Fracaso de casas de cambio dispara el dólar paralelo

El estimulo.com

@LigiaPerdomo

La venta de pesos en casas de cambio en la frontera con Colombia fue vendida -desde finales del año pasado- como la solución a las distorsiones monetarias y cambiarias provocadas desde el lado colombiano por “mafias” que manipulan el valor del bolívar y causan una “inflación inducida”, de acuerdo con voceros oficiales. Sin embargo, a un mes de la activación de la medida, el dólar en el mercado paralelo se vuelve disparar a niveles de principios de diciembre.

José Gregorio Vielma Mora, gobernador del fronterizo estado Táchira, fue quizá el principal promotor de la idea de vender pesos en unas pocas casas de cambio (solo se autorizó a Italcambio) y ofrecer una tasa “atractiva” a los venezolanos para que no compraran pesos en el vecino país, donde para el momento de arranque de la medida (16 de enero) la conversión de bolívar-peso estaba en una relación 1:1.

La decisión fue tomada desde finales de 2016 luego que el dólar empezara a escalar vertiginosamente en el mercado paralelo la última semana de noviembre alcanzando un máximo de Bs 4.587,73 el 1° de diciembre por un descomunal aumento de la liquidez monetaria. Pero la presión no bajó sino hasta el 12 de diciembre cuando la intempestiva medida de retirar de circulación los billetes de Bs 100 en un plazo de 72 horas, ocasionó que enormes cantidades del papel moneda que se encontraban del lado colombiano regresaran al país, tras la proximidad de su invalidez.

Las autoridades nacionales asomaban la eventualidad de algunas acciones en materia cambiaria sin ofrecer mayores detalles. Y la medida que debía comenzar con el nuevo año, se demoró una quincena más, en otra demostración de improvisación.

El retraso se debió a que los pesos que se ofrecerían en las casas de cambio provendrían de la venta de gasolina en esa divisa en las llamadas estaciones de gasolina internacionales, pero al permanecer la frontera cerrada la medida falló.

Este error de cálculo (Colombia se niega a permitir el paso vehicular para evitar el paso de contrabando de combustible hacia su país) le costó al gobierno venezolano no solo unos días más para poner en marcha la venta de pesos, sino que la improvisación aún ha dejado a muchos sin la divisa colombiana a pesar de haber pagado por ella.

Los pesos, que no hay en Venezuela, deben buscarse en Cúcuta, donde las autoridades llegaron a un acuerdo con algunas entidades de esa ciudad para entregar la divisa por la compra hecha en tierra venezolana.

Cuatro pesos por bolívar era para el gobernador Vielma la tasa mágica que acabaría con el supuesto ataque a la moneda nacional. Pero solo fueron habilitadas siete entidades de cambio (tres en Táchira y cuatro en Zulia). Con tan pocos puntos activos era de suponer que no se podría atender la demanda que se generaría con un tipo de cambio anclado y que permitiría luego cruzar la frontera para hacerse de los ansiados dólares que podrían ser cambiados en Venezuela en el mercado negro.

A un mes de haber iniciado, el mecanismo no ha sido perfeccionado. Exceso de comisiones, retrasos en el procedimiento y los varios traslados a Colombia han sido problemas para quienes buscan proteger parte de su patrimonio ante una voraz inflación con su consecuente efecto en la pérdida del poder adquisitivo.

El gobierno generó expectativas con la medida y mucha gente creyó que el bolívar se revalorizaría. “Durante todo ese tiempo de espera la gente no compró dólares y como se dio cuenta que la venta de pesos en las casas de cambio no funcionó volvieron a salir al mercado a buscar dólares”, señala DolarToday vía correo electrónico, en respuesta a una solicitud de El Estímulo.

La cotización en este mercado se había mantenido en promedio en Bs 3.500 en lo que va de año, pero desde el 8 de febrero dio señales que la curva volvía a ser ascendente, hasta el miércoles 15 de febrero cuando saltó hasta los Bs 4.105 y luego a Bs 4.190 el 16 de febrero.

“El gobierno hizo un tímido esfuerzo con las casas de cambio en la frontera y el efecto no se ha visto, mientras el mercado negro le manda un mensaje al gobierno de que necesita mucho más que eso para bajar el paralelo, que es un mercado al fin. Esta medida solitaria está lejos de ser efectiva y hay otros intereses como lo electoral o las sanciones de Estados Unidos que demandan atención del gobierno”, dijo Henkel García, director de Econométrica a El Estímulo.

“Lo que estás viendo es totalmente normal y el precio puede seguir subiendo. De hecho, varias de las ‘fuentes’ que nos suministran volumen e información de mesas de dinero en Caracas nos están diciendo que hay transacciones hasta Bs 4.300. El problema de estas subidas repentinas es que tienden a ser mini burbujas que luego terminan explotando”, dijo el vocero de DolarToday que no se identificó, al referirse a lo que ocurrió en diciembre cuando el paralelo llegó a los Bs 4.500 y luego se desplomó hasta llegar a los Bs 2.200.

“Eso no tiene ‘lógica’, pero es parte de las características de un mercado negro no regulado producto de controles absurdos como los impuestos por este gobierno”, indicó.