancia. Dentro de esta heterogénea situación hay un hecho que, común a todos los países de la región, y es que nadie le compra mucho petróleo a Venezuela.
BRASIL
Veamos. Brasil importó en el año 2008 la no despreciable suma de 16 mil millones de dólares en aceite crudo de petróleo. Pero sus principales proveedores son: Nigeria, con 6.500 millones de dólares, seguido de Arabia Saudita, Angola, Argelia e Irak, en ese mismo orden. Venezuela prácticamente no le vendió nada en esta materia a su poderoso vecino.
Pero Brasil, que es al mismo tiempo un productor crecientemente importante, vende a terceros una parte sustantiva del petróleo que logra hacer pasar por sus manos. En el año 2008, sus ventas totales de crudo al exterior ascendieron a 13.600 millones de dólares, siendo sus principales clientes: Estados Unidos y China, con 4.300 millones de dólares y 1.700 millones de dólares, respectivamente. Dentro de la América del Sur, Brasil le vende crudo a Chile (1.500 millones de dólares) y a Perú (360 millones de dólares)
PERÚ
Perú, que tiene que importar aproximadamente 3.400 millones de dólares en crudo, según datos del 2008, hace de su vecino Ecuador su principal proveedor, al cual le compra 1.500 millones de dólares, a pesar de los conflictos, incluso bélicos, que han tenido en el pasado. El resto lo importa desde Angola (800 millones de dólares) o desde Brasil con la cantidad ya mencionada, y sólo compra a Venezuela la modesta cantidad de 170 millones de dólares.
CHILE
Chile, que tiene una dependencia casi absoluta del petróleo importado, y que tuvo que comprar en 2008 una suma cercana a los 7.200 millones de dólares en crudo, compra la mayor parte del mismo en Angola (1.700 millones de dólares), en Ecuador (1.400 millones de dólares), en Brasil (1.500 millones de dólares) y en Colombia (1.000 millones de dólares). Casi nada en Venezuela.
Uruguay, importó en 2008 un total aproximado de 1.500 millones de dólares en crudo, pero casi 700 de ellos provinieron de Rusia y sólo 560 de Venezuela.
En síntesis, los países de la región no quieren comprarle petróleo a Venezuela; o Venezuela no quiere o no puede vender en la región. Esto último, a su vez, puede ser consecuencia de que no tiene producción excedente como para competir en forma exitosa en el mercado petrolero sudamericano, o no tiene interés en ello, pues el resto del mercado mundial aparece como más provechoso.
En todo caso, lo concreto es, que Venezuela no participa en este mercado en forma proporcional a su peso productivo, ni en forma cónsona con su discurso integracionista. La América del Sur se abastece de petróleo por el resto de los proveedores regionales, fundamentalmente Brasil y Ecuador o por proveedores extra regionales como Angola.