Redacción. Además de los factores relativos a la edad, el aumento en el riesgo de infertilidad está asociado con lo siguiente:
Tener múltiples parejas sexuales, incrementando así el riesgo de una ETS.
Tener una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Antecedentes previos de EIP (enfermedad inflamatoria pélvica) .
Antecedentes de orquitis o epididimitis en los hombres.
Paperas (hombres).
Varicocele (hombres).
Antecedentes de exposición a DES (hombres o mujeres).
Trastornos alimentarios (mujeres).
Ciclos menstruales anovulatorios.
Endometriosis.
Defectos en el útero (miomas) u obstrucción cervical.
Enfermedad prolongada (crónica) como la diabetes.
Síntomas.
Incapacidad para quedar embarazada
Una gama de reacciones emocionales por parte de uno o ambos miembros de la pareja en relación a la falta de hijos. En general, estas reacciones son mayores en las parejas que no tienen hijos, pues la presencia de al menos un hijo, tiende a mitigar estas emociones dolorosas.
Signos y exámenes
Es esencial contar con una historia médica completa y un examen físico de ambos miembros de la pareja.
Los exámenes pueden ser:
Análisis del semen: la muestra se recolecta después de dos o tres días de abstinencia completa para determinar volumen y viscosidad del semen, así como conteo de espermatozoides, movilidad, velocidad de nado y forma de los mismos.
Medición de la temperatura corporal basal: tomando la temperatura de la mujer cada mañana, antes de levantarse, tratando de identificar un incremento de 17 a 18° C (0.4 a 1.0° F) asociado con la ovulación.
Evaluación de los cambios del moco cervical a lo largo del ciclo menstrual para identificar el moco húmedo, flexible y resbaloso asociado con la fase ovulatoria.
Examen poscoital (EPC) para evaluar la interacción entre los espermatozoides y el moco cervical mediante un análisis de dicho moco, recolectado entre dos y ocho horas después de la relación sexual.
Medición de la progesterona sérica (examen de sangre).
Biopsia del recubrimiento uterino de la mujer (endometrio).
Biopsia testicular en el hombre (rara vez realizada).
Medición de la cantidad de hormona luteinizante urinaria, utilizando equipos caseros de venta comercial que sirven para predecir la ovulación y ayudar a determinar el mejor momento para la relación sexual.
Exposición al progestágeno cuando la mujer presenta ovulación esporádica o ausente.
Niveles hormonales en suero (exámenes de sangre) para uno o ambos miembros de la pareja.
Histerosalpingografía (HSG); procedimiento utilizando radiografías con medio de contraste para observar la ruta de los espermatozoides desde el cuello uterino a través del útero y las trompas de Falopio.
Laparoscopia para permitir una visualización directa de la cavidad pélvica.
Examen pélvico de la mujer para determinar si hay quistes.
Tratamiento
El tratamiento depende de la causa de la infertilidad de una pareja determinada y puede variar desde una simple orientación y asesoramiento, pasando por el uso de medicamentos para tratar infecciones o promover la ovulación, hasta procedimientos médicos altamente sofisticados, como la fertilización in-vitro.
Es importante que tanto el médico como la pareja reconozcan y discutan el impacto emocional que tiene esta condición sobre ellos, como individuos y como pareja y buscar consejo de su médico.
A medida que se anuncian nuevos tratamientos, las parejas pueden experimentar nuevas esperanzas o sólo reabrir viejas heridas y tener que enfrentarlas. Existen grupos de apoyo para parejas infértiles que pueden representar una fuente importante de fortaleza y consuelo.
Grupos de apoyo
RESOLVE es una organización nacional que proporciona tanto apoyo informal como también sirve como base de referencia para la ayuda psicológica profesional específica para los temas de infertilidad. Ver grupo de apoyo para la infertilidad.
Expectativas (pronóstico)
La causa probable se puede determinar en aproximadamente un 85 a un 90% de las parejas infértiles.
Una terapia apropiada (que no incluya técnicas avanzadas como la fertilización in-vitro) puede generar un embarazo en un 50 a un 60% de las parejas previamente diagnosticadas como infértiles.
Del 15 al 20% de las parejas ya diagnosticadas como infértiles finalmente lograrán un embarazo sin ningún tipo de tratamiento.
Complicaciones
Aunque la infertilidad en sí no provoca enfermedades físicas, su impacto psicológico sobre el individuo o la pareja puede ser severo. Las parejas pueden experimentar problemas maritales, así como también depresión y ansiedad en forma individual.
Situaciones que requieren asistencia médica
Se debe consultar al médico si no es posible lograr el embarazo deseado.
Prevención
Debido a que la infertilidad tiende a ser causada por enfermedades de transmisión sexual, la práctica de comportamientos sexuales más seguros puede minimizar el riesgo de una infertilidad futura. La gonorrea y la clamidia son dos de las causas más frecuentes de infertilidad relacionada con las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Las ETS tienden a ser asintomáticas al principio hasta que aparece una enfermedad inflamatoria pélvica o salpingitis. Estos procesos inflamatorios causan cicatrices en las trompas de Falopio y una disminución subsecuente de la fertilidad, infertilidad absoluta o incremento en la incidencia de un embarazo ectópico.
Se ha demostrado perfectamente que la vacuna contra las paperas previene esta enfermedad y su complicación masculina, la orquitis. Por lo tanto, la vacunación previene la esterilidad relacionada con las paperas.
Algunas formas de control natal, como los DIU o dispositivos intrauterinos, representan un mayor riesgo de infertilidad a futuro. Sin embargo, estos dispositivos no son recomendados en mujeres que no hayan tenido hijos previamente.
Las mujeres que eligen estos dispositivos deben estar dispuestas a correr el pequeño riesgo de infertilidad asociado con su uso. La pareja debe considerar cuidadosamente los riesgos, sopesar los beneficios potenciales y revisar y discutir sus decisiones con el médico.
El diagnóstico y tratamiento oportuno de la endometriosis puede disminuir el riesgo de infertilidad.
Referencias
Speroff L, Fitz M. Clinical Gynecologic Endocrinology and Infertility, 7th ed. Lippincott Williams & Wilkins; 2004.
Actualizado: 15/05/2006
Fuente : http://kidney.niddk.nih.gov/spanish/ National Library of Medicine http://www.nlm.nih.gov