El Sistema de Educación Superior y su interrelación con las necesidades sociales

INTRODUCCION
El saber y el conocimiento son, hoy en día, una exigencia social para el desarrollo y el bienestar de las sociedades, y también es cierto que ello engendra tanto una demanda creciente de formación superior, como la necesidad de una cooperación importante entre las distintas disciplinas y los distintos centros de producción de cultura y de conocimiento.

Para afrontar este reto los Sistemas de Educación Superior deben estar incorporados a las realidades productivas y sociales a las que sirven, para responder cada vez más adecuadamente a los requisitos del mundo del trabajo, del ejercicio activo de la ciudadanía y del desarrollo cultural de la comunidad. Las Instituciones educativa deben incorporarse y manejarse dentro de los procesos de mercado propias de la economía empresarial para satisfacer las demandas que impone el desarrollo económico, político, cultural y humano a sus clientes inmediatos en dentro mercado educativo.

La misión del Sistema Educativo debe estar orientada a garantizar una educación pertinente y de calidad, alentar el compromiso participativo y protagónico de todos los sectores sociales y fortalecer las responsabilidades. Todas las instituciones tienen una tarea que da sentido a su funcionamiento, ésta se identifica como la misión institucional.

La educación es la encargada de formar el recurso humano que requiere el país para la transformación social, porque es a través del recurso humano que se logra la riqueza de una nación. Estas transformaciones puntualizan la importancia de la educación superior, ya que ella tiene que dar alternativas de desarrollo, para dar respuesta a los problemas emergentes de una realidad en constante cambio. La educación es clave para superar las desigualdades de conocimiento y poder, por ello debe asumir un rol activo y determinante en relación con las prioridades que debe afrontar la educación en el siglo XXI, considerar el compromiso social y académico al que responde la institución, relacionado con su voluntad de ofrecer una educación integral, personalizada y humanista, que atienda al gran desafío de la educación personalista: hacer al hombre más persona, educar al hombre esencial.

La educación, a través de la historia, ha sido considerada como el recurso más idóneo y el eje rector de todo desarrollo y renovación social. La institución educativa debe entenderse como una organización social construida en la dinámica de las relaciones que se establecen y consolidan entre sus miembros – estudiantes, docentes, directivos, administrativos, padres de familia y egresados- en un espacio físico y social claramente definido, con identidad y vida propia.

La crisis socio-económica y política que ha sufrido el país en los últimos años, no puede desligarse del sector educativo y de las implicaciones que a nivel presupuestario impactan negativamente en las instituciones públicas de educación superior; sin embargo, debe rescatarse que la educación ha sido un objetivo importante de los gobiernos democráticos en Venezuela.

Ahora bien, como elemento insustituible que es la educación superior para el desarrollo social, la producción, el crecimiento económico, el fortalecimiento de la identidad cultural, el mantenimiento de la cohesión social, la lucha contra la pobreza y la promoción de la cultura de paz, esta educación debe fortalecer su capacidad de análisis crítico de anticipación y de visión prospectiva, y de esta manera, elaborar propuestas alternativas de desarrollo, para enfrentar a largo plazo las problemáticas emergentes de una realidad en continua y rápida transformación. La Universidad está llamada actuar exitosamente ante los desafíos del mundo moderno, formando ciudadanos capaces de construir una sociedad más justa, basada en la solidaridad, el respeto de los derechos humanos y el uso compartido del conocimiento y la información.

Los factores vitales en la nueva estructura económica del país se enmarcan en: desarrollo científico-tecnológico, recursos humanos y gerencia. Una serie de cambios deben ser incluidos en una estrategia de modernización y desarrollo dinámico del sector de Educación Superior, para que asegure su eficacia en relación con esos tres factores, fundamentados en la diversificación de los componentes de los sistemas de educación superior, especialmente de los perfiles institucionales, estrategias orientadas a:

1) Mejora de la calidad de la enseñanza/aprendizaje, con estímulo de la creatividad.
2) Reconsiderar las relaciones entre pregrado y postgrado, acompañando la transformación institucional en términos de una gestión universitaria más moderna; establecimiento de carreras cortas, medianas y largas; redefinición de las relaciones entre carreras / profesiones / investigación / educación continua.
4) Promoción de postgrados de investigación en áreas críticas para los sectores modernos de la economía.
5) Intensificación y diversificación de las relaciones entre los establecimientos de educación superior y las firmas y organismos responsables de las actividades manufactureras o de servicios.
6) Entendiendo la educación como un servicio público, establecimiento de marcos legales nuevos para la educación superior privada como medio de estimular y promover su mejora cualitativa y su expansión.
7) Aumento sustancial de la cooperación con otras instituciones nacionales y extranjeras. El establecimiento de redes internacionales permitirá agregar valor al proceso educativo.
8) Desarrollo de actividades de investigación científica, sin el cual los profesionales se convertirían en meros «traductores» de estrategias que se originan fuera de la región.

Las universidades, como organizaciones, son instituciones que constantemente requieren cambiar, evolucionar y adecuarse a los nuevos paradigmas de desarrollo, para no perder vigencia en el rol que les corresponde desempeñar en la sociedad. Las universidades nacionales requieren nutrirse de nuevas tecnologías y aspectos generales de la gerencia moderna, para poder promover un cambio significativo, en aras de incrementar la complejidad y efectividad de los productos y servicios que ofrece. Los procesos que se realizan en las universidades, son susceptibles de tornarse ineficientes, al existir el desconocimiento de la cultura organizacional por parte del personal que integra la comunidad universitaria

En Venezuela, no hay estudios sobre la calidad global de las universidades y los que hay son puntuales; esto se debe en gran medida, a la poca importancia dada tanto por el Estado, la comunidad universitaria y la misma sociedad a la temática planteada.

El cambio y las reformas universitarias deben tomar en cuenta, las perspectivas y retos de la Educación Superior de cara al siglo XXI; retos que imponen una serie de palabras claves que guían o sientan pautas para estas perspectivas, entre ellas se señalan: la sociedad global, la sociedad del conocimiento, la universal, calidad, masificación, equidad, pertinencia, diversificación, gestión y financiamiento, cooperación, internacionalización y educación permanente.

En la sociedad actual, compleja y cambiante, al sistema educativo se le exige, cada vez más, su modernización, transformando su organización y funcionamiento, así como nuevas orientaciones en sus contenidos y enseñanzas, acorde con los cambios económicos, científicos y tecnológicos. Ninguna institución educativa puede permanecer al margen de la era tecnológica en que le ha tocado vivir. El mundo está cambiando precipitadamente y, por lo tanto, se impone una revisión constante y general de los contenidos curriculares para detectar, si los conocimientos, habilidades y destrezas que pretenden desarrollarse en el alumno, son los que requieren las sociedades actuales, si responden a la internacionalización de la economía, a los nuevos bloques económicos, al comercio internacional, a la nueva sensibilidad humana y a las problemáticas del hombre en general. La oferta académica actual debe plantearse, la formación de un individuo que esté capacitado para brindar sus servicios, no sólo en el ámbito nacional, sino también internacionalmente, con un enfoque transnacional, fuera de sus fronteras y con dominio de los lenguajes, que le faciliten la comunicación y la introducción en la cultura adecuada que le garantice una práctica profesional exitosa. Además, se hace necesario mantener la relación entre educación y trabajo, entre institución educativa y empresa, y que se favorezca el conocimiento, la preparación general, la creatividad, las comunicaciones y la información como los mejores instrumentos de adaptación al escenario cambiante del trabajo.

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